Con ánimo de conmover

Kate del Castillo (centro) en una escena de “La misma luna”, de la directora mexicana Patricia Riggen.

Foto: Agencia Télam

Con ánimo de conmover

Laura Osti

“La misma luna” cuenta la historia de una familia de mexicanos separada por la peligrosa y conflictiva frontera con Estados Unidos, narrada desde una óptica femenina. Es el primer largometraje de Patricia Riggen y ha contado con el apoyo de Sundance, lo que le ha abierto las puertas a varios espacios donde juegan los pesos pesado y ha sido muy aplaudida.

No sé si la película da para tanto, pero es una muestra de ese cine que se hace en lugares marginales y que no tiene más pretensión que contar lo que le pasa a la gente de allí. Se toca en algunos puntos con ciertas producciones que conocemos de Medio Oriente, de Irán u otros sitios donde, con un muy bajo presupuesto, los realizadores dicen lo suyo de la manera más genuina.

En este caso, los protagonistas son un niño de nueve años, Carlitos (Adrián Alonso), que vive en una aldea rural mexicana con su abuela, y su madre, Rosario (Kate del Castillo), una joven que trabaja de manera ilegal en Los Ángeles. Están separados desde hace cuatro años, aunque hablan por teléfono todos los domingos y Rosario envía dinero puntualmente todos los meses para que a Carlitos no le falte nada.

La narración va desarrollándose de manera paralela, por un lado, el pequeño y su mundo en donde la ausencia de la madre y su deseo de reencontrarse es más fuerte que cualquier lazo de afecto. Ni su incondicional abuela ni su mejor amigo, nadie puede reemplazarla. Por otro lado, la joven, que trabaja como empleada doméstica en lujosas residencias en la compleja ciudad estadounidense, donde sufre la marginalidad pero encuentra amigos en situaciones semejantes a la suya con quienes compartir sus desdichas y también sus esperanzas.

Madre e hijo están ligados mentalmente a pesar de las distancias. Y un buen día, la abuela se muere y el niño no puede esperar. Encara la mayor de sus aventuras, decide emprender solo el viaje hacia Los Ángeles para buscar a su madre.

Durante ese peregrinaje alocado le sucederán muchos contratiempos, afrontará peligros, pero también encontrará valiosos ayudantes y un clima de solidaridad entre otros ilegales como él, fundamentalmente un aliado (Eugenio Derbez) que ocupa un poco el lugar del padre ausente. Un padre al que Carlitos nunca conoció pues los abandonó muy tempranamente y, curiosamente, también está de manera ilegal en los Estados Unidos.

Un tema caliente

Todos condimentos propios de una historia sentimental, una historia de esas que se repiten aquí y allá, con la particularidad de que en este caso se agrega la problemática del flujo constante de la inmigración ilegal para uno y otro lado, entre México y Estados Unidos. Un tema caliente que ocupa el centro de la escena en numerosas tribunas internacionales. De modo que la película ha sido valorada también por eso, como suele ocurrir con esos temas fronterizos tan sensibles en diversos lugares del planeta, donde las cuestiones humanas más sencillas adquieren siempre otra dimensión y la corrupción se infiltra en casi todos los rincones de la población, como algo cotidiano, muchas veces de la mano de la necesidad.

Por eso “La misma luna” ofrece una mirada benévola sobre esas personas, mostrándolas como víctimas de una situación dada, que no eligieron, pero de la que no pueden escapar. Y aunque el planteo no se quede en la mera denuncia, es evidente que, al concentrarse en algo tan conmovedor como la separación de una madre con su hijo y los intentos desesperados por volver a estar juntos, y toda la tensión que ello provoca tanto en los protagonistas como en los espectadores, la intención es sensibilizar acerca de una situación que resuena en otros ámbitos como un problema grave de difícil resolución y que cala en cuestiones que lesionan los derechos humanos básicos.

Por otra parte, Riggen capta también con su cámara detalles de una cultura que sobrevive y se mantiene a pesar de estar cada vez más infiltrada por “el otro”, “el extranjero”, lo que se evidencia fundamentalmente en el lenguaje, pero que abarca muchos aspectos más sutiles.

Se trata de un buen, aunque un poco lacrimógeno, documento de un drama de estos tiempos.

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BUENA

La misma luna

Ídem. México, Estados Unidos. Drama. Dirección: Patricia Riggen. Interpretación: Kate del Castillo, Eugenio Derbez, Mario Almada, Adrián Alonso, Ernesto D’Alessio, Julie Dove, Jacqueline Voltaire, Maya Zapata, María Rojo.