Ruta de la efedrina

Segovia no abrió la boca delante del juez y continuará tras las rejas

Tampoco declararon su esposa, su primo y un colaborador. Comienzan a conocerse fallas en los controles nacionales a la compra y venta de precursores químicos. Hoy comenzaban a declarar las viudas de los tres empresarios asesinados.

De la Redacción de El Litoral

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Télam/DyN

El empresario Mario Segovia, detenido el domingo último acusado de comercializar más de ocho toneladas de efedrina a grupos de narcos mexicanos, se negó a declarar ante el juez federal de Zárate-Campana Federico Faggionatto Márquez. También se negaron a declarar la esposa de Segovia, Gisela Ortega; su primo Sebastián Segovia, su colaborador Daniel Alejandro Bocchi y su contador.

Segovia fue asistido por el abogado Eduardo Caló, quien advirtió que no hablará públicamente sobre el tema.

El imputado había sido arrestado junto a su primo por personal de la Policía Federal y la Secretaría de Inteligencia del Estado (Side) en el Aeroparque Metropolitano Jorge Newbery, cuando iba a abordar un vuelo hacia Puerto Iguazú (Misiones) a raíz de una investigación iniciada hace dos años sobre la venta de 8.171 kilos de efedrina a carteles de droga mexicanos.

Luego, en la investigación que lleva adelante Faggionatto Márquez, se determinó que sería la misma persona que era buscada en su causa bajo el nombre de Héctor Germán Benítez, y que proveería efedrina a una banda de presuntos narcos mexicanos, que habrían montado un laboratorio para elaborar drogas sintéticas en una casaquinta de Ingeniero Maschwitz.

Con ese nombre -que habría sido usurpado a un preso alojado en el penal de Sierra Chica- habría conseguido en el Sedronar (secretaría antidrogas) un permiso en tiempo récord para importar efedrina, circunstancia que será investigada por el magistrado.

El empresario, que se presentaba como un exportador de bananas, llevaba una vida suntuosa y residía en una mansión situada en el barrio Fisherton de Rosario, que fue allanada por la Justicia, donde se secuestraron dos camionetas Hummer, un Rolls Royce y una Land Rover último modelo.

Segovia es investigado además en otras causas que lo tenían identificado como Benítez: una de ellas por tráfico de sustancias tóxicas, que son utilizadas como precursores en la denominada “guerra química”, que lleva adelante el juez en lo Penal Económico porteño Ezequiel Berón de Astrada, ante quien también deberá prestar declaración indagatoria.

Otra de las causas en la que está denunciado es por el contrabando de 500 kilos de efedrina a México camuflados en paquetes de azúcar, causa que lleva adelante el juez en lo Penal Económico porteño Marcelo Aguinsky.

Declaran las viudas

Las viudas de dos de las tres víctimas del triple crimen de General Rodríguez declaraban hoy por primera vez como testigos ante el fiscal de Delitos Complejos de Mercedes que investiga el hecho, informaron fuentes judiciales.

Se trata de Solange Bellone, viuda de Sebastián Forza, y de María Verónica Colombo, esposa de Damián Ferrón, quienes fueron citadas para las 9.30 de hoy en la fiscalía a cargo de Juan Bidone, situada en el cruce de las calles 37 y 36, de Mercedes.

En tanto, la viuda de Leopoldo Bina, Mariela Izquierdo, se presentará a declarar el viernes próximo, según adelantaron las fuentes.

El fiscal Bidone está interesado en escuchar a las mujeres y consultarlas sobre cuestiones vinculadas a la causa, a pesar de que las tres viudas ya declararon ante la fiscal de instrucción porteña Ana Yacobucci, la primera en instruir la causa, y el juez federal de Campana Federico Faggionatto Márquez, a cargo del expediente por la ruta de la efedrina.

En el caso de la viuda de Ferrón, el fiscal tiene intenciones de hacerle escuchar los audios de los tres videos hallados en el celular de su marido para ver si ella reconoce alguna voz.

Forza, Ferrón y Bina desaparecieron el 7 de agosto pasado cuando aparentemente se dirigían a una reunión de negocios en un hipermercado de la zona sur del conurbano.

Esa misma noche y al día siguiente aparecieron incendiados y abandonados en la Capital Federal los vehículos de dos de ellos, por la que la fiscal porteña Yacobucci comenzó a investigar la desaparición de los empresarios.

Seis días después, el 13 de agosto, los tres hombres fueron encontrados asesinados a balazos en un zanjón, junto a un camino vecinal, cerca de la ruta 5, a la altura de General Rodríguez, donde según la pesquisa, se activaron por última vez los teléfonos celulares de las víctimas.

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EN NÚMEROS

8 a 20

años de cárcel es lo que establece el Código Penal

como castigo a los delitos de infracción a la ley de drogas 23.737, contrabando, acopio de arma de guerra y falsificación de documento, por los que Mario Segovia está imputado. A eso se debe agregar que se lo investiga por tráfico de sustancias tóxicas, como las que se utilizan para la denominada “guerra química”.