Modificarlas podría reactivar la venta de granos

Como están, las retenciones acentuarán la recesión

A los actuales valores los productores se niegan a vender y prefieren diferir sus pagos. Bajar el impuesto podría liberar entre u$s 6.000 y 9.000 millones, y hasta el gobierno se beneficiaría.

Ing. Agr. Norberto Lavatiatta

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La crisis interna que atraviesa el país se vería atenuada si el gobierno Nacional tomara la decisión de bajar las retenciones y posibilitar que el productor venda a un precio acorde.

El país esta en recesión —o caída libre— desde el 11 de marzo pasado debido a la crisis política, el cambio de las reglas de juego, la falta de credibilidad y por no tener políticas agropecuarias.

La crisis internacional que afecta el mundo empeoró la situación del agro argentino. Pero cuidado, no le echemos toda la culpa al crack financiero global porque los precios internacionales siguen siendo tentadores y buenos para el productor. El problema es ese impuesto distorsivo que poseemos llamado retenciones, que subió cuando los precios internacionales lo hacían pero nada pasó cuando estos bajaron.

Cortado antes de Ganancias

Hoy nos encontramos con la cadena de pagos rota en el interior; situación que por supuesto ya llegó a la grandes ciudades. El productor tiene altos endeudamientos motivados por la incorporación de tecnología y maquinarias que vino realizando últimamente debido a los precios altos y para estar competitivo con el mercado. Hoy la mayoría de los chacareros no quieren vender sus granos baratos y difieren los pagos lo más que pueden. Esto paralizó todo el sector y se llevó puesto a otros sectores que, directa o indirectamente, recibían dinero de la producción agropecuaria.

En un momento en que se necesita volcar dinero a la economía argentina el gobierno no se da cuenta (o no lo quiere hacer por orgullo) de que el sector posee, según los cálculos, entre 6000 y 9000 millones de dólares en granos que no vende por los precios internos bajos. Y es en esta época, sobre todo, cuando el sector adelanta los gastos de enero, febrero y marzo por el vencimiento del año fiscal. O sea que al productor le urge vender para pagar los gastos incurridos que hoy esta difiriendo y para asegurarse los insumos de la campaña agrícola.

Además, ese dinero en gran parte van a las arcas del estado a través de los impuestos al cheque, IVA, Ingresos Brutos, Ganancias, no sólo por las ventas de cereales sino por la mayor actividad que genera entre los proveedores de insumos, maquinarias, talleres de reparación, estaciones de servicios, etc.

Moneda de cambio

Para el productor el grano es su moneda de cambio y es muy raro que invierta en el dólar —a pesarque posee todos los insumos dolarizados—, mucho menos en una caja o en depósitos en el exterior. Lo ahorrado esta en granos y por ello es común hablar con un productor y que comente que posee “tantos quintales” de algún cereal.

La ecuación que sostiene el gobierno no es perfecta porque a precios bajos el productor no vende y la recesión continúa, situación que con el correr del tiempo se puede agravar.

Es en esta época cuando el sector adelanta los gastos de enero, febrero y marzo por el vencimiento del año fiscal.

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FAA propone eliminar y segmentar

La Federación Agraria Argentina elaboró un proyecto de ley para eximir a las economías regionales del pago de derechos a la exportación y, al mismo tiempo, segmentar el tributo que pagan los granos, crear un esquema de reintegros mediante títulos públicos y un fondo para caminos rurales. Esta semana la iniciativa fue analizada por los técnicos de las demás entidades que conforman la Comisión de Enlace, aunque se dijo que, en primera instancia, el proyecto no cayó del todo bien.

Algunos de los productos regionales que la ley beneficiaría con la exención de retenciones son: arroz, tabaco, cítricos, yerba mate, azúcar, algodón y olivo.

En tanto, el pago de retenciones para los cinco cultivos principales (soja, trigo, maíz, sorgo y girasol) se segmentaría por volumen y no se aplicaría a la exportación sino a la primera venta del productor. En el caso de la soja, la norma prevé que las primeras 300 toneladas que comercialice el productor estén exentas y que en las siguientes ventas las alícuotas varíen según la cantidad. El segmento más alto, entre 3.000 y 5.000 toneladas, tendría un reintegro de 5% en títulos públicos que servirían para la compra de maquinaria, entre otros insumos.

También contempla que parte de la retención se oriente a un fondo para infraestructura rural, que sería administrado por las provincias.

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Retenidos. Los chacareros mantienen en su poder grandes cantidades de soja, trigo, maíz y girasol

Foto: Archivo

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Retenciones y fertilizantes

Otro de los proyectos en danza para contrarrestar la recesión en el comercio de granos lo presentaron los senadores justicialistas por Santa Fe, Carlos Reutemann y Roxana Latorre.

El objetivo es “otorgarle previsibilidad a la producción agrícola primaria”, para los cual reduce a cero las alícuotas de los derechos de exportación al trigo, maíz, girasol y segmenta las retenciones impuestas sobre la soja, que comercialice “una misma persona física o jurídica, en un mismo ejercicio fiscal”. Según la escala dispuesta para la oleaginosa, hasta 600 toneladas no tributa; entre 601 y 1.500 pagaría 15%; y de 1.501 en adelante 20%.

A su vez, el artículo 7º dispone un régimen de promoción del uso de fertilizantes. El texto indica que “Los propietarios, arrendatarios, contratistas y productores agropecuarios podrán deducir como gasto adicional, en la liquidación anual del impuesto a las Ganancias, el 70% del monto deducible por gastos incurridos en fertilizantes en el ejercicio en el que se comercialice la primera producción a la que fueron destinados”.