Al margen de la crónica

Mayoría automática

La Constitución de Santa Fe garantiza al gobernador elegido por la ciudadanía una holgada mayoría -no especial- en la Cámara de Diputados. Los convencionales de 1962 defendieron la necesidad de respaldar al Poder Ejecutivo con una ventaja en una de las dos Cámaras para que pueda intentar llevar adelante su programa de gobierno que necesita de leyes y de acuerdos políticos. En cambio, la elección de senadores queda supeditada a cada uno de los 19 departamentos. Esto hizo que salvo en el período 1983-87 en que el radicalismo tuvo una mínima ventaja sobre el justicialismo en el Senado, hasta diciembre pasado, las dos Cámaras tuvieran mayoría justicialista.

Desde la oposición -hoy en el gobierno- se cuestionó durante los últimos años el uso de “mayoría automática” en la Cámara Baja para cerrar temas de debate y blindar al Poder Ejecutivo. Mucho se habló sobre la cuestión e incluso se pretendió instalar esa modificación entre los temas de una eventual reforma constitucional.

Sin embargo, la “mayoría automática” que tiene el hoy oficialismo -ayer crítico del sistema- también es utilizada para blindar al Poder Ejecutivo actual, tal como ocurría antes. En esta semana, esa mayoría fue utilizada para no dar quórum a la Asamblea Legislativa y evitar el cuestionamiento al nuevo sistema de Consejo de la Magistratura puesto en práctica por el actual Poder Ejecutivo. También fue usada la ventaja numérica para aprobar la iniciativa oficial sobre la futura ley de paritaria docente. Desde el punto de vista de la necesidad política no parece mal el uso del número después del debate de las ideas.

Desde lo lejos, los convencionales del “62 miran de reojo y advierten que la medicina -pese al paso del tiempo- surte efecto cuando hay convencimiento y disciplina y éste es el mayor desafío que tienen día a día las “mayorías automáticas” de la provincia.