Un desafío para Obama

Lucie Godeau. AFP

El futuro jefe de la Casa Blanca, Barack Obama, tiene la oportunidad de restaurar los derechos humanos violados desde la “guerra contra el terrorismo” lanzada en septiembre de 2001 por Estados Unidos y sus aliados, opinó la responsable de Amnistía Internacional (AI), Irene Khan.

En una entrevista con motivo de la conmemoración, el 10 de diciembre, del 60º aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, Khan recalcó la “hipocresía” de Estados Unidos y de otros gobiernos occidentales tras los ataques de 2001, pero se mostró optimista de que la agenda de Obama dará un lugar prioritario a esos derechos.

“Los ataques del 11 de septiembre (de 2001) pusieron de manifiesto la hipocresía de las democracias occidentales, que hasta entonces se habían presentado como las defensoras de los derechos humanos” en el mundo, denunció.

“De repente, esos países se vieron confrontados a problemas (de terrorismo) en sus territorios. Y para enfrentarlos, optaron por el camino fácil, impulsando estrategias que socavaron los derechos humanos en vez de defenderlos”, dijo la responsable de AI.

“Y eso envió un mensaje muy malo a las otras naciones”, lamentó Khan, nacida en Dhaka, actual Bangladesh, en 1956.

Aunque recalcó que la “guerra contra el terrorismo” fue concebida por el gobierno del republicano George W. Bush, Khan criticó a los gobiernos europeos que se unieron a Washington, y fueron cómplices de torturas, abusos y violaciones, en el marco de su guerra “contra el terrorismo”.

Restaurar la autoridad moral

Declaró sin embargo su esperanza de que, tras la “regresión” en el respeto de los derechos humanos, registrado tras los ataques contra Nueva York y Washington, Obama logre restaurar la autoridad moral de Estados Unidos.

“Espero que Estados Unidos tome en el futuro una posición fuerte sobre los derechos humanos”, declaró la responsable de Amnistía, que ha llamado a Obama a que en los primeros cien días de su presidencia tome medidas concretas para cerrar la prisión militar estadounidense de Guantánamo (Cuba).

Hizo hincapié en que gracias a la adopción hace 60 años en París de la Declaración de Derechos Humanos, “ningún gobierno puede ya rechazar que los derechos humanos son una preocupación legítima de la comunidad internacional”.

Esa Declaración permitió numerosos avances legales, e “inspiró movimientos políticos como la lucha contra el apartheid en Sudáfrica y la lucha por la democracia en Europa del Este”, recordó.

La responsable de AI se mostró sin embargo pesimista sobre el impacto de la crisis económica mundial sobre los más vulnerables.

“Creo que los desafíos más grandes que se presentan para los próximos años en los derechos humanos son la lucha contra la pobreza y contra el cambio climático”, subrayó.

“El paisaje que se vislumbra es sombrío porque, a medida que (la crisis provoque) haya protestas, tensiones, ello podría desencadenar represión, acciones de fuerza”, advirtió.

“En esas circunstancias, los gobiernos deben tomar la iniciativa, no deben dejar que los mercados decidan”, concluyó la responsable de AI.