Denuncia

Sospechoso ataque a una casa de Colastiné

De la Redacción de El Litoral

Juan Carlos Márquez y Ramona Contreras, padres de Pablo Contreras asesinado hace seis años y cuyo crimen continúa impune, denunciaron un sospechoso atentado sufrido el domingo en su casa de Colastiné Norte. Según relataron a El Litoral, eran las 3.30 de la madrugada cuando un desconocido entró por el fondo de su casa y abrió la ventana del dormitorio donde descansaban una de sus hijas, el yerno y el hijo de ambos, de 3 años.

Los Márquez vienen denunciando desde hace tiempo a algunas personas que creen, estuvieron relacionadas con la muerte de su hijo, pero nunca se encontraron pruebas suficientes para vincularlos. Además responsabilizan al personal de la antigua comisaría de su barrio, cuyo personal habría actuado con cierta negligencia a la hora de levantar el cadáver.

Como si fuera poco, la pareja Márquez-Contreras, le pide explicaciones al juez de la causa, que por el momento no puede satisfacer sus inquietudes respecto de quién mató a Pablo hace ya tanto tiempo.

El último domingo de noviembre, los Márquez salieron por los medios para volver a denunciar todo lo que saben, y estiman que eso fue lo que molestó a alguno de los involucrados y que por eso los fueron a amenazar el fin de semana siguiente.

Temores

Desde hace años que viven en Colastiné Norte, sobre calle Los Jazmines, unos 900 metros al oeste de la Ruta Nº 1. Aseguran ser gente de trabajo -él vende plantines y ella limpia casas-, por lo que les resulta ingrato tener que estar encerrados en su casa, además de haber perdido a uno de sus hijos. Ahora están preocupados por su otra hija, que tiene 12 años y que pasa mucho tiempo sola en la casa.

En cuanto a lo sucedido el último fin de semana, dicen que la tarde previa al sorpresivo ingreso vieron merodeando por la zona a 4 personas que iban en un Peugeot azul. A la madrugada recibieron la extraña visita.

Denunciaron el hecho en la comisaría sub 4ta. a las 7 de la mañana siguiente y a la 1 de la tarde la policía registró el lugar. Las huellas del desconocido quedaron marcadas en la pared, después de haber pasado por una montaña de arena.

Consultado sobre quién podría estar detrás de todo eso, los Márquez sospechan de unos vecinos que están en la casa contigua a la suya, donde aseguran que “funciona un aguantadero”.

En esa misma casa vivían las personas que ellos denuncian como los autores de la muerte de su hijo Pablo, y también recordaron que allí mismo violaron a un nene de 10 años tiempo atrás.