OPINIÓN

Adecuar los Bajos

Eloy Rodríguez

La falta de decisión política impide cristalizar un ambicioso proyecto productivo como es el de inc orporar más de 2.000.000 de hectáreas, del norte santafesino, este santiagueño y sur chaqueño, a las expectativas de un gran desarrollo agrícola ganadero.

Hay opiniones con respaldo científico que deberían evitar las decisiones equivocadas, el tedioso letargo y la promesa sin sentido.

El 19 y 20 de agosto de 2005, visitó Tostado el ingeniero holandés José Van Alphen, experto en escurrimientos hídricos. Alertó sobre “el desequilibrio entre las precipitaciones, la evaporación y el drenaje y la falta de dependencia entre el subsuelo, la hidrología, la infraestructura y el nivel de la toma de decisiones”. Habló de un plazo no menor de dos décadas para lograr estas equiparaciones. Ya se malograron tres años.

En diciembre de 2008, un proyecto realizado por el Ing. Hugo Terré, Rodolfo Palazzo y Carolina Acosta, propone adecuar el sistema productivo de los Bajos Submeridionales ya que, a entender de estos profesionales, “la falta de comprensión del comportamiento de este sistema, el desconocimiento de sus particularidades, el subestimar su sensibilidad ante las acciones antrópicas y la conducta extractiva del productor agropecuario, pensada desde el beneficio económico, pretendieron adaptar los Bajos Submeridionales a otro sistema productivo, sin tomar en cuenta que la naturaleza no perdona y, tarde o temprano, restablece el equilibrio con costos muy grandes para los habitantes de la región. No se trata de modificar sino de adecuar la producción a las características existentes”.

El diagnóstico ya está. Faltan las respuestas concretas. Van Alphen, en el 2005, decía “No podemos ocuparnos sólo del escurrimiento porque así se descompensa la necesidad futura, faltará agua cuando haya sequía, profundizaremos las canalizaciones y ocasionaremos salinización”.

Según Terré, “el sistema productivo debe surgir de un equipo multidisciplinario, integrado por quienes hayan convivido con la problemática y estén en permanente contacto con el medio. La Provincia no cuenta con un equipo de estas características. Habrá que compatibilizar la producción con el medio ambiente; disminuir los riesgos y los índices de NBI; efectuar el ordenamiento territorial, volver a la posibilidad de la colonización y evitar que perduren las emergencias”.

La lección de la naturaleza lleva casi medio siglo. No terminamos de aprenderla. Escurrimos más de 20 inundaciones y ahora hace falta el agua.