EDITORIAL

La regionalización de la provincia

El problema de la fragmentación o regionalización del territorio provincial está en el centro del debate sobre el modelo de Estado que se ha propuesto el actual gobierno santafesino.

Las aspiraciones para la reforma parten de observar que en Santa Fe existen realidades demasiado diferentes, según cada zona. La división se verifica en términos del desarrollo económico, de la participación política, de las problemáticas sociales y hasta de las expectativas en la calidad de vida, según se trata de santafesinos de la zona norte, centro, oeste, sur o de una parte de la costa del Paraná.

La regionalización y descentralización del sector público, en el marco de los programas en favor de la reforma del Estado, se han planteado desde el Poder Ejecutivo Provincial como las vías para procurar que no haya decisiones uniformes y centralizadas en la administración de la cosa pública, que impidan o traben el crecimiento y la inversión, o directamente promuevan un desarrollo inarmónico, desigual.

Razones históricas, económicas y geográficas pueden seguramente explicar -en algún nivel del necesario diagnóstico- las causas que hacen que Santa Fe sea una pero también varias provincias. Sin embargo, debe advertirse que no es admisible para estos tiempos una discusión política que -en el fondo- se incline por caracterizar a la extensión del mapa santafesino, a lo vasto del territorio provincial, como una desventaja: las nuevas tecnologías ya no permiten siquiera que se mencionen como excusa los más de mil kilómetros que separan a Florencia, en el extremo norte santafesino, de Rufino, en el punto más sureño.

La regionalización de la acción estatal, a partir de crear nodos que vinculen a más de un departamento no goza del consenso de todos los actores políticos de la provincia. La oposición objeta airadamente ese aspecto del proyecto porque interpreta que allí existe un intento solapado del gobierno de acotar el poder de decisión del Senado, del que el PJ ha ganado 13 de sus bancas.

El oficialismo niega que pretenda violentar el orden constitucional y en cambio reclama un debate en favor de la reforma de la Carta Magna (que es hoy la más antigua del país), al que la oposición hasta ahora se niega en forma sistemática.

Es de esperar que la discusión del todo -la integralidad del proyecto reformista que ordena la plataforma electoral del Frente Progresista- no impida la realización de una parte de ese modelo: el de la regionalización y la descentralización de la acción estatal. La iniciativa tiene literalmente el crédito de la Unión Europea, que ha entregado sin cargo casi 3 millones de euros a la capacitación, infraestructura edilicia e informática que requiere un cambio semejante.

Días pasados se presentó el Plan Estratégico Provincial que es fruto de una ronda de cuatro asambleas en cada una de las cinco regiones que componen el mapa de nodos.