EDITORIAL

Defensas contra inundaciones

La ciudad vive una relación difícil con el río y, sin dudas, su condición litoraleña la enmarca y define. La capital provincial ha nacido y se ha potenciado en medio de vastos sistemas fluviales que confluyen en su región, pero también los ha sufrido.

Con los santafesinos ocurre lo mismo que con cualquiera de los pobladores de cada una de las urbanizaciones y de las poblaciones costeras: para ellos es habitual estar al tanto de las marcas y de los registros de los altímetros en los puertos, y del mismo modo, la información sobre las escalas suele estar entre los servicios regulares que ofrecen los medios de comunicación al público en general. Lógicamente, cuando esos registros aumentan, también lo hacen la angustia y las preocupaciones acerca del modo en que se habrán tomado las necesarias previsiones por parte de las autoridades, medidas que permitan salvar o al menos mitigar los efectos de los desastres hídricos.

El actual período es de claro estiaje, tanto que la bajante es por momentos motivo de preocupación. Sin embargo, es bueno que no haya sido ésta una excusa para que se dejara de prestar atención a la necesidad de producir inversiones fuertes en la infraestructura de protección contra las inundaciones.

Las acciones se visualizan tanto en el estado Provincial, como en la administración municipal de la ciudad capital, y comprenden a los sistemas hídricos del Paraná y el Salado.

En ese contexto, se destaca la marcha de una obra que mejora y refuerza la defensa sobre el borde del Salado. Se trata de una protección especial que se construye sobre el terraplén de la Avenida de Circunvalación Oeste, con un presupuesto de 28 millones de pesos, cuyo cálculo de diseño responde a los nuevos parámetros que se definieron luego de la desastrosa crecida de ese río, en abril-mayo de 2003.

Por esos años, se consideró que esa defensa debía ser preparada para un evento extraordinario: una creciente simultánea de los dos sistemas fluviales -del Paraná y el Salado-, fenómeno probable, pero sin registro histórico.

La nueva cota de coronamiento del terraplén, desde la cabecera Santa Fe del puente Carretero hasta el extremo norte de la localidad de Recreo, responde a esos nuevos criterios de proyecto. Una protección especial de bloques de hormigón y mantas de geotextil evitará la pérdida de suelo compactado y arena, que forman el cuerpo del anillo que se cerró con la obra correspondiente al Tramo 3 de la Avenida de Circunvalación Oeste, todavía en construcción.

No menos importante es la tarea que corresponde a las autoridades municipales respecto de la infraestructura para evacuar los excedentes pluviales, en materia de canalización de las aguas y desagote por bombeo de los reservorios.

En cualquier caso, la historia de la ciudad y en especial los últimos años, demuestran que una tarea clave para convivir con el río y sus desbordes es la de tomar conciencia de la existencia del riesgo y saber cómo actuar ante una emergencia para evitar la pérdida de vidas y bienes.