llegan cartas

Caminar

 

Dr. Alberto Niel.

Ciudad.

Señores directores: Caminar es una actividad vital, indispensable, útil y saludable, que se valora en toda su magnitud y se extraña nostálgicamente cuando se va perdiendo la posibilidad de ejercitarla, como en mi caso, en que una maldita artrosis de cadera me obliga a deambular pasito a pasito, con el auxilio de un artefacto cuadrúpedo, transformándome en hexápodo, como los insectos.

Las mujeres modelos profesionales desfilan en pasarelas pisando en línea recta y ondulando el organismo con movimientos prolijamente estudiados para focalizar y tornar incandescentes las miradas de los “masculinos”, como dicen los policías. Mucha gente de ambos sexos se desplaza con pisadas paralelas; pero la mayor parte “chuequea” para afuera o para adentro. Con esto queremos significar que las puntas de los pies se alejan o se aproximan a la línea media y nada mejor para graficarlo que imaginar diferentes posiciones de las agujas de un reloj.

Lo más frecuente entre los “chuecos p’afuera” es que los pies marcan las once y cinco sin llamar la atención ni despertar comentarios jocosos, cosa que no pasa con los que marcan las diez y diez en un andar chaplinesco sin pretenderlo. Los “chuecos p’adentro” convergiendo las puntas hacia el centro con las patas como loros d’estribar entre los dedos, según Martín Fierro, marcan en el semicírculo inferior del reloj las siete y veinticinco y suelen jugar al fútbol.

¿Se acuerdan ustedes del mitológico “chueco” García, el pistolero de Gimnasia, que desfilara posteriormente por Rosario Central, San Lorenzo y el Seleccionado Argentino, haciendo maravillas con su zurda mágica? ¿Hubiera hecho lo mismo pisando correctamente? Dejémoslo así.