Según la revista NewScientist

El Sol bajará su actividad

Desde hace más de un siglo el astro rey está en un período de máxima actividad pero, se prevé, que en la próxima década esta situación se revertirá y entre otras cuestiones bajará su luminosidad.

EFE

El Sol va a entrar en un período de más baja actividad, lo que puede exponer a un mayor peligro a los astronautas, según un estudio suizo del que informa la revista NewScientist.

La capacidad que tiene el Sol para proteger al sistema solar de los rayos cósmicos más perjudiciales podría disminuir a comienzos de la próxima década, indica el artículo.

Además de su ciclo de once años de manchas y llamaradas solares, la actividad solar experimenta otro tipo de cambios que pueden durar incluso décadas.

El Sol está actualmente en un período de máxima actividad, que dura desde hace casi un siglo, y no se sabe exactamente cuándo va a terminar. Para intentar aclararlo, un equipo dirigido por José Abreu, del Instituto Federal Suizo de Ciencias Acuáticas y Tecnología de Duebendorf, analizó 66 períodos de gran actividad durante los diez mil últimos años.

Para ello estudiaron los niveles fluctuantes de isótopos raros como el berilio-10 en los hielos de Groenlandia.

Esos isótopos se producen cuando los rayos cósmicos destruyen los núcleos de los átomos de oxígeno y nitrógeno en la atmósfera terrestre. La producción de esos isótopos alcanza su punto culminante cuando decae la actividad solar ya que un viento solar más débil deja que entren más rayos cósmicos en el sistema solar.

Largos períodos

Basándose en la duración de períodos pasados de gran actividad y en el hecho de que el actual ha durado ya ochenta años, el equipo suizo calcula que la duración probable de este último será de entre 95 y 116 años, siendo la primera cifra la más probable.

Aunque disminuya ligeramente la luminosidad solar durante las próximas décadas debido a esa menor actividad, señala Nigel Weiss, de la Universidad de Cambridge, y miembro del equipo investigador, la influencia que pueda tener en el cambio climático será mínima.

Los más afectados probablemente sean los astronautas: más allá del campo magnético protector de la Tierra, su exposición a un incremento de los rayos cósmicos que entrarán en el sistema solar debido al debilitamiento del viento solar podría causar cáncer e infertilidad.

Otros científicos, como David Hathaway, del Marshall Space Flight Center de la NASA en Huntsville (Alabama), se muestran, sin embargo, más escépticos sobre la posibilidad de predecir cuándo entrará el Sol en ese período de menor actividad.

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Para el ojo poco avisado prácticamente nada cambiará, aunque se entre en un largo período de casi un siglo.

Foto: Archivo El Litoral

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Muertas, hablan de la vida

Las estrellas muertas albergan las pistas sobre la evolución de los planetas, en especial de la Tierra, según un estudio ante la Sociedad Astronómica de Estados Unidos en Long Beach, California.

Esas estrellas, conocidas como “enanas blancas”, están cubiertas por restos de asteroides que contienen los materiales a partir de los que se formaron los planetas, según el estudio preparado por investigadores de la Universidad de California.

El observatorio espacial Spitzer de la Nasa ha detectado con su telescopio infrarrojo un total de ocho de esas “enanas blancas”, circundadas por los restos de asteroides.

Según un comunicado del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, por sus siglas en inglés) de la Nasa, hasta ahora los resultados sugieren que los materiales que forman la Tierra y otros cuerpos rocosos del sistema solar podrían ser muy comunes en el universo.