Tampoco llueve en las altas cuencas de los ríos

Clima: ¿se viene un período “seco”?

No llueve en las cuencas que dan origen a los ríos Paraná y Paraguay. La importancia de investigar las causas, más allá de los saberes conocidos, para evitar mayores pérdidas económicas y sociales.

Teresa Pandolfo

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Los cambios en el medio ambiente devienen en repercusiones no deseadas en el campo económico y social. Por eso su preservación exige de políticas consensuadas entre el Estado y los sectores de la producción y del trabajo.

En Rosario hay preocupación por la bajante del río Paraná. Ayer el río en su hidrómetro registró 1,41 metros y condicionaba tanto la cantidad de agua que se toma del curso de agua para ser potabilizada como la navegación .

También se observa mucho menos agua en el sistema Setúbal-Paraná aledaño a esta capital, aunque en los últimos días ha crecido llegando hoy a una marca en el hidrómetro local de 2,03 metros.

Esto ocurre mientras se profundizan los efectos de la sequía, que extiende sus bordes a más territorios. Hace 14 meses que no llueve en algunos puntos del norte santafesino y del Chaco, pero sufre también el déficit hídrico distritos de otros departamentos santafesinos y las provincias de La Pampa, Buenos Aires y Entre Ríos.

Pero, asimismo, es harto llamativo que no precipite en las cuencas del Alto Paraná y en la región brasileña donde nace el río Paraguay. Exportadores de ese país comunicaron su preocupación por las consecuencias negativas para la economía nacional que se originan en los problemas de navegabilidad del río Paraguay.

¿Son las mismas razones por las que no llueve en la región Pampeana y parte del Litoral argentino que en Brasil, donde nacen el Paraná y el Paraguay? ¿O es que en el territorio brasileño se ha producido un cambio muy profundo en la producción y ello repercute también en el clima?

Factores e interrogantes pendientes

El Ing. Fernando Ardura vive en Buenos Aires. Fue vicepresidente de Parques Nacionales y actualmente asesora a la Fundación Hábitat y Desarrollo.

El experto, de dilatada trayectoria, indica que cuando aparecen estos fenómenos nuevos solemos caer en la tentación de explicarlos desde el saber acumulado.

“Sin negar los saberes disponibles (que abonan las hipótesis), hay que aceptar el desafío científico de que todo fenómeno nuevo es una realidad inédita de la Naturaleza y que obedece a una concurrencia de factores. O sea, que hay que investigar de nuevo. Tendría que ser una de las funciones de un Estado responsable”, acota.

En cuanto a los factores a tener en cuenta sobre el fenómeno que se registra en la cuenca del río Paraná, Ardura insiste que hay que considerar por lo menos cinco:

* El fenómeno de cambio climático en la región, acelerado por la emanación de gases de efecto invernadero.

* El fenómeno actual de la Niña neutra.

* La deforestación del 80% del Mato Grosso, en las nacientes del Paraná y la consiguiente modificación de sus ecosistemas (que impactan sobre el clima) y los procesos naturales de escurrimiento y retención de aguas;

* La posibilidad de estar entrando en un período seco y saliendo del período húmedo de los últimos años.

En este punto, Ardura se detiene y dice que “todavía no lo sabemos, lo tenemos que estudiar, pero hay indicios de que podemos estar entrando en un período seco”. Y refiere que el Inta de Reconquista tiene los registros

pluviales de La Forestal en la primera mitad del siglo XX, rescatados por el productor Valentín Ferrero, de Vera, en los cuales se registra la alternancia, con sequías similares a las actuales.

El Litoral se comunicó con dicha estación experimental de Reconquista, pero debido a que parte del personal está de vacaciones no se tuvieron respuestas sobre extensión y frecuencia se habían dado esos períodos de alternancia entre períodos húmedos y secos en el norte.

* La incidencia de las represas, en un año de crisis energética y de utilización plena de sus capacidades instaladas, y cómo eso repercute en el régimen de caudales río abajo.

Ardura consigna que seguramente se podrían identificar otros factores para hacer las preguntas que “permitan formular una o varias hipótesis y después investigarlas”.

Y sostiene que “éste es el único camino para saber aproximadamente qué está pasando, e implementar las acciones necesarias para intentar cambiar, mitigar y acompañar adaptativamente la realidad. De lo contrario —agrega— estaremos en manos del brujo de la tribu”.

En su visión, la bajante extraordinaria del Paraná “crea un nuevo problema político que sólo se puede resolver políticamente: con un Estado (provincial y nacional) que se ponga los pantalones largos”.

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ADEMÁS

El Ing. Ignacio Cristina es ayudante de cátedra en el Centro de Información Meteorológica de la Facultad de Ciencias Hídricas de la UNL. Cristina fundamenta la carencia de lluvias en las cuencas del Paraná y Paraguay en que “estamos bajo los efectos del calentamiento global”.

A su juicio, la deforestación influye pero pone el acento más en la Niña Neutra como la causante de la falta de precipitaciones y dice que “esta situación de sequía no sólo se presenta dentro del país sino que también comprende a la macrorregión”.

“Al no haber lluvias sobre las cuencas del Paraná y Paraguay e incluso del Salado hace que los ríos desciendan. Si bien no son bajas extraordinarias porque desde los años 1970 hasta ahora, hemos tenido niveles tanto a más bajos como los presentes, estamos con registros fuera de lo normal”.

Respecto de la hipótesis de un posible ingreso en “una etapa seca”, el Ing. Cristina consigna que a lo largo de un lapso de tiempo en estudio, se encuentran períodos húmedos, secos y muy secos. “Para confirmar si estamos ingresando en uno seco se necesita mucha mayor información que la estudiada hasta ahora, porque se pueden dar oscilaciones. Por ejemplo, que en un período seco haya uno o dos años húmedos y viceversa. O si lo que ocurre no se debe a una situación específica. Sabemos sí que 2008 ha sido un año seco, recién veremos a principio del próximo cómo calificamos este período.”