América Latina y la crisis

Hartmut Sangmeister (Deutsche Welle)

Son los pobres en América Latina los que tendrán que pagar el precio de la crisis”. Según un informe del Giga (German Institut for Global and Area Studies), América Latina está atrapada en el remolino de la crisis financiera. Después de 6 años de crecimiento económico, cabe esperar un debilitamiento general en todos los países de la región. En la segunda mitad del año 2008 la economía de la región ha sido atrapada en el remolino de la crisis financiera internacional y en el curso del año 2009 el crecimiento económico total se desacelerará.

Los pronósticos concretos del desarrollo económico son hasta el momento inseguros, pues dependerá con cuánta rapidez mejore la coyuntura en la economía mundial.

Que el volumen de exportación se haya reducido a consecuencia de la caída de los precios de las materias primas y los productos agrícolas así como el previo incremento de los costos de las importaciones ha causado que el balance agregado de rendimiento arroje, por primera vez en cinco años, un déficit. En las economías más importantes de la región hay que contar con una reducción de casi el 50% del crecimiento del valor agregado general.

Varios gobiernos de América Latina han desarrollado programas coyunturales keynesianos para impulsar la demanda. Sin embargo, hasta el momento no hay una acción conjunta de los gobiernos que defina medidas de política monetaria y financiera para enfrentar la crisis. No obstante, en la región ciertos requisitos para capear las turbulencias de la constelación financiera mundial actual se cumplen mejor que en décadas anteriores.

Después de años de fuerte crecimiento, los indicadores señalan que Estados Unidos y otros países industrializados se encuentran ante una recesión. Debido a ello se verá afectado el desarrollo de aquellos países que están ligados a los países de alto ingreso, sobre todo el de las economías emergentes del Asia y América Latina.

Si bien hay que esperar el efecto que tengan los programas anunciados por los diferentes gobiernos, no se descarta la posibilidad de reacciones en cadena que acabarían con la esperanza de una pronta recuperación de la economía mundial. Un factor de inseguridad decisivo son los efectos de la crisis financiera en la concesión de créditos.

En la crisis, la problemática de la estrategia de desarrollo basada en los recursos es más clara que nunca. La riqueza en recursos naturales amenaza con convertirse en una maldición. Aparte del déficit en políticas medioambientales para la explotación y utilización de los recursos y las capacidades limitadas para lograr una gerencia medioambiental eficiente, la estrategia de desarrollo debe ser cuestionada por sí misma. Algunos países latinoamericanos han demostrado en los últimos años que se pueden alcanzar tasas positivas de desarrollo con la exportación de bienes primarios. Sin embargo, una estructura económica que se “reprimariza” sin diversificar las exportaciones hace que la economía dependa cada vez más de impulsos de demanda selectivos y coyunturales.

Son los pobres en América Latina los que tendrán que pagar el precio de la crisis. Los éxitos en la disminución de la pobreza de los últimos cuatro o cinco años, se han visto borrados total o parcialmente en el lapso de un año. El número de pobres en América Latina amenaza con crecer en varios millones.