Segunda reunión el martes

Gobierno y campo continuarán con

un diálogo que aún no es acuerdo

El gobierno ratificó que no toca las retenciones pero ofreció mejoras en leche y carne. La Mesa de Enlace prefirió postergar definiciones para sostener negociaciones por rubro.

De la redacción de El Litoral

[email protected]

DyN

El gobierno y el campo iniciaron ayer un camino de negociaciones en el que las autoridades ratificaron que no se mueven las retenciones a las exportaciones de soja, trigo, maíz y girasol, aunque pusieron sobre la mesa otras medidas para carne y leche. Los ruralistas analizarán la propuesta y el martes habrá un segundo encuentro.

Débora Giorgi dijo que el costo fiscal de la propuesta oficial implica unos 1.300 millones de pesos. Incluye una suba a $ 420 por tonelada en las compensaciones en el precio del trigo, lo que implica precio FAS pleno para el productor; una baja en las retenciones a todos los productos lácteos siempre y cuando se asegure el abasto interno; diez centavos por litro de leche a los tambos que produzcan menos de 3.000 litros de leche diarios, un subsidio de 200 pesos para el engorde de machos Holando, y una deducción en el impuesto a las Ganancias para el engorde de novillos pesados superiores a los 400 kilos.

Al mismo tiempo, habrá un subsidio hasta 11.000 pesos a productores de terneros y una rebaja del 50 por ciento a productos de economías regionales tales como algodón, lanas, maní, conservas, vinos, siempre y cuando esa baja sea percibida por el pequeño y mediano productor.

El ministro del Interior, Florencio Randazzo, dijo que “hemos planteado la necesidad de tener en cuenta la situación económica internacional” y advirtió a los dirigentes rurales que “si vienen como dirigentes políticos la discusión debe hacerse en otro ámbito”.

Randazzo sostuvo que la situación “es muy difícil y todos tenemos que hacer un esfuerzo”.

Cautela ruralista

En tanto, la dirigencia rural adoptó una posición de cautela frente a los resultados de la primera reunión y remitió cualquier pronunciamiento a la evolución de las negociaciones a los futuros encuentros.

Al término del cónclave, Eduardo Buzzi, titular de la Federación Agraria Argentina (FAA), aseguró que se constató que existe “una predisposición a abrir caminos” y expresó que “hay mucho por transitar y vamos a ir trabajando en todos los temas”.

Por su parte, el presidente de Coninagro, Carlos Garetto, aseguró que en la discusión con el gobierno se “avanzó muy poco por lo acotado del tiempo y por los temas, que son muchos”, e indicó que para el próximo encuentro, acordado para el próximo martes, hay que “mejorar las propuestas que hubo en granos y carnes”.

Hugo Biolcati, de la Sociedad Rural Argentina (SRA), manifestó que “esta reunión fue una presentación cordial (de medidas), pero estoy escaldado de reuniones cordiales” con funcionarios de la gestión de Cristina Fernández de Kirchner.

Según Biolcati, “hay que hablar de carne en la próxima reunión del martes”, y dejó en claro que Giorgi y Randazzo “nos comunicaron medidas, pero no hablamos de soja o maíz”. Agregó que tampoco fueron tratadas cuestiones como la política que promueve la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca) y la Secretaría de Comercio Interior, a cargo de Guillermo Moreno, a quien acusó de “entorpecer todas las negociaciones anteriores”.

En este sentido, Buzzi consignó que en el encuentro “no hubo halcones ni palomas” y manifestó que lejos de los encuentros que mantuvo con funcionarios durante el 2008, la reunión “no fue positiva pero no fue mala: hubo una voluntad de poner algunas soluciones arriba de la mesa”.

“El tema retenciones en soja, nos dijeron, eso no se puede abordar”, dijo Buzzi, al tiempo que pese a ello “no se están cerrando caminos” en la negociación futura entre el campo y el gobierno.

///

LA CLAVE

Del dicho al hecho

El presidente de CRA, Mario Llambías, consideró “exiguos y de compleja instrumentación muchos de los anuncios realizados por los funcionarios nacionales” hasta la actualidad. El dirigente remarcó que le gustaría “ver pasar del dicho al hecho; que los anuncios se traduzcan en acciones concretas porque la situación del sector agropecuario es insostenible. La compleja realidad agropecuaria no pudo ser abordada en profundidad en una reunión que terminó resultando corta, por lo que se pasó a un cuarto intermedio hasta el día martes 3 de marzo, fecha en que el gobierno se comprometió a llamar a un nuevo encuentro”, señaló Llambías.

Gobierno y campo continuarán con un diálogo que aún no es acuerdo

Randazzo y Giorgi reiteraron que las retenciones no se tocan. Buzzi dice que es un “dogma” del gobierno que debilita a productores chicos.

Foto: Télam

///

ADEMÁS

Retenciones para docentes y jubilados

El gobierno nacional justificó la necesidad de mantener el nivel de retenciones a la soja, girasol, trigo y maíz, a fin de atender las erogaciones presupuestarias que demandan el pago de beneficios a sectores vulnerables, como jubilados y docentes.

El ministro del Interior, Florencio Randazzo, argumentó que sería “injusto” propiciar una baja en las retenciones de estos productos “en desmedro” de otros actores de la economía que necesitan recursos.

Randazzo indicó que actualmente hay nueve millones de toneladas de soja sin vender, “en un mundo donde hay una feroz recesión, con falta de mercado”. Refirió que “hemos planteado la necesidad de tener en cuenta la situación económica internacional” y advirtió a los dirigentes rurales que “si vienen como dirigentes políticos, la discusión debe hacerse en otro ámbito”. Así, Randazzo sostuvo que la situación es muy difícil y todos tenemos que hacer un esfuerzo “para atender la problemática que ofrecen los sectores más vulnerables de la sociedad argentina”.

Durante la conferencia de prensa que ofrecieron en el Palacio de Hacienda tras el encuentro con los ruralistas, la ministra de Producción, Débora Giorgi aseguró que las medidas ofrecidas tienen un costo de 1.300 millones de pesos. Justificó que “bajar 15 puntos como muchos proponen la retención de la soja -que no es sólo el poroto, sino que es toda la cadena- significaría una cifra similar al aumento otorgado ayer a los jubilados”.

Randazzo añadió que la defensa del esquema de retenciones “no es un capricho ni siquiera es un tabú” para la gestión de Cristina Kirchner. Insistió en que “es injusto para el resto de los actores de la economía una baja de estos productos en desmedro de otros sectores” y calificó a la actitud del dirigente entrerriano Alfredo De Angeli como “intolerante y violenta”. El titular de la cartera del interior señaló que “esperamos que los dirigentes entiendan cuál es la situación económica global, que nosotros no generamos”.

///

análisis

Sensación de tregua

Gladys de la Nova

En un clima signado por las protestas de productores movilizados, con las sospechas del gobierno sobre el discurso opositor el campo y con el trasfondo de la crisis global, dos ministros del Ejecutivo recibieron a la Comisión de Enlace Rural para iniciar un camino que pretende recomponer la confianza.

Al menos en las formas, algunas cosas parecen haber cambiado respecto de aquellas reuniones que bordaba Alberto Fernández y dinamitaba Néstor Kirchner. De ésta, que duró más de tres horas, con la incorporación del ministro político que desplazó al jefe de Gabinete, quedó un “no” bien claro del gobierno a la eliminación de retenciones a la soja, el trigo, el maíz y el girasol, cuyo fundamento fue la necesidad fiscal por razones sociales.

Pero surgieron al menos tres propuestas que permitirán ir avanzando en un camino de tregua. El martes, los chacareros ya habrán podido comprobar si esta vez el resultado del encuentro se plasma en el cumplimiento del compromiso oficial.

Se plantearon dos aspectos clave y concretos: la eliminación de retenciones a la exportación de lácteos por una parte y, por otra, la baja de 50 por ciento en las impuestos a las ventas al exterior de producciones regionales, desde el tabaco hasta la miel, que en 2008 tributaron gravámenes por 161 millones de dólares.

La tercera propuesta va más lejos en expectativas. Se retomaría el camino de las compensaciones para estimular el engorde de terneros, reeditando el beneficio suspendido para que llegue a los productores, ya que la zafra que se realiza hacia marzo caería en alrededor de 3,5 millones de cabezas.

La reunión del martes dependerá en gran medida de esa actitud de parte del gobierno. Como el pozo y el péndulo, el gremialismo ruralista no dejará de sentir la presión de las bases.

El nivel de desconfianza es enorme, y mucho del futuro de las acciones que se están pensando hoy en el sector productivo estará condicionado por la puesta en marcha de los anuncios y no, como antaño, cuando todo quedaba en promesas. La Comisión de Enlace también deberá demostrar entonces a las autoridades que maneja las riendas ciclópeas de las bases.

En el tintero quedó un tema ríspido si lo hay, ya que no hubo espacio para empezar a desovillar al madeja de resoluciones de la Oncca. Allí, el avance deberá ser sigiloso, cauto y cuidadoso, para que la embestida contra los hombres fuertes del gobierno, como Guillermo Moreno y Ricardo Echegaray, no resulte contraproducente.