El acuerdo, por ahora, alcanza

Medidas insuficientes y tardías

El acuerdo llegó tarde, cuando muchos productores tuvieron que liquidar trigo a un precio muy por debajo del actual. Ahora, el Gobierno tiene que mantener las mismas reglas de juego desde el momento de la siembra hasta la cosecha.

Pablo Adreani. CMI Contenidos

Mientras en la Argentina el Gobierno sigue en conflicto con el sector agropecuario, en el resto del mundo los mercados continúan su curso en función de las perspectivas que enfrenta la economía mundial. El “mini” acuerdo alcanzado esta semana no es más que un gesto obvio para impedir que se sigan cerrando tambos y evitar que continúen quebrando los productores ganaderos.

En el caso del trigo, la pelota ahora está en manos de los molinos, al anunciar el Gobierno un subsidio directo a la harina y el compromiso de los molinos de pagar al productor el precio lleno. El valor del cereal disponible vendrá como resultado del libre juego de la oferta y la demanda. Y lo que ha provocado el Gobierno con el cierre de las exportaciones, ha sido interferir en el libre accionar del mercado.

Podemos decir que esta situación es marcadamente más positiva que la anterior, si bien quedan todavía puntos a resolver, pero pensamos que la medida se ha tomado en forma tardía cuando muchos productores tuvieron que liquidar su trigo a un precio muy por debajo al actual. El precio mínimo del trigo durante febrero fue de 111 dólares por tonelada y hoy en el mercado disponible está cotizando a 125 dólares. A esta altura, los productores ya vendieron más de tres millones de toneladas, con una pérdida total estimada de 30 millones a 40 millones de dólares.

Razones

La mejora en el precio se ha dado por dos motivos. En primer lugar, el trigo argentino tenia un castigo adicional en el mercado por estar cerradas las exportaciones y, el segundo factor, ha sido el anuncio del Gobierno de subsidiar la bolsa de harina y liberar la exportación de trigo, con el limite de no comprometer la oferta para el consumo interno.

El Gobierno nacional indicó que no debe ponerse en riesgo el mercado interno y que el mismo debe salvaguardarse para no llegar a situaciones de desabastecimiento. Y éste es el punto que sin duda va a generar mayor incertidumbre, si bien la reacción del mercado, luego del anuncio del Gobierno, fue positiva para el trigo disponible arrastrando al resto de las posiciones futuras.

Pero tenemos un serio problema a la hora de estimar el ingreso de trigo al circuito comercial y el nivel de las existencias, pues el Gobierno ha suspendido todo tipo de información al sector privado desde octubre de 2008.

Ese resorte de datos quedará en manos de una administración que no contempla muchas veces para el análisis el volumen que los productores retienen en sus silos, que ingresan al circuito comercial en el período julio/noviembre.

Sobraba trigo

De ahí provino el grueso error oficial en la campaña anterior, anticipado por Agripac Consultores, al asegurar que no alcanzaba el trigo para el mercado doméstico cuando la realidad indicaba que sobraban más de cuatro millones de toneladas. La diferencia era el ingreso al circuito durante el segundo semestre, no tomada en cuenta por el Gobierno por la falta de conocimiento y experiencia en este tema.

Se debería dejar bien en claro en un futuro cercano cuál será la política para el mercado de trigo en 2010, pues estamos a poco de comenzar con las tareas previas a la siembra y, después de la incertidumbre reinante en estos últimos años, ahora el Gobierno debería dar una mayor dosis de previsibilidad a los productores.

Desde el sector, sólo se pretende que la Nación cumpla con lo que anuncia y mantenga las mismas reglas de juego desde el momento de la siembra hasta el tiempo de la cosecha.