Hubo numerosos robos en las últimas semanas

Vivir en departamentos ya no

es tan seguro como antes

Los reiterados robos a departamentos, sobre todo los fines de semana, preocupan sobremanera a quienes habitan en edificios. Sucede que las construcciones en altura dejaron de ser difíciles para los delincuentes a la hora de robar y pasaron a ser un blanco fácil.

Vivir en departamentos ya no  es tan seguro como antes

La construcción de edificios en la ciudad fue en aumento en los últimos años y muchas familias optaron por ellos en la búsqueda de seguridad. Sin embargo, viven atemorizadas por los robos que están sucediendo.

Foto: Archivo El Litoral/Amancio Alem

Mónica Ritacca

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La seguridad en los edificios de departamentos fue una de las características más importantes durante años. Sin embargo, la seguidilla de robos que se produjeron en las últimas semanas puso en dudas la afirmación. Ocurre que lo que se suponía dificultoso para los delincuentes, como la altura y la cantidad de gente que entra y sale permanentemente, ya no lo es y quienes residen en las construcciones en altura viven atemorizados.

“Después de un robo, la tranquilidad no se recupera más. Creo que desde que entraron al departamento vamos a vivir diferente, con mucho miedo y desconfiando de todas las personas que nos toquen el timbre. Creí que vivía seguro, que acá nadie me iba a molestar jamás. Pero, evidentemente, estaba equivocado”, manifestó un damnificado, pidiendo que no se mencione su identidad ni el lugar céntrico donde vive.

Dinero en efectivo, joyas y alhajas, computadoras notebook, televisores LCD, reproductores de DVD, cámaras filmadoras, camperas y zapatillas de valor suelen ser los objetos más buscados por los delincuentes que logran ingresar a un edificio primero y a un departamento después, justo en el momento en que sus moradores salieron o se fueron de vacaciones.

“Estar con los ojos bien abiertos” es la recomendación de los damnificados consultados por El Litoral a quienes residen en edificios puesto que “hay personas que se dedican a estudiar zonas, a observar quién o quiénes salen de los edificios y en qué horarios, con quién y en cuál departamento viven...”.

“Estoy convencida de que a nosotros nos estudiaron y sabían todos nuestros movimientos. El edificio no tiene muchos departamentos y les fue fácil saber dónde vivimos. Seguramente, cada vez que no estábamos aprovechaban para tocar el timbre y donde no contestaban era una posibilidad. Así descubrieron cuál era nuestro departamento y, tras estudiar nuestros movimientos, entraron. Fueron tan hábiles que nadie escuchó nada”, dijo una mujer solicitando, como todos los damnificados consultados, que no se devele su nombre. Al mismo tiempo, refirió que “nadie dude de hacer una denuncia a la comisaría si constantemente ve a alguien con actitudes sospechosas”.

Extremar medidas

Según pudo saber El Litoral, después de los robos las familias afectadas optaron por cambiar las puertas de ingreso a sus departamentos por otras más compactas, debido a la metodología del forcejeo con una barreta de metal y boquetes, y la colocación de varios pasadores. Al mismo tiempo, los consorcios analizan la posibilidad de una vigilancia privada las 24 horas del día.

“Algunos creen que es lo mejor porque así los ladrones seguirían de largo, pero otros creen que no es demasiado efectivo porque frente a un delincuente armado el vigilador no podría hacer nada y corre peligro su vida”, refirió una mujer. Y agregó: “Imaginate que desvalijaron un departamento a la vuelta de los Tribunales y una escribanía frente a la Jefatura de Policía y a los delincuentes no les importó”.

La altura y la cantidad de personas que entra y sale de los edificios ya no son un problema para los delincuentes, al contrario. Por ello, tal como manifestaron quienes resultaron víctimas en las últimas semanas, es fundamental que todos los moradores de un edificio estén alertas, sean más observadores e intercambien números de celulares con sus vecinos y no duden en llamarse ante cualquier anormalidad, para luego dar aviso a la policía. Ocurre que la inseguridad parecía hasta no hace mucho tiempo estar lejos de las construcciones en altura y hoy constituyen un blanco fácil para los delincuentes.

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EL DATO

Las zonas

La mayoría de los departamentos que fueron víctimas de robos en las últimas semanas corresponde a edificios emplazados en los barrios Candioti Norte, Candioti Sur y la Recoleta. En las zonas centro y sur también se registran casos.

Consejos

Aunque puedan resultar incómodos, la implementación de las siguientes recomendaciones podrían, además de evitar dolores de cabeza, truncar la intención de los delincuentes a la hora de querer ingresar a un edificio.

No abra la puerta de entrada al edificio mediante el portero eléctrico a personas que no pueda identificar.

Prohíba el ingreso a desconocidos, como vendedores ambulantes, cadetes o empleados de deliveries.

Instruya al encargado o portero para que le pregunte a toda persona que ingrese al edificio a quién busca y, en caso de no recibir una respuesta convincente, le solicite al propietario o inquilino donde el visitante tocó timbre que baje al hall a recibirlo.

Evite abrir la puerta principal con portero eléctrico y manténgala cerrada con llave las 24 horas del día.

Mantenga iluminada y con llave la cochera y terraza del edificio para impedir el ingreso y trabajo de extraños.

No identifique llaveros con su nombre ni el número y letra del departamento donde habita.

No deje llaves escondidas debajo de alfombras o de lugares que puedan ser hallados fácilmente por extraños.

No abra la puerta del departamento si le golpean y no puede identificar quién es. Tampoco si observa que ingresa humo o agua por debajo. Si escucha gritos pidiendo ayuda, sea muy cuidadoso y cerciórese de que no sea una trampa.

Tenga preparadas las llaves y no demore buscándolas frente a la puerta del edificio.

Si al llegar observa personas desconocidas que le piden ingresar no lo haga e indíqueles cortésmente que aguarden a la persona que llamaron. Si desconfía de quienes merodean la entrada al edificio no se acerque y aguarde hasta que entren porque alguien les abrió o se vayan.