El proyecto se tratará mañana en Diputados
Al Gobierno le dan los números
para adelantar las elecciones
De la redacción de El Litoral
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CMI/DyN
Tras varios días de cortocircuitos internos, el macrismo y el peronismo disidente terminaron de abroquelarse ayer en el rechazo al proyecto de adelantamiento de las elecciones legislativas nacionales, que la presidenta Cristina Fernández finalmente firmó y envió al Parlamento con el objetivo político de una sanción en tiempo récord.
Pese al gesto opositor, el oficialismo continuó ayer con un intenso recuento de votos y reiteró su confianza en lograr que el proyecto de adelantar al 28 de junio los comicios previstos para octubre logre ser aprobado mañana, sin sobresaltos, en la Cámara de Diputados. “No habrá ninguna dificultad”, puntualizó el presidente de la Cámara Baja, el jujeño Eduardo Fellner.
Con 115 votos propios, el oficialista Frente para la Victoria (FPV) deberá recurrir al respaldo de los legisladores de la Concertación que todavía le responden, al sector del socialismo aliado al poder central, al Movimiento Popular Neuquino (MPN) y a monobloques identificados con el oficialismo, para llegar a los 129 apoyos que necesita para la sanción en Diputados.
Anoche, en la bancada que comanda Agustín Rossi aceptaban que del cálculo inicial de 140 votos, los movimientos de las últimas horas provocaron una fuga de al menos seis votos. “La votación puede ser muy ajustada”, explicaron fuentes del bloque oficialista.
Sin embargo, los principales temores del Gobierno apuntaban ayer al Senado, escenario de la derrota en la discusión por la resolución 125 de retenciones móviles para la exportación de granos, en pleno conflicto con el campo. La delicada negociación de alianzas quedó a cargo del jefe de la bancada oficialista, Miguel Ángel Pichetto.
Otro escenario
La decisión del PRO y el PJ disidente de rechazar el proyecto terminó de configurar un escenario de alineamiento de las principales fuerzas de la oposición ya que el radicalismo y la Coalición Cívica (CC) de Elisa Carrió ya habían anticipado su postura contraria apenas el Gobierno realizó el anuncio el viernes pasado.
La determinación del macrismo y el peronismo crítico salió a la luz tras un encuentro entre el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, el empresario Francisco De Narváez -ambos habían dado señales de aceptar el plan oficial- y Felipe Solá, férreo crítico del proyecto desde un principio.
“Debemos actuar con responsabilidad y en la búsqueda del consenso. Esto demuestra nuestra fortaleza, que estamos más unidos que nunca y que tenemos una firme vocación de construir”, justificó De Narváez, para desandar su posición de los últimos días.
El PRO y el peronismo disidente, un sector que suma 34 diputados, anunció además que no prestará número para la formación del quórum de la sesión de mañana. “Para salir de la crisis no hay que maltratar las instituciones”, señaló el jefe de la bancada del PRO, Federico Pinedo.
El oficialismo espera conseguir hoy dictamen de la Comisión de Asuntos Constitucionales, que encabeza la diputada Graciela Camaño, aliada del poder central, para, en sesión especial, llevar el proyecto al recinto apenas un día después.
El Gobierno juega desde hoy en el Congreso y en medio de la reciente sangría de legisladores, una carrera contrarreloj. La ley debe ser aprobada antes del 28 de este mes, ya que la convocatoria, según el Código Nacional Electoral, debe realizarse 90 días antes de la fecha de la elección.