Laura Cosidoy

“Hice todo lo que estaba a mi alcance”

La jueza federal de rosario, Laura Inés Cosidoy, aseguró que se excusó de integrar el tribunal que juzgará a los responsables de la represión en Rosario, para evitar que el proceso se demore aun más. Pero la Corte Suprema rechazó el pedido. La magistrada confesó que Galtieri le salvó la vida.

Corresponsalía Rosario

“Yo hice todo lo que estaba a mi alcance para que el inicio de los juicios no se retrase. El resto no es culpa mía”, aseguró a El Litoral la camarista Laura Inés Cosidoy, quien el fin de semana pasado dejó al descubierto su estrategia para no integrar el tribunal que empezará a juzgar la represión ilegal en Rosario. La magistrada admitió que en diciembre pasado pidió excusarse de participar en los juicios, pero la Corte Suprema lo rechazó hace unos días. Luego de enterarse de la postura del máximo tribunal, Cosidoy aseguró en una entrevista que publicó el diario Rosario 12 que el ex jefe del II Cuerpo de Ejército Leopoldo Galtieri le salvó la vida y que si estuviese vivo “no podría juzgarlo”.

Estas afirmaciones de Cosidoy van a generar que tanto la defensa como la querella planteen la recusación de la jueza, y como advirtió la magistrada -que fue defensora oficial durante la última dictadura-: “Seguramente los juicios no van a comenzar este año; se van a demorar hasta que se solucione este tema”. La primera causa que debía comenzar a tratarse en 2009 es conocida como la Quinta de Funes, que tiene en el banquillo a Pascual Guerrieri.

“Le debo la vida”

Cosidoy confesó: “A Galtieri le debo la vida, porque para el resto de los que eran las fuerzas de operaciones que integraban militares y policías, mi cabeza no valía dos pesos. Se han inventado muchísimas historias con relación a Galtieri y a mí, pero también se inventaron con jefes de policía y con ministros”.

La magistrada contó que el ex titular del II Cuerpo de Ejército le salvó la vida, “cuando hubo un episodio raro, de movimiento de personas. Yo sabía cosas que mis defendidos me habían contado. Mi cabeza no valía nada. Me quisieron matar. Fue antes el Mundial 78”.

Cosidoy relató que en aquella oportunidad, Leopoldo Galtieri la llamó por teléfono una tarde para que fuera a la sede del comando del II Cuerpo, ubicado en esa época en Córdoba y Moreno. “Me estaba esperando en el escritorio. Por lo general, nos sentábamos en los sillones, y creo que en ese momento él suponía que yo estaba más alertada del tema, que conocía algo, e intentó darme tranquilidad, pero finalmente me tuvo que contar lo que pasaba porque lo ignoraba totalmente”, señaló.

“Cuando están involucrados mis sentimientos no puedo juzgar. Te quiero o no te quiero, y no te juzgo. No puedo juzgar la conducta de Leopoldo Fortunato Galtieri”, confesó.