BARBARA DIEZ

“La clave está en los invitados”

Florencia Arri

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“Es la primera vez que visito Santa Fe y me llevo una muy grata sorpresa”, dijo Bárbara Diez. Enfundada en un vestido, sin joyas y con sobrio peinado; la event planner porteña habló con El Litoral sobre los pormenores de la organización de eventos.

Fue la tarde del lunes en Jockey Sur, donde brindó dos charlas. La primera de ellas, reunió a quinceañeras y a sus padres para tratar los pormenores de su fiesta; y momentos después habló con parejas y organizadores de eventos de nuestra ciudad acerca del planeamiento de bodas y otros eventos sociales. Más allá de los pormenores propios de cada caso, la experiencia cultivada en la realización de más de cuatrocientos eventos sociales la llevó a expresar que “la clave está en los invitados. Hay que fijarse a quién convocamos, prestarle mucha atención a quién vamos a invitar. No se trata de tachar o agregar nombres porque sí. Para celebrar algo tan importante como una boda -que no es otra cosa que reunir a los seres queridos para gritar bien fuerte “ésta es la persona que elijo para compartir el resto de mi vida’, aclara-, o los quince años, debemos fijarnos con quiénes queremos compartir ese momento, a quiénes convocar para que celebrar con nosotros”.

Detrás de esta única premisa que indica eludir los compromisos y festejar con “quienes nos quieren”, “menos es más; mientras se aseguren las cinco patas fundamentales de una fiesta -el lugar, el servicio de catering, la bebida, la ambientación, y el sonido e iluminación- el resto son agregados que se pueden pasar por alto”.

Sucede que, según esta event planner, “todo aquello que hable de nosotros es bienvenido. No se trata de atarse a tradiciones sin motivo ni de cuestionarlas, ni tampoco copiar; sino de hacer lo que queremos, que la fiesta hable de nosotros”.

Precursora

Al frente de una empresa de organización de eventos que lleva su nombre, Bárbara fue la precursora de esta actividad que existe en otros países, pero que “comencé cuando en Argentina todavía no existía la figura del wedding planner”, contó.

En días en que la oferta académica propone diferentes carreras para este campo laboral, y el mercado recién despierta a sus servicios, “a menudo nos contratan cuando por diversos motivos no pueden ocuparse personalmente de la organización de su fiesta; otras como mediadoras, ya que durante la organización de un casamiento se ve lo peor y lo mejor de una familia. Son días en que las emociones están a flor de piel y se ve la esencia de las personas”. Por eso, para su desempeño “es necesario conjugar cualidades: por un lado, muchísima empatía, saber ponerse en el lugar del otro, escuchar y no imponer. Pero a la vez tener mucha firmeza, responsabilidad; y, además, muy buen gusto. A pesar de que muchos creen que es una profesión glamorosa, requiere muchísimo trabajo”.

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“Comencé cuando en Argentina todavía no existía la figura del wedding planner”, contó.

Foto: Luis Cetraro