V Foro Mundial del Agua

La escasez de agua, un obstáculo para el desarrollo

La escasez de agua, un obstáculo para el desarrollo

Se desperdicia demasiada agua. En algunas partes del mundo el agua es tan barata que no importa el ahorro.

foto: EFE

Stefan Heinlein

Deutsche Welle

Del 16 al 22 de marzo, el agua será la reina en Estambul. La ciudad turca acoge el V Foro Mundial del Agua, por el que circularán un sinfín de propuestas sobre los posibles modos de gestionar un recurso valioso al que parte de la población mundial no tiene acceso suficiente.

En Kenia, donde se encuentra la sede del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el director del organismo, Achim Steiner, observa los problemas que ocasiona la influencia humana sobre este líquido esencial en la siguiente entrevista:

—En algunas partes del mundo, como por ejemplo donde usted trabaja, en Kenia, disponer de agua simplemente para beber es todo un privilegio.

—Cierto. El país ha pasado este año ya por un período de sequía y, como sucede en tantos otros lugares del planeta, la situación se ha transformado en un desafío diario para su gente.

—¿Por qué tantos países encuentran dificultades a la hora de posibilitar a sus ciudadanos el acceso al agua potable? ¿Es escasez o existe un reparto injusto de los recursos?

—Lo que sucede aquí es lo mismo que pasa en otros tantos aspectos de nuestro sistema económico internacional. En realidad, hoy por hoy tendríamos agua suficiente para abastecer a 6.000, 7.000, 8.000 millones de personas. Pero el reparto del agua es muy desigual y depende de la región geográfica de la que se trate. Por otro lado, desperdiciamos demasiada agua. En algunas partes del mundo el agua es tan barata que no importa el ahorro.

Pero esta cuestión también tiene que ver con el modo en que gestionamos nuestros ecosistemas, y en el siglo anterior hemos dejado pasar muchas oportunidades de almacenar agua y asegurar el abastecimiento de la población de forma sustentable. Hemos destruido humedales, terrenos inundables en todo el mundo y a ello se le suma el cambio climático que empeora aún más la situación.

—El agua no llega a todos por igual. Empeora la situación, ¿en qué sentido?

—Los períodos de sequías e inundaciones que se suceden naturalmente en muchas partes de África son hoy más agresivos. Eso significa que un país como Kenia puede perder, a consecuencia de una sequía, el tres, cuatro o cinco por ciento de su Producto Interior Bruto y, tres años después, las inundaciones volver a provocarle graves daños. Otro ejemplo: al derretirse los glaciares el caudal de los ríos que abastecen de agua al grueso de la agricultura y los asentamientos de población de todo el mundo se vuelve más impredecible. Nosotros calculamos que en los próximos 20 ó 30 años el calentamiento global derretirá gran parte de los glaciares, como por ejemplo los del Himalaya. Cientos de personas van a verse afectadas; su agricultura y abastecimiento de agua, organizados desde hace siglos en función de los ritmos naturales, no van a poder mantenerse.

—Representantes de más de 100 países participan en el V Foro Mundial del Agua en Estambul. Es decir, que el problema crece. ¿Se desatarán guerras por el agua?

—En las cuestiones que se refieren al agua, la humanidad ha logrado hasta ahora afrontar los problemas conjuntamente. Creo que los hombres sabemos que, a fin de cuentas, dependemos los unos de los otros y tenemos que colaborar, al menos cuando se trata del agua. Yo no estoy muy de acuerdo con esas teorías de que la próxima gran guerra la desatará el agua, pero lo que sí puede pasar es que, a nivel local, las diferencias por el agua adquieran dimensiones étnicas y políticas y hagan aumentar el peligro de conflictos. Hay que tener en cuenta que la escasez de agua provocará cada vez más movimientos de población.

Y otra dificultad nos la brinda el cambio climático. En un país como Bangladesh, por ejemplo, la subida del nivel del mar podría provocar que unos 10 millones de personas tuvieran que abandonar el delta del río durante los próximos 30, 40 ó 50 años. ¿A dónde van a ir? Eso aumenta naturalmente las posibilidades de que se produzcan conflictos.

—¿Cómo influye la escasez de agua en el desarrollo de todas estas regiones?

—La escasez de agua se ha convertido en un obstáculo absoluto y, con el problema añadido de la crisis financiera internacional a la vista, llevamos meses insistiendo en que de los paquetes de refuerzo de la coyuntura y las medidas para estabilizar el sistema financiero formen parte también inversiones en proyectos relacionados con el agua, que se ponga en marcha un “global green new deal”.

La oportunidad de ayudar a los países en desarrollo a instaurar mecanismos eficientes de gestión del agua es única. En mi opinión, algunas señales positivas desde los círculos económicos e inversiones en un buen uso y un uso inteligente del agua son las condiciones básicas para que los 9.000 millones de personas que viven en este planeta tengan agua suficiente.