Brasil

Aprueban gigantesca reserva indígena

La máxima corte de Justicia de Brasil aprobó la demarcación de una gigantesca reserva indígena en la Amazonia, de un área equivalente a más de la mitad de Bélgica, y el desalojo inmediato de los pobladores blancos.

Varias decenas de indígenas que habían seguido atentamente el juicio en el tribunal superior Federal brasileño, vestidos con sus ropas tradicionales, torsos desnudos y pinturas y plumas, festejaron la decisión.

“Esta decisión es una gran victoria de los indígenas y consagra y reitera la política indigenista (...) en favor de las garantías de los derechos de los pueblos indígenas”, conmemoró el presidente de la gubernamental Fundación Nacional del Indio (Funai), Marcio Meira.

Media docena de grandes productores de arroz y otros pobladores no indígenas luchaban en la Justicia por mantenerse en la reserva Raposa Serra do Sol, ubicada en el amazónico Estado de Roraima y entregada ahora en su totalidad a los 19.000 indígenas de cinco etnias que la pueblan.

En litigio desde hace más de tres décadas, la reserva de 17.000 km2 fue creada por el gobierno en 2005, cuando el Estado dio un año de plazo para que los pobladores blancos abandonasen el área. Pero en 2008, una operación de desalojo de la policía fue suspendida para que la Justicia analizara el caso.

Ahora, el momento exacto del desalojo será decidido por el juez relator del proceso, Carlos Britto.

Los jueces acordaron también un paquete de condiciones para el uso del territorio por parte de los indígenas, entre ellas libre acceso de las Fuerzas Armadas. Estas condiciones preocupaban a los organismos indigenistas, porque pueden complicar la gestión del territorio o su aprovechamiento por parte de los indígenas.

La demarcación de la reserva es una “deuda ancestral del país con los indígenas”, había afirmado la magistrada Ellen Gracie.

El mayor de los arroceros instalados en la reserva, Paulo Cesar Quartieiro, había pedido el miércoles que “el proceso sea revertido” y los hacendados no fuesen obligados a abandonar el lugar. “Los brasileños van a tener que reconquistar sus tierras”, aseguró.

En declaraciones afirmó que el desalojo será pacífico, incluso porque hay una gran cantidad de militares y policías para garantizarlo: “Parece el desembarco de Normandía”, ironizó.

La decisión del STF es clave para el futuro de la política indigenista del país, que reconoce 12% de su territorio a reservas de ese tipo. El responsable de la Funai indicó que son pocos los blancos que quedan en el lugar.