Técnicas de manejo

Mejorar la genética para lograr más miel en nuestras colmenas

Un novedoso dispositivo permite inseminar abejas reina, garantizando así una mayor producción y el control de enfermedades.

Campolitoral

El Ing. Oscar Sibilín comenzó su relación con las abejas siendo muy joven. En sus últimos años de colegio secundario se inició con unas pocas colmenas con el sueño de tener su primer auto. Pese a los primeros traspiés, la actividad lo envolvió lentamente, llegando a transformase en una pasión.

Actualmente, luego de varias décadas en continuo contacto con la apicultura, se desempeña como el responsable técnico del área apícola del Ministerio de la Producción de nuestra provincia.

En diálogo con Campolitoral, destacó el difícil momento que vive la apicultura en Santa Fe, aunque destacó las virtudes de una actividad que, a la vez que es un arte, brinda posibilidades económicas a quien se decide a emprenderla a conciencia.

Tecnología

Para ello, se hace indispensable adoptar tecnología, y en ese sentido, el dispositivo desarrollado por él presenta una alternativa interesante.

“El tema de la inseminación de las abejas reina se remonta a principios de siglo XX. En aquel entonces era algo muy precario, con resultados dudosos. Nosotros, junto a la gente de la UNL, hemos podido desarrollar desde hace 12 años, un equipo con toda la tecnología disponible hoy”, dice.

A ese sistema precario le aplicaron la tecnología más moderna, con movimientos micro y macrométricos. “Lo importante de esto es que cuando uno habla de inseminación artificial lo asocia al equipo en sí, cuando en realidad es un medio para el mejoramiento genético”, agrega Sibilín. Para el especialista, en cualquier animal la genética se puede manejar. Ahora se puede manejar el 50 % de la genética de la madre. Cuando la fecundación natural se hace en el aire, el porcentaje que aporta el zángano es incontrolable. Con este sistema, en cambio, uno maneja el 100 % de la genética.

El equipo

El equipo se puede dividir en dos. La primer parte es donde se anestesia a la reina y el resto abre su aparato reproductor sin dañarlo, tratando de lograr un proceso mecánico. “Los resultados (si bien es un tema de investigación, en la que trabajan las universidades), a nivel del productor común muestran un mejoramiento genético que es muy viable, es relativamente sencillo de realizar, y si uno hace un análisis pormenorizado del tiempo y dinero aplicado, va a tener logros económicos muy superiores a todo lo que se invierte en el resto de las colmenas”.

Para Sibilín, con una buena genética y una buena selección, para lo cual este instrumento es tan solo un medio, los costos se abaratan mucho. Hay enfermedades que con genética seleccionada se solucionan, ya que tratadas con medicamentos llevan tiempo y dinero y con resultados inciertos.

Con respecto a los resultados, se mostró conforme con lo obtenido a campo en los últimos 12 años, porque “uno los ve traducidos en pesos. Apuntamos a que la apicultura tenga una herramienta más”, concluye.

Panorama

Haciendo un relevamiento de la actividad apícola en nuestra provincia, Sibilín destaca que este año si bien en algunos departamentos como General Obligado y el sur tuvieron precipitaciones relativamente buenas, el rinde osciló cerca de 25-30 kg. “En el resto de los departamentos (el grueso de la producción en el centro y norte) estamos promediando de 5 o 6 kg. por colmena. La provincia está pagando un subsidio no reintegrable de $ 25 por colmena declarada a diciembre de 2008 para el que tiene más de 200. Para el que tiene menos de 200 se pagan $ 15”. Pero tenemos que tener en cuenta que la apicultura es una actividad productiva “menor”, que se ha ido desplazando hacia el norte provincial corrida por la soja.

Hay enfermedades que con genética seleccionada se solucionan, ya que tratadas con medicamentos llevan tiempo y dinero y con resultados inciertos.

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La apicultura, emprendida a conciencia, puede todavía significar una vía de ingresos para pequeños productores.

Foto: archivo

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en relación

Si tenemos en cuenta que la actividad depende de la polinización que las abejas realizan de las flores naturales, el crecimiento de la agricultura intensiva ha producido una merma cuantitativa sustancial en la producción de miel. Un dato: a principios de siglo, la producción por colmena superaba los 100 kg., cuando ahora no llega ni a la mitad. Sin embargo, la producción de miel sigue siendo una alternativa interesante para pequeñas comunidades o zonas marginales, como la isla santafesina, en donde se están llevando adelante algunos emprendimientos exitosos que le reditúan al pequeño productor una renta más que importante.

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El Ing. Sibilín junto a su dispositivo de fecundación de abejas reina.

Foto: Campolitoral

Caída

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El equipo presenta las últimas tecnologías disponibles.

Foto: ARCHIVO