Cenaele y el Iturraspe desarrollarán el evento en el Yatch Club

Organizan Primer Encuentro de

Personas Curadas de Leucemia

La actividad pretende informar correctamente a la población sobre las características de esta enfermedad y los resultados que se obtienen con los tratamientos aplicados. Está destinada a familiares de pacientes, médicos y otras personas interesadas en el tema.

De la redacción de El Litoral

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El próximo 25 de abril, desde las 10, se realizará en el Yatch Club de nuestra ciudad el Primer Encuentro de Personas Curadas de Leucemia de la primera circunscripción de la provincia, organizado por Cenaele (Centro de Apoyo al Enfermo de Leucemia) y el hospital Iturraspe.

“La idea nació porque mucha gente desconoce que esta enfermedad es altamente curable y muchas veces nos encontramos con que nos preguntan si no es preferible destinar fondos para hacer prevención de otras enfermedades”, explicó Bertha de González Ruberto, directora de Cenaele.

“Incluso dentro del ámbito médico, hablar de leucemia tiene una carga negativa: se ve al paciente que está mal, muy grave, hay mucha angustia. En la mayoría de los casos, y lo mismo ocurre con la población en general, se pierde la noción del paciente curado”, acotó Daniel Bar, médico asesor de Cenaele y del Servicio de Hematología del Iturraspe.

“Por este motivo -insistió la presidenta de Cenaele- queremos que la gente que está curada asista a este encuentro, porque ellos no se imaginan lo bien que les va a hacer a todos los que lo vean. Hoy son empresarios, profesionales, padres de familia. Intelectual y socialmente son personas normales. Mucha gente piensa que después de un tratamiento tan agresivo como el de la leucemia -con quimioterapia- no tiene facilidades para desarrollarse, lo que es un error”.

Pero además adelantaron que la oportunidad también será propicia para insistir en la comunidad con la donación de sangre, insumo fundamental durante el tratamiento de estos pacientes.

Donar sangre

En este sentido, el Dr. Edgardo Monteverde, director del Iturraspe, aseguró que “para el hospital, la leucemia es una patología que tiene un alto costo desde el punto de vista presupuestario. Si no existieran entidades como Cenaele u otras ONG’s, el trabajo del personal hospitalario -que ya es dificultoso- sería peor. Por eso, algo muy barato en el tratamiento de estos pacientes es la donación de sangre”.

También planteó que “el mayor drama para los que trabajan en el hospital como para los familiares de los pacientes es tener asegurado en los primeros meses de tratamiento la provisión de sangre, una cuestión imprescindible. El tratamiento significa suprimir el sistema que está generando células perniciosas para el organismo y reemplazarlas por otras no perniciosas. Éstas están siendo producidas por la médula ósea. Estos tratamientos terminan afectando a la médula ósea, es decir, la fuente productora de los glóbulos rojos, blancos y plaquetas que componen la sangre”.

“En el encuentro -agregó- mostraremos a la gente que yendo una vez al año a donar sangre (cualquier persona sana que cumpla con los requisitos puede acercarse hasta más de una vez al año) soluciona este problema dramático para el equipo de salud y para los familiares del paciente”.

Una vida normal

Según explicó el Dr. Bar, “en las leucemias linfoblásticas pediátricas, entre un 70 y 80% de los chicos se cura, y es el cáncer más común de la pediatría. En este caso, curarse no significa que va a seguir tomando medicamentos toda la vida, como los inmunosupresores; que deberá tener cuidados especiales, o que es por un tiempo y luego hay una recaída. Pasados los dos años desde el diagnóstico -los primeros ocho meses de tratamiento son muy intensos, admitió-, la persona tiene una vida normal, como cualquiera. Hay pacientes que prácticamente pasan a olvidarse de la leucemia. A los 5 ó 6 años las posibilidades de recaídas son ínfimas y el paciente hace una vida normal”.

Asimismo, planteó que “las recaídas son graves y frecuentes más temprano; cuando van pasando los años, son menos frecuentes y menos graves. Los chicos más grandes conservan intactas las posibilidades de curarse. El trasplante alogénico de médula ósea de un donante (familiar o no relacionado, según el registro nacional o internacional que se está organizando) está indicado en el 30% de los pacientes, considerados de alto riesgo, cuya curación va entre el 40 y 50%”.

Por último, el Dr. Carlos Alico, integrante del Consejo de administración del hospital Iturraspe y vicecomodoro del Yatch Club Santa Fe, advirtió que “soy médico pediatra, tuve pacientes con esta enfermedad y afortunadamente puedo visitarlos hoy, absolutamente sanos”.

En tanto, los organizadores remarcaron que “esta patología se trata en nuestra ciudad desde hace muchos años eficientemente y hay muchas personas curadas, que no necesitaron irse de la ciudad. Los resultados obtenidos son excelentes, comparados con los mejores centros de Buenos Aires”.

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Los organizadores convocaron a la comunidad a participar de esta actividad.

Foto: Amancio Alem

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ADEMÁS

“Gracias a Dios me fue bien”

“Después de todos mis problemas vinieron las oportunidades de trabajo y ahora no paro de trabajar, después de 14 años”, admitió Hernán Chiapello antes de comenzar la entrevista, cuando apagaba los dos celulares que traía para que no lo molestaran durante la charla.

Accedió a dar su testimonio como paciente que se atendió en el hospital Iturraspe y que curó de leucemia, enfermedad que le diagnosticaron cuando tenía 21 años, época en que estudiaba Ciencias Económicas, ayudaba a su padre que era quintero en Monte Vera, donde reside, y había empezado a ir al Mercado de Productores a vender verduras.

“Me había agarrado como una gripe, que no me pasaba y en Monte Vera el médico me decía que tenía una hepatitis rara. Mi mamá insistió en que me hicieran un análisis de sangre y ahí salió que tenía 2 millones de glóbulos rojos. Inmediatamente me indicaron que me internaran, en el Sanatorio San Roque. Fue todo muy rápido, me hicieron transfusiones de sangre, una punción de médula y a los dos días ya comencé mi tratamiento en el hospital Iturraspe, adonde llegué derivado”, recordó con tristeza y la voz quebrada.

Y continuó: “Durante el tratamiento me dediqué a curarme, a hacer todo lo que los doctores me decían. En mi caso, fue convencional: una etapa de inducción para que la médula trabaje, quimioterapia, y a los 10 meses empecé a tomar pastillas. Después me dio una hepatitis tóxica por las pastillas y tuve que volver a la quimioterapia. Cuando me enteré esto hacé de cuenta que me pasó un camión por arriba”.

Por otra parte, dijo -convencido- que “en esto hay mucha suerte, aunque también te ayuda Dios, tu familia, tus amigos. Pero también hay que poner ganas de curarte. Te tenés que poner en la cabeza que tenés que salir para adelante. No es fácil. Me dediqué a cuidarme durante todo el tratamiento y gracias a Dios me fue bien, aunque también me podría haber ido mal. El grupo de Hematología y las bioquímicas que me sacaban sangre, además de otros médicos que colaboraban en el Iturraspe, me trataban muy bien”.

Sin embargo, Hernán no olvida a dos “compañeros” de aquellos días en el hospital: “Me tocó acompañar a un pibe más joven que yo, de Pompeya, que murió, que era muy humilde. Otro chico que no está es Pepe, que tenía esposa y dos nenas chicas cuando estaba en tratamiento. Este muchacho se recuperó y después recayó”.

Convencido de que su testimonio “puede hacerle bien a mucha gente”, aunque a él le “removió muchas cosas del pasado”, Hernán actualmente disfruta de su familia (su esposa y dos hijos pequeños), de su trabajo (tiene un puesto en el Mercado de Productores) y de sus amigos.

Está profundamente agradecido a los profesionales del hospital y a Cenaele, con quien colabora llevando tapitas para su campaña para juntar fondos o buscando con su camión las cajas con alimentos que le entrega el Ministerio de Desarrollo Social de la provincia. Por último, admitió que “el único problema que me quedó es una necrosis en la cabeza del fémur, que se nota al caminar en algunos momentos. Con una prótesis se mejoraría pero por ahora no porque veo un hospital y quiero salir corriendo”, confesó.

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EL DATO

Expositores nacionales

Referentes nacionales del tema de la donación de sangre y médula, y del tratamiento de leucemia aguda pediátrica, ofrecerán charlas informativas para los asistentes al Encuentro de Personas Curadas de Leucemia, fundamentalmente para hablar de la curación de la enfermedad.

+ información

Las inscripciones para el encuentro se reciben en la sede de Cenaele, Catamarca 3679, de lunes a viernes, de 8.30 a 12, teléfono 456-3103; e-mail: [email protected]; o en el Servicio Social del hospital Iturraspe, de lunes a viernes, de 7 a 13, teléfono 457-5702 y 457-5757, interno 133.

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