Apuntes de política provincial

Blanco sobre negro

Teresa Pandolfo

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Desbrozar el monte cuando ya está lanzada la campaña electoral resulta complejo porque en esta oportunidad aparece, como elemento decisivo, la mezcla de intereses derivados de una elección nacional con sentimientos de otro tipo, tales como resentimientos y deseos de posicionamientos personales.

La jornada legislativa del jueves ciertamente puso blanco sobre negro a la interna justicialista existente desde hace tiempo, pese a los esfuerzos por desdibujarla. Pero también de comportamientos justificados bajo la figura de “necesidades de gobierno”.

Así como el adelantamiento de los comicios nacionales responde a la necesidad de los Kirchner de ganar una elección para recuperar poder y preservar la gobernabilidad; el gobierno de la provincia también deseaba un triunfo en la Legislatura, no condicionado a la posición del Senado, con mayoría justicialista-reutemanista.

Binner no tuvo reforma impositiva porque el Senado, sin tratarlo en el recinto, rechazó el mensaje del Poder Ejecutivo, luego de que tuviera media sanción por parte de la Cámara de Diputados, donde el oficialismo cuenta con mayoría propia. En esta ocasión, la Cámara de Senadores no iba rechazar el mensaje pero todo indicaba que le iba a introducir más reformas de las que en su momento se habían acordado en la Cámara Baja. El oficialismo no quería quedarse sin los cargos -estaban observados unos 700 cargos para el Ministerio de Gobierno y Reforma del Estado-; ni tampoco más intromisiones en el mensaje o demoras en su aprobación definitiva.

El Gobierno necesitaba de algunos votos justicialistas para insistir con los dos tercios en Diputados y buscó un aliado conocido de años de la gestión de Binner en la municipalidad de Rosario. El sector que le responde a Agustín Rossi y a Néstor Kirchner le dio el apoyo. ¿La moneda de cambio fue su adhesión al decreto presidencial que crea el Fondo Solidario Federal sobre la base del 30% de las retenciones a la soja, aceites y subproductos derivados? Ello se puede inferir por la rapidez con que el mandatario anunció esta adhesión.

Si la medida de la jefa de Estado fue una respuesta al paro rural declarado y que concluyó el viernes; la convalidación por parte de Binner -explicitada verbalmente, hasta ahora- obró como una cachetada para el sector de la producción, que solicitó su rechazo, en la reunión convocada el miércoles en el Salón Blanco.

Las explicaciones posteriores desde el Gobierno no alcanzan para aportar luz sobre por qué resignó una cuestión que era de “principios” en esta provincia, como es la utilización de los recursos nacidos de su producción.

La política también requiere de principios rectores que se defiendan mediante su cumplimiento y se exijan a otros, y no con meras palabras o comunicaciones. Pruebas al canto es lo ocurrido en Estados Unidos, donde lo que se comenzó como una “picardía financiera” derivó en una crisis global a la cual todavía no se le observan los límites.

Convalidado el decreto presidencial, Binner se asegura recursos nuevos o como compensatorios otros, que estaban previstos en el presupuesto nacional pero que no llegaban a la provincia. De paso, no desaira a la presidenta Cristina Fernández y colabora en colocar una cuña más, en la relación interna del peronismo. En sus posibles efectos inmediatos, todo un triunfo.

Entredichos y espacios

Como señalamos al comienzo de “Apuntes...”, además de la ansiedad por “la caja”, otros ingredientes jugaron su parte: es inexistente -cuando no mala- la relación entre Binner y Reutemann. Al primero le convino dejarle a sus senadores y diputados allegados off side. Al mismo tiempo, los seguidores de Agustín Rossi se posicionaron con un margen diferente al que venían teniendo respecto de las decisiones en el partido y dentro del justicialismo legislativo. Entre los rossistas y reutemanistas y sus aliados obeidistas, existen resentimientos, y son lógicos. A los primeros, les cuesta asumir la negativa de Carlos Reutemann de estar compartiendo boleta electoral con Rossi, aunque sea troquelada.

Hasta ahora no se sabe si el senador nacional procurará su reelección en junio o directamente trabajará para una candidatura presidencial en el 2011, en tanto no se comprometerá en los comicios municipales y comunales: las primarias fueron trasladadas para el 5 de julio y las elecciones generales para el 6 de septiembre.

Muchos consideran muy probable que el justicialismo se las deba arreglar sin Reutemann, este año. El senador nacional fue muy claro cuando tomó distancia del kirchnerismo porque consideró que la política nacional lesionaba directamente el corazón productivo de la provincia de Santa Fe.

“Desde mi posición contraria al Gobierno por las políticas relacionadas a la producción, jugué mi representación en el Senado pensando en los santafesinos”, dijo la semana pasada, en declaraciones producidas desde el exterior.

“Esto es de una enorme responsabilidad pero la gente me dio su confianza. La próxima es una elección nacional y me encuentra enfrentado con la política nacional”, remarcó.

“Me van a encontrar como un soldado más, si se trata de analizar estrategias de futuro, es decir sobre cómo evitar que siga cayendo el peronismo en la provincia y pensando en cómo comenzar a estabilizar las cosas con proyectos prospectivos. Pero la pelea sangrienta por una banca o un lugar no me interesa. Los que estamos cerca debemos pensar en el Movimiento (Justicialista)”, refirió en aquellas declaraciones publicadas por este diario.

Luego de ellas, junto con Roxana Latorre, votó en contra del adelantamiento de las elecciones en el Senado de la Nación. Igual lo hizo el senador socialista Rubén Giustiniani.

Allegados a Reutemann sostienen que luego se fue al campo, con una gran tranquilidad de espíritu. “Esto recién empezó hace 24 horas, hay mucho tiempo para que las cosas decanten”, le expresó a quienes se comunicaron con él, exasperados por las decisiones que se deben tomar frente a las fechas que impone el calendario electoral.