Es el 30 % de la población

Habría en el país 2,2 millones de

hogares en situación de pobreza

Según el último informe de la Escuela de Economía de la UCA, con mayor calidad del gasto asistencial, no debería haber hogares con ingresos por debajo de la Canasta Básica.

De la redacción de El Litoral

[email protected]

La Escuela de Economía de la Universidad Católica Argentina presentó el último informe “Empleo y Desarrollo Social” donde se indica que debido a las limitaciones del sistema estadístico oficial, se ha desarrollado en él una metodología alternativa de estimación de la pobreza, que permite concluir que a fines del año 2008 ella alcanzaba a alrededor del 30 % de la población.

“Esto se traduce en la existencia de aproximadamente 2,2 millones de hogares argentinos que estarían actualmente en situación de pobreza”, asegura el informe.

El documento presenta una estimación de la brecha de pobreza, es decir, el monto de recursos asistenciales que sería necesario transferirle a los hogares pobres para que su ingresos se ubicaran por encima de la línea de la pobreza.

“Para ello se necesitan unos $ 23.000 millones, lo que es equivalente a los recursos que actualmente gastan la Nación y los gobiernos provinciales y municipales en programas asistenciales”.

Según las conclusiones del trabajo, “existen recursos adecuados para eliminar la pobreza, pero las deficiencias de gestión impiden cumplir con este importante y estratégico objetivo social”.

“Por lo tanto, debe ponerse énfasis en mejorar la calidad de la gestión de las políticas sociales, eliminando las duplicación de programas y las deficiencias administrativas que obstaculizan la llegada de los recursos a los pobres”.

Cálculos “no oficiales”

El estudio estima en unos $ 22 mil millones los recursos asistenciales previstos para el año en curso, si se suman los nacionales con los provinciales y municipales.

“La medición oficial del Indec sostiene que la pobreza alcanza al 18 % de la población o, lo que es lo mismo, el 12 % de los hogares. Sobre un total de 7,4 millones de hogares en los grandes aglomerados urbanos, la cantidad total de hogares pobres sería de 886.000. Si la brecha de la pobreza era de aproximadamente $ 600 por hogar en 2006, según la medición oficial, ésta sería de $ 300 en 2008, con lo cual harían falta $ 3.200 millones anuales para que todos los hogares pobres tuvieran ingresos suficientes para cubrir su CBT”.

Aclara el informe que “este monto representa el 25 % de lo que sólo el Estado nacional asigna hoy día a la asistencia social. Por lo que, si éste es el verdadero número de pobres, los recursos asistenciales actuales sobran para eliminar totalmente la pobreza”.

Asimismo advierte que “naturalmente, el punto es que los pobres son más. Pero los recursos igual son suficientes. Si la pobreza llegara a ser del 30 % (escenario pesimista débil) la cantidad de hogares pobres sería de aproximadamente 2,2 millones, es decir, casi dos y media veces más. La brecha también sería mayor -en el orden de los $ 880-, y en este caso, los recursos necesarios para compensar a los hogares pobres, con el ingreso que necesitan para salir de la pobreza, estarían en el orden de los $ 23.000 millones”.

///

ADEMÁS

Según el informe, “el problema es la baja calidad de gestión de las políticas públicas, que priorizan determinados fines (estatizaciones, subsidios distorsivos, partidas sociales condicionadas a apoyos electorales) en desmedro de objetivos sociales y estratégicos mucho más trascendentes y urgentes, como el combate a la pobreza”.

Al ensayar un fundamento sobre las razones por las cuales la plata que hay debería alcanzar pero no cubre las demandas ante la pobreza, sostiene el documento que “un factor fundamental a la hora de explicar esta baja calidad de la gestión es el hecho de que el presupuesto asistencial se ejecuta a través de numerosos programas a cargo de diferentes organismos dependientes de los gobiernos nacional, provincial y municipal”.

“El resultado -explica- es que a través de mecanismos superpuestos se trata de suministrar similares tipos de ayuda a las mismas personas, lo que deriva en una focalización débil y enormes gastos administrativos. La oferta de programas es tan compleja e inaccesible para las familias más humildes que fatalmente éstas deben recurrir a la intermediación de punteros políticos”.

Expone que “en el fondo, este perverso esquema de organización es resultado de una especie de competencia que se produce a nivel de las jurisdicciones nacional y provincial para explotar en términos clientelistas la ayuda social”.

Señala al respecto que “un testimonio ilustrativo de la baja calidad de gestión del gasto asistencial lo brinda el Plan Jefes. Una intervención cuyo rudimentario esquema de ejecución estuvo justificado por la emergencia y la gravedad de la crisis del momento en que fue lanzado. Sin embargo, tras 6 años de fuerte recuperación económica que afortunadamente permitió superar la emergencia, el programa aún tiene 1 millón de beneficiarios”.

“El extremo de la pasividad estatal se pone en evidencia con el hecho de que se mantuviera fijo el monto de la prestación en $ 150 mensuales, cuando la inflación fue de aproximadamente el 200 %. Es decir, se paga a 1 millón de personas una prestación que equivale en términos reales a la mitad del valor originalmente fijado y que representa además una proporción ínfima de la brecha de pobreza”, advirtió.

Concluye apuntando que “este simple ejemplo pone de manifiesto una de las causas fundamentales por las que en Argentina existen hogares pobres que no superan la línea de la pobreza, mientras el Estado está gastando recursos públicos por montos que serían más que suficientes como para que no los hubiera”.

Baja calidad de la gestión

Habría en el país 2,2 millones de hogares en situación de pobreza

El país gasta $ 22 mil millones en asistencia. Pero la gestión deficiente y clientelar impide que esa cifra cumpla con lo que debería cubrir.

Foto: Archivo El Litoral

Lavagna y el péndulo inútil

El ex ministro de Economía, Roberto Lavagna, afirmó ayer que la Argentina exhibe “un péndulo inútil que no cesa” y que “se debate” entre “políticas populistas y ortodoxias económicas que casi nadie usa” a nivel internacional.

Lavagna expresó estos conceptos en una disertación realizada en el marco de la Asamblea Anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), realizada en la ciudad de Medellín, Colombia.

Según el ex ministro de la gestión kirchnerista y otrora candidato presidencial, “Argentina se debate hasta el cansancio entre políticas populistas, facilistas y ortodoxias económicas que casi nadie usa, en un péndulo inútil que no cesa”.

En materia de seguridad, aseguró que la ciudadanía enfrenta una situación de “inseguridad” en los países de la región, entre los que incluye a la Argentina, y sostuvo que “el porcentaje de personas que han sufrido delitos de robo en América Latina es entre un 20 y 30 por ciento más alto que para el resto del mundo, para todos los niveles de ingresos”. Del encuentro también participan el titular del BID, el colombiano Luis Alberto Moreno, y el editor de Foreing Affaire, Moisés Naim, entre otros. Para Lavagna, “el BID cumple sus 50 años en medio de la peor crisis internacional, financiera, económica y de comercio internacional, desde la II Guerra Mundial. Este -dijo- es un momento en que los bancos multinacionales tienen un rol institucional que cumplir, asegurando políticas anticíclicas y cubriendo la brecha de financiamiento que hoy no cumplen los bancos privados”.

Durante la presentación de un trabajo sobre la realidad socioeconómica en la región, el economista aseguró que la calidad de vida objetiva en América Latina se mueve por debajo de los estándares internacionales.

En este sentido, su estudio refirió que la crisis del 2009 ubicaría a otros seis millones de personas por debajo de la línea de la pobreza.

///

EL DATO

Indec y gastos

El último dato que la UCA califica como “confiable” de parte del Indec corresponde al segundo semestre de 2006, cuando la pobreza arrojó un valor del 27% de la población urbana. A partir de 2007, las estadísticas oficiales muestran que la pobreza bajó y se ubicaría por debajo del 18%, pero las estimaciones propias de la Escuela de Economía de esa casa de Estudios la ubican alrededor del 30%. Pero más allá de la metodología de estimación, el informe destaca que “si el gasto asistencial efectivamente llegara a las familias más humildes no debería haber ningún hogar con ingresos inferiores a la línea de pobreza”.