Colón ganó un partido bravo ante Huracán...
Un grito en Parque Patricios que atronó en Santa Fe
El equipo del “Turco” Mohamed —ovacionado desde los cuatro costados— es puntero del campeonato hasta que mañana juegue Lanús.
Grandes protagonistas de la noche. Alfredo Ramírez festeja su gol y el “Turco” Mohamed saluda a la hinchada de Huracán que le tributó una ovación inolvidable. “Mis hijos están tristes, querían que ganara Huracán”, dijo el entrenador sabalero.
Fotos: DyN
De la Redacción de El Litoral
Una pelota estupenda que Sciorilli le puso a Alfredo Ramírez y la definición —de volea y a la carrera— del volante rojinegro, le dieron a Colón la posibilidad de ganar un partido complicado (en los papeles previos y en los hechos), y alcanzar momentáneamente la punta del torneo Clausura de Primera División hasta que juegue Lanús (lo hará mañana ante Independiente).
La producción sabalera se asentó en el muy buen rendimiento defensivo, empezando por la seguridad de Pozo (tapó dos pelotas clave a Nieto) y continuando en el gran trabajo de Ferrero y Goux, más un muy buen segundo tiempo de Candia, más allá de algunos desbordes que no trajeron consecuencias.
Un arranque espectacular
Lo mejor de Colón se vio en el mismo comienzo del partido, en esos 15 minutos que lo transformaron en dominador de las acciones, creando algunas situaciones propicias y convirtiendo el tanto que le dio la victoria definitiva.
La clave estuvo en la disposición táctica para tapar el circuito futbolístico de Huracán, que arrancaba en Bolatti. Con Alfredo Ramírez y, sobre todo, Sciorilli, muy atentos a los movimientos del volante central del “Globito”, Colón logró desacomodar a Huracán en esos minutos iniciales, convirtió el tanto y unos minutos después estuvo a punto de aumentar cuando Prediger metió un pelotazo largo que Fuertes conectó de zurda y tapó Monzón, que hasta ese momento tenía bastante trabajo.
De a poquito, Huracán se fue metiendo en el partido y demostró que es un equipo que realmente juega bien. Empezó a aparecer De Federico (un volante con gran rapidez para llevar la pelota prácticamente atada a sus botines) y contó con un buen complemento en Pastore, otro de los habilidosos que tiene Cappa en su plantel. A ellos se sumaron Nieto como hombre de punta pero sin perderse en la telaraña de los centrales, más las subidas de Díaz y de Araujo por derecho, más algunas proyecciones de Arano por el otro costado.
Huracán utilizaba los 70 metros de ancho de la cancha para hacer correr la pelota y para tratar de buscar los espacios, que no lograba encontrar en los últimos 20 metros del terreno por el buen trabajo defensivo de los sabaleros.
Apareció Pozo
En la parte final de ese primer tiempo creció en Colón una de sus figuras. Es que Diego Pozo empezó a tener preponderancia, sobre todo con un cabezazo de Nieto que sacó por encima del travesaño.
Además, los sabaleros fueron perdiendo control del juego en el mediocampo. Se apagó Ramírez, Oyola tenía problemas con las subidas de Leandro Díaz y todo quedaba resumido a lo que pudiese hacer Prediger, que fue el que más quitó en la mitad de la cancha.
Sobre el final de los primeros 45 minutos, Pozo tuvo que intervenir demasiado en centros que llovieron sobre el área. Y lo hizo con mucha seguridad, sacando con los puños todas las pelotas que llegaron y complicaron la estabilidad defensiva sabalera.
Era para contragolpear
El segundo tiempo estuvo clarito. Huracán tuvo la pelota (juega bien este equipo de Cappa) pero le faltó profundidad. O en todo caso, se encontró con una muralla insalvable que fueron Prediger y los cuatro del fondo. A todo esto, Colón, cuando recuperaba la pelota, intentaba mediante el contragolpe que pocas veces se dio, aunque hubo una de Mena que terminó definiendo mal después de una corrida en la que apiló a dos defensores e hizo una de más en vez de rematar al arco desde adentro del área y una posición favorable para convertir.
Cappa metió dos variantes al mismo tiempo. Con el “Maestrico” González y Alan Sánchez siguió ganando en dominio de pelota, tirando a De Federico unos metros más arriba. Allí, reaccionó de inmediato Mohamed y metió a Nico Torres para que juegue por izquierda, en el fondo, adelantando a Rivarola para que juegue de doble 5 y le dé una mano a Prediger. De esta manera, Colón quedó con un 4-4-2 definido, con Rivarola tratando de cumplir con el trabajo que hizo Sciorilli en el primer tiempo, de encimar a Bolatti, cosa que no cumplió con la misma eficacia que Sciorilli.
A partir del mejoramiento de Bolatti, más el aporte del resto, Huracán fue dominador del partido en cuanto a tenencia de pelota y disponibilidad de terreno, pero Colón ofreció un cerrojo defensivo insuperable. Fue el típico partido en donde la impresión era que se podía seguir jugando un par de horas más, que a Colón no le iban a empatar el partido.
La entrada de Guerrero no cambió el panorama. El ex Racing, que volvió a jugar en el fútbol argentino después de más de tres años, dio evidentes muestras de que le falta ritmo de competencia —hacía varios meses que no hacía fútbol oficial— y lo de Valdemarín fue, simplemente, para hacer un poco de tiempo ya que se jugaba tiempo de descuento cuando se produjo su ingreso.
El final fue muy festejado por los casi 1.000 hinchas que llevó Colón a Parque Patricios, a la vez que los jugadores de Huracán se fueron aplaudidos por su gente, prueba evidente de que los hinchas locales se sintieron conformes por lo que hizo su equipo, más allá de la derrota.