En la campaña 2008

Cayó el uso de fertilizantes

En promedio, los productores utilizaron un 31% menos de fósforo, nitrógeno y azufre. Estos nutrientes son esenciales para que los suelos no pierdan su aptitud productiva.

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¡Hay que poner! La menor aplicación de fertilizantes implica baja los rindes y profundiza la degradación del recurso suelo.

Foto: Archivo / Juan Manuel Fernández

Gastón Neffen

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La cosecha argentina 2007/8 arañó las 100 millones de toneladas de granos y fue récord en producción. Pero este crecimiento sólo es sustentable si en la siembra siguiente se le devuelven al suelo los nutrientes que se “exportaron” junto con la soja, el trigo o el maíz.

Los datos de la Cámara de la Industria Argentina de Fertilizantes (Ciafa) y de la ONG Fertilizar confirman que el balance de nutrientes está en rojo. En la campaña pasada se extrajeron 4 millones de toneladas de fósforo, nitrógeno y azufre. Y la reposición ni siquiera llegó a la mitad, en total se devolvieron 1,7 millones (el 42%).

Si se compara el uso de fertilizantes en estos dos últimos años, el saldo también es negativo y corta el ciclo favorable que se había impuesto durante los últimos 15 años. En el 2007, los productores argentinos aplicaron 3,7 millones de toneladas de nutrientes; y en el 2008 apenas se acercaron a las 2,5. En promedio esta cifra representa una reducción del 31%.

“Si se desglosa el consumo de cada tipo de fertilizante, se registra una disminución del 30% de productos nitrogenados, del 36% de fertilizantes fosfatados y del 40% en azufrados”, precisa un trabajo de Ciafa y Fertilizar.

Otra vez, la causa es el triple asedio de la crisis global, la sequía y el conflicto político. En la campaña de soja y maíz que se está trillando ahora, los productores tomaron sus decisiones de siembra en una primavera marcada por la incertidumbre política, el derrumbe en las cotizaciones de los granos y las flojas expectativas de rendimientos (por el previsible impacto de la sequía). A esta ecuación hay que sumarle un elemento más. En octubre/noviembre, los precios de los insumos agrícolas aún no habían retrocedido y costaban el doble de lo que salen ahora.

“Nos preocupa lo que representa una caída del consumo de fertilizantes, ya que estamos a los mismos niveles de reposición de nutrientes que en 2004 y 2005. Esto nos hace pensar en un horizonte poco alentador en cuanto a poder lograr un sistema productivo sustentable”, aseguró Carlos Capparelli, director ejecutivo de Ciafa.

En la Facultad de Agronomía de Esperanza, el Ing. Agr. Miguel Pilatti confirma a Campolitoral que en esta campaña se aplicaron dosis mínimas de fertilizantes. “En el momento de la siembra estaban muy caros y la ecuación económica no cerraba”, afirma Pilatti. También cuenta que bajó un 70% la demanda del servicio de suelos que ofrece la facultad (se asesora a ingenieros agrónomos para usar con la mayor eficiencia posible cada nutriente).

“La lógica debería haber sido la inversa, en una año con fertilizantes caros es imprescindible hacer análisis de suelos para poner sólo lo que se necesita”, opina esté ingeniero agrónomo que hace tres décadas que investiga el estado de los suelos santafesinos.

En Santa Fe, la tierra es un tema estratégico. El año pasado, El Litoral informó que en los últimos veinte años, los suelos de la provincia perdieron entre el 40 y el 60 % de sus cualidades productivas, según las mediciones del Ing. Agr. Miguel Pilatti (Facultad de Agronomía de Esperanza). El edafólogo Antonio De Petre (Facultad de Ciencias Agrarias, Uner) y el Ing. Agr. Hugo Fontanetto (INTA Rafaela) también hace años que están advirtiendo sobre la drástica disminución de estos nutrientes esenciales.

Pero lo más importante es que la degradación de este recursos puede detener. Pilatti le contó a El Litoral que hay productores que con las rotaciones adecuadas, mediciones profesionales (sobre el nivel de nutrientes y materia orgánica) y buenas prácticas agrícolas lograron recuperar sus lotes.

“Es necesario que el Estado cumpla un rol más activo, como pasa en otros países”, reclama Pilatti, y propone una idea. “Cuando los precios de los nutrientes están caros, el gobierno podría regular o subsidiar este insumo para que no se interrumpa el proceso de reposición de los minerales que se han ido sacando durante todos estos años”.

María Fernanda González Sanjuán, gerente ejecutiva de Fertilizar, cree que es imprescindible que todos los actores de la cadena agroindustrial tomen conciencia de los beneficios económicos y productivos de la reposición de nutrientes a través de una fertilización adecuada para cada cultivo y cada lote.

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“La lógica debería haber sido la inversa, en una año con fertilizantes caros es imprescindible hacer análisis de suelos para poner sólo lo que necesito”.

Ing. Agr. Miguel Pilatti

Facultad de Agronomía de Esperanza

 

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EL DATO

¿Made in Argentina?

La Argentina compra el doble de los fertilizantes que alcanza a producir. Durante la campaña 2008, en el país se produjeron 1.191.000 toneladas de fertilizantes nacionales y se importaron 2.029.905 toneladas. Del total nacional se exportaron 160.500 toneladas y se destinaron 124.000 a la industria no agrícola.