OPINIÓN

Éxodo agropecuario en 9 de Julio

Eloy Rodríguez

El clima, las erráticas políticas oficiales, las acciones antrópicas, la no adecuación de los establecimientos a un clima subtropical con estación seca y la imposibilidad de proyectar un futuro, conforman un cóctel muy difícil de digerir por los pequeños y medianos productores, que significan la mayoría.

Desde el punto de vista climático, el Departamento 9 de Julio arrastra un déficit hídrico de varios años que alcanzó el límite de la resistencia agropecuaria en 2008, casi un año entero sin lluvias, y se traslada al 2009, con un verano excesivamente árido que se prolongará en la normalidad de un invierno seco, siendo muy pocos los que puedan soportar una sequía hasta octubre de este año. Faltará agua y las pocas pasturas se la llevarán las primeras heladas.

Muertes y traslados de animales y paupérrimos rendimientos en los cultivos, no obstante que una lluvia oportuna de mediano caudal acomoda un poco la situación, son excesivas cargas que atentan contra el capital productivo. El rodeo departamental perdió más de 200.000 animales en el último año. El comienzo del fin.

Desde la Nación y la Provincia sólo llegan desaboridos decretos de emergencias y/o desastres, eternamente célebres, ineficaces y maquilladores de la incompetencia de muchos funcionarios, subsidios para el acarreo de agua, ahora dejado sin efecto ya que a muchos productores el costo del mismo le significó dejar el equivalente a un animal y medio por flete y la subestimación oficial que se trasluce en la falta de inversiones esenciales. El Departamento 9 de Julio no tiene acueducto, ni siquiera un definitivo azud nivelador, tantas veces requerido por autoridades departamentales. ¿Cuánto gastó la provincia por el acarreo de agua? Ni siquiera se inició con la productividad de los Bajos Submeridionales, diagnóstico que data de 1973. Ahora, profanamente, se prometen albergues para 3.000 cabezas de ganado, en un Departamento que tiene un stock de casi 800.000.

Pero también la deforestación ha hecho lo suyo. Desequilibró el ambiente. Lugares boscosos que antes retenían el agua ahora son de escurrimiento. Zonas en las que el agua infiltraba normalmente, ahora son de acumulación, no obstante haber mayor absorción solar, con el riesgo que conlleva el estancamiento. La anárquica construcción de canales escurrió sin reservar. Ahora la naturaleza se cobra los agravios recibidos.

Se comienza a hablar de colonización, puede ser, en un futuro mediato, hasta ahora, el castigo al campo forma parte de la lógica populista.