El deterioro avanza día a día

Fondos para la Casa de la Cultura

Con la sanción del presupuesto provincial se confirmó el destino de un millón de pesos para continuar con la recuperación de la casona. Los trabajos que se necesitan hacer de manera urgente ya están programados, sólo falta el dinero.

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La edificación forma parte del paisaje del bulevar Gálvez, y deja ver el descuido de responsables políticos.

Foto: Amancio Alem

De la redacción de El Litoral

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Dentro de los anuncios realizados en materia de cultura por el gobierno provincial se encuentra el destino de un millón de pesos para la recuperación de la casona ubicada sobre bulevar Gálvez y Güemes identificada como “Casa de la Cultura”. Tras la aprobación del plan de ingresos y gastos elaborado por el gobierno provincial para este año sólo resta una cita con los integrantes de la Asociación Amigos de la Casa de la Cultura para ponerlos en aviso respecto de la disposición del dinero.

El presidente de la asociación, Jorge Terpín, señaló a El Litoral, que gracias a las tareas de reparación que se vienen haciendo desde hace bastante tiempo, en un edificio que va a cumplir 100 años, se está en condiciones de afirmar que la casa no se va a caer. “Ese era el gran peligro que corría. Son obras que no se ven pero que eran muy necesarias para que la estructura se siga manteniendo en pie”, explicó Terpín y agregó que lo expuesto, como los pisos, se retocará al final de otras tareas.

El monto total de la restauración supera ampliamente lo que se recibirá a corto plazo y, según Terpín, es difícil calcular actualmente por la inflación. “Los montos se nos corren todo el tiempo, pero tenemos todo organizado para comenzar a trabajar ni bien tengamos el dinero”, señaló.

Como tarea posterior, resta resolver la restauración de aberturas, escaleras y la readecuación de determinados sectores, la inclusión de un ascensor y garantizar la accesibilidad.

“Si se dispone del dinero de manera fluida y continuada en un año o año y medio, sin dificultades podremos terminar los trabajos y que la casa luzca como se merece”, refirió Terpín sobre plazos y objetivos.

Las obras

Entre las estructuras a restaurar incluidas dentro del plan cultural del gobierno provincial se encuentran el ex Molino Franchino, seleccionado para convertirse en una “fábrica cultural”; la casa de la religiosa y artista santafesina Sor Josefa Díaz y Clucellas y el edificio de “La redonda”, en el Parque Federal.

El dinero que se entregue para la Casa de la Cultura se destinará en esta segunda etapa a la reparación de la cubierta de pizarras naturales -mansarda- estructura de madera, accesorios de metal y cubierta liviana; restauración de ojos de buey y pináculo central; instalación de desagües pluviales y del sistema de cloacas, agua fría y caliente y de gas natural; requisitos de seguridad contra incendios; instalación de aparatos acondicionadores de aire -frío y calor- y reinstalación eléctrica y de sonido.

Como en la primera etapa, las de la segunda son obras no visibles pero apuntan a mejorar la mayor preocupación de la Asociación de Amigos que eran los desagües -pluviales y cloacales- para una adecuada reutilización de un edificio con valor patrimonial.

 
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El paso del tiempo deja su huella en las paredes de la Casa de la Cultura.

Foto: Amancio Alem

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otra mirada

“Debe ser recuperada”

Hugo Lazzarini / Arquitecto

“Es un edificio con características muy particulares para la historia de los santafesinos, sin duda es un hito arquitectónico por su historia y su belleza. Es una estructura, que si se mira el pasado, nunca debió haber llegado a ese estado de abandono, pero lamentablemente sobre eso ya no se puede hacer nada, sólo queda mirar para adelante y trabajar por conservar lo que queda. Actualmente se deben agotar todas las instancias de recuperación pero es un trabajo que no debe llevar adelante el Estado solo, sino que es necesario convocar y dar intervención a las instituciones y empresas de la ciudad para que de manera mancomunada se recupere. Es una obra que no tiene precio, debe ser rescatada porque constituye un monumento nacional”.

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análisis

Hacer algo nuevo

Gustavo J. Vittori

La ya vieja e irresuelta cuestión que plantea el rescate de la Casa de la Cultura, merece una reflexión. Sin duda, el palacete a la francesa que hiciera construir Manuel Leiva en la intersección del bulevar Gálvez y calle Güemes integra el inventario patrimonial de la ciudad. El petit hotel construido en 1910 documenta el ciclo de mayor y más rápido crecimiento del país. Con el correr de los años, pasó a la órbita del Estado. Y a partir de allí, la falta de mantenimiento le fue provocando deterioros crecientes hasta llegar al colapso de su estructura.

Por la sostenida acción de la Asociación de Amigos, las últimas administraciones provinciales han brindado respuestas parciales que, cuando se suman, representan un monto importante de inversión pública. Sin embargo, el resultado es más que pobre. Ahora se hace una nueva estimación del costo del rescate, y las cifras -millonarias- asustan. Por tanto, se impone analizar la legitimidad de semejante inversión en un edificio que no reúne las condiciones mínimas que reclama la operación de un centro cultural eficiente. La inversión pública en edificios patrimoniales no puede desvincularse de los principios de racionalidad y legitimidad. En este caso, con el monto que demandaría la recuperación del inmueble, podría hacerse una Casa de la Cultura del siglo XXI. Hasta la conservadora Francia, que está presente en el diseño de la casa de Leiva, ha hecho cirugía mayor en la trama urbana, en barrios y edificios históricos de París para abrirle paso a la contemporaneidad y el futuro. La preservación del pasado y la memoria son importantes en la configuración de la identidad; pero como ésta no es un fósil, se construye sin solución de continuidad en una tensión dinámica con los anclajes de la historia. Hoy, la relación costo-beneficio entre una conservación incierta del inmueble o la construcción de algo nuevo y creativo sobre la marca histórica del lugar pareciera ser lo más racional y legítimo.