Ganó 5 medallas para Argentina
María Eugenia Grassi, en su esplendor
María Eugenia Grassi, con su “cosecha” de oros en el Sudamericano de Mar de Plata.
Foto: Flavio Raina
La nadadora del Club Unión, entrenada por Adrián Tur, se adjudicó cuatro pruebas individuales y dos en relevos, representando al país. Fue la figura más destacada del campeonato.
Luis Gudiño
María Eugenia Grassi tiene apenas 14 años, nada en el Club Unión bajo la conducción de Adrián Tur y estudia en la Escuela San Exequiel Moreno de Agustinos Recoletos y fue la figura más destacada en el Campeonato Sudamericano juvenil.
Previamente, cuando se corrió en nuestra ciudad la competencia de aguas abiertas, “Euge” estuvo alentando a sus compañeros del equipo argentino, hasta momentos antes de viajar hacia Mar del Plata.
A su turno, ganó nada más y nada menos que 5 medallas de oro, todo un logro para una santafesina que hace muchos esfuerzos -tanto ella como su familia- para poder entrenar y competir a este nivel.
María Eugenia aportó en la primera jornada del torneo sus victorias en los 50 y 200 metros libre de juveniles A, y luego se subió por tercera vez a lo más alto del podio al triunfar en los 400 libre, una competencia para el infarto en la que la representante rojiblanca estuvo segunda en las primeras siete piletas y en los 50 metros decisivos quebró la resistencia de quien era la líder, la brasileña Bruna Filippini Cordeiro, para imponerse con un registro de 4.26.41.
Un cuarto de hora más tarde, “Euge” abrió la posta 4x100 libre junto a la bonaerense Camila Panza, la necochense María Belén Díaz y la cordobesa Andrea Berrino. Además del triunfo, su tiempo final de 3.58.66 mejoró el récord sudamericano impuesto por un cuarteto brasileño en 1999.
Finalmente, en la posta femenina 4x100 estilo juvenil A, que formaron Díaz, Berrino y las santafesinas Camila Jacquier y María Eugenia Grassi, marcaron récord sudamericano: 4 min. 24 seg. 00 mil.
Realmente impresionante lo de la piba de oro santafesina que pulverizó a las brasileñas, venezolanas y todas las que quisieron hacerle sombra, sacando chapa de grande.
Paso a paso
“En los 50 metros me imaginaba que iba a estar en el podio. Fue una competencia rápida, no tuve tiempo de pensar demasiado. En la clasificación había entrado tercera y en la final hice una muy buena carrera, a pesar de que nadé con miedo porque pensé que había largado antes. Hice una marca de 36.69 y antes había hecho 37, estaba recontenta y me dije a mí misma que habíamos empezado bien”, confesó María Eugenia.
“En los 200 metros me tenía fe, en las eliminatorias quedé primera y en la final le saqué un segundo a mi escolta. Muy bien, sabía que tenía que pasar rápido, darle con todo, gané con 2.07 y estaba feliz”, indicó.
“Luego nadé los 400 metros. Ya no me veía en un podio. Aunque estaba muy bien físicamente, salí sexta en las eliminatorias, me había tirado para entrar, para ver. Por la tarde, fui con las otras nadadoras y se me fue la brasileña un cuerpo adelante. Cuando di la vuelta final y faltaban 50 metros, ella se fue muriendo, la alcancé y la pase. Hice 4.26, antes tenía 4.39, bajé un montón y me dije: “¡Otra medalla más!’, súper contenta”, indicó.
“Ese mismo día, a la noche, corrí la posta con Panza, Berrino y Díaz. Estaba cansada, pero hicimos récord, ganamos otro oro, muy contentas, y ya estaba más que conforme y satisfecha”, puntualizó.
“El domingo no nadé nada, me aburrí mucho. El lunes, en la última jornada, corrí otra posta con Jacquier, Díaz y Berrino y también ganamos, con récord. Las brasileñas estaban un cuerpo adelante y las pasamos, fue emocionante, sobre todo por el aliento del público”, comentó.
Su balance
“No me esperaba lograr tantos oros, menos los récords, pero estoy muy motivada, fue una experiencia inolvidable. Me dejó como enseñanza que no estamos lejos de nadie, que podemos ganarles a muchas brasileñas; otras son inalcanzables, pero yo estuve ahí”, destacó.
“El equipo estaba muy contento, festejamos mucho. Uno de los entrenadores me apodó “Fantasía’ por lo que hacía en la pileta, fue muy emocionante todo. El himno, la bandera argentina, la felicidad del público y de nuestros familiares”, aseguró.
María Eugenia dijo “en los 200 y 400 me largué a llorar de la emoción. Salí del agua y no pude contenerme. Todavía no soy consciente de que logré tanto”.
Finalmente, María Eugenia prometió “mas oros” para el futuro, ya que su pasión es la natación, agradeció especialmente a toda su familia, y ahora disfruta de merecidas vacaciones sin descuidar el colegio, donde se pone al día y trata de conservar sus excelente notas.