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“Convivio”

Dante Alighieri escribió el “Convivio” (o “El banquete”) en los primeros años de su exilio, a partir de 1302. Su propósito era filosófico, pero hoy leemos este libro sobre todo con un interés poético y teórico, ya que la estructura de la obra se compone de canciones y de su glosa, escritas originalmente en lengua vulgar, es decir, en el florentino que sería la base de la lengua italiana. Dante se proponía sobre todo hacer llegar el conocimiento al laico no ilustrado ni versado en latín (de allí el título: una invitación para sentarse a la mesa del conocimiento, a compartir el “pan de los ángeles”, ese pan que, escribe Dante, “será luz nueva, nuevo sol, que surgirá allí donde el usado se ponga, y dará luz a aquellos que se encuentran en tinieblas y en oscuridad porque el usado sol a ellos no alumbra”). Dante se proponía un extenso tratado filosófico partiendo de una introducción y catorce canciones, acompañadas de respectivos comentarios. La obra se interrumpe en la tercera canción y en el cuarto tratado.

La apertura de la obra es contundente: “Como dice el Filósofo al principio de la Primera Filosofía, todos los hombres naturalmente desean saber. La razón de ello puede ser y es que toda cosa, impulsada por la providencia, se inclina hacia su propia perfección en virtud de su propia naturaleza; por eso, dado que la ciencia es la última perfección de nuestra alma, en la cual se encuentra nuestra felicidad última, todos estamos naturalmente sujetos a desearla”. (El filósofo al que se alude, con mayúscula, es Aristóteles, y su “Metafísica”, la llamada Primera Filosofía). Aquí ya están delineados los principales motivos del “Convivio”: el ansia de un nuevo público para una mayor divulgación de la filosofía, basada en el natural impuso de todos los hombres hacia la sabiduría (y de allí su escritura en vulgar); la filosofía concebida como una “donna gentile”, como una dama, misericordiosa y capaz de consolar los padeceres de la existencia, y de hecho, conducir hacia la felicidad, hacia esa “última perfección de nuestra alma”. Y finalmente, ese primer párrafo ya introduce la atención hacia la filosofía del Estagirita, y su propuesta de indagación de todos los niveles de la existencia a través del raciocinio.

“Oh, canción mía, contra-los-que-yerran irás;/ y cuando tú estés/ allí donde esté la dama nuestra (la filosofía),/ no le mantengas tu deber escondido:/ tú le puedes decir con certeza:/ “Yo voy hablando de vuestra amiga (la nobleza)”, termina diciendo la Canción III.

Colihue acaba de editar una nueva versión del “Convivio”, a cargo del traductor Mariano Pérez Carrasco, con notas iluminadoras.

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Dante Alighieri, según Andrea del Castagno.