La provincia no tiene casos confirmados de dengue

Formosa: un caso testigo de que

las acciones preventivas sirven

Debido a la aparición en 2000 de dengue en esa zona, las autoridades sanitarias comenzaron a llevar a cabo acciones de prevención, educación y concientización. Rodeada de países y provincias con la enfermedad, han obtenido buenos resultados.

Mariana Rivera

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Con la frase “El dengue llegó para quedarse”, sintetizó la ministra de Salud de la Nación, Graciela Ocaña, la situación que viene atravesando nuestro país en relación con esta enfermedad que transmite el mosquito Aedes aegypti que, incluso, ya dejó algunas muertes.

A los santafesinos también nos toca de cerca el dengue: primero, fueron sólo casos importados; después, también comenzaron a surgir los autóctonos. Sin embargo, una de las provincias que limitan con los países de riesgo (como Paraguay, Brasil y Bolivia) no ha registrado hasta el momento casos confirmados de esta enfermedad: Formosa.

¿Cuál fue la clave para conseguir este status sanitario? Tomar el compromiso e involucrar a todos los actores sociales para llevar a cabo -y mantener en el tiempo- acciones de prevención de esta enfermedad, además de poner en marcha tareas de educación y concientización de la población.

Las medidas son las mismas que están recomendando las autoridades sanitarias nacionales desde que comenzamos a escuchar sobre los primeros casos que fueron apareciendo en el país a principios de año. Pero lo fundamental es que en esta provincia del noreste argentino se vienen implementando a conciencia desde el 2000, cuando tuvieron la primera “experiencia” con esta enfermedad.

El Litoral dialogó telefónicamente con el ministro de Desarrollo Humano de Formosa, Aníbal Gómez, para que explicara este “fenómeno” que vive su provincia, quien fue cauto y advirtió que “no tenemos casos autóctonos ni importados, pero no descartamos que vayamos a tener casos confirmados, aunque no epidemia”.

Y justificó sus dichos: “Es imposible que no tengamos esta enfermedad por la cercanía con Paraguay, Bolivia, el Chaco y la situación de personas que van y vienen. Pero no nos preocupa tener casos confirmados, sino detectar al paciente rápidamente, motivo por el cual trabajamos con el alerta epidemiológico para que, ante la menor sospecha, se actúe, se tome la muestra del paciente y se lo controle para evitar complicaciones a su salud. También se harán los trabajos de bloqueo ante cada caso sospechoso domiciliario y peridomiciliario”.

Trabajo continuo

El funcionario formoseño -quien desempeña ese cargo desde 2002- recordó que el primer contacto con esta enfermedad fue en 2000, con una epidemia que hubo en Paraguay, cuando la ciudad de Clorinda -fronteriza con la de Asunción, la capital de aquel país- tuvo 74 casos. Posteriormente, en 2004, hubo una epidemia muy fuerte en Bolivia y en la localidad de Ingeniero Juárez, cercana a Salta, Jujuy y Bolivia, se produjeron más de 30 casos.

“A partir de entonces tomamos conocimiento y estuvimos alerta con respecto a esta enfermedad. Año tras año estuvimos agregando cosas, mejorando la situación de la provincia y trabajando permanentemente, involucrando cada vez más cantidad de actores sociales. Este trabajo continuo nos permitió lograr el estatus sanitario que hoy tenemos”.

En cuanto a las medidas emprendidas, Gómez aseguró que tienen dos ejes fundamentales: la educación de la población y la acción multisectorial. En relación con la primera, precisó que “todas las personas del territorio provincial deben saber cómo reconocer la dolencia, cuáles son los síntomas y signos, y principalmente, qué hacer para evitar el ingreso de la enfermedad. La intención es que cada familia debe evitar la cría del mosquito en sus propios domicilios, eliminando los posibles reservorios; ése es el principal objetivo y la tarea más importante”.

Con respecto al otro eje, la acción multisectorial, aclaró que “se deben involucrar todos los estamentos del gobierno y toda la sociedad. El equipo de salud debe estar preparado para reconocer rápidamente los signos y síntomas, a fin de asegurar el tratamiento oportuno y rápido del paciente, porque de eso depende la sobrevida de la persona. Dicho equipo también actúa con brigadas sanitarias en cada una de las localidades de la provincia, en conjunto con el resto de la comunidad, el municipio, los docentes, las fuerzas policiales, para el descacharrizado y la concientización de la población”.

En las escuelas

En tanto, destacó que “desde hace varios años se ingresó al currículum escolar la enseñanza del tema de la enfermedad del dengue. Esto permite que la población escolarizada en sus distintos niveles educativos reciba esta información continuamente”.

Por último, aclaró que “estas tareas no sólo las ejecutamos en la provincia, sino también con municipios de la República de Paraguay, colindantes con ciudades argentinas. Año tras año lo hacemos con equipos técnicos, la logística y los insumos de la provincia, porque somos una trinchera sanitaria para el resto del país. Éramos conscientes de que, una vez que pasara Formosa, el dengue entraba al país. Ahora pasó, pero no por Formosa, sino por otra ruta”.

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LO IMPORTANTE

Sin casos en San Justo

San Justo (De nuestra agencia).— Ayer por la tarde se conocieron los resultados arrojados por los estudios de laboratorio realizados en la capital provincial. Los profesionales del hospital de esta ciudad informaron que el resultado del análisis fue negativo para dengue, lo que lleva tranquilidad a la comunidad sanjustina. El estudio de laboratorio fue realizado en una muestra de sangre de una paciente de 45 años, que presentaba un cuadro con alta sospecha de tener la enfermedad. Había viajado a Chile y Buenos Aires y, debido a la evolución clínica, había sido considerada como sospechosa de tener dengue.

FormosaSinDengue.pdf

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ADEMÁS

En Formosa funcionan brigadas sanitarias que ingresan a los domicilios particulares -acompañadas por las fuerzas policiales- y tienen tres tareas a su cargo: fumigar para matar las formas adultas del mosquito, durante el verano; el abatizado, es decir, colocar abate y otro producto al agua de consumo humano, que mata las larvas de los mosquitos (porque el cloro no afecta a las larvas, sino que evita otro tipo de bacterias); y el descacharrizado, es decir, la eliminación de los reservorios. Estas dos últimas tareas se hacen durante todo el año.

En forma coordinada, las municipalidades recogen el descacharrizado y le dan el tratamiento correcto “porque no es simplemente cambiarlos de lugar”, aclaró el ministro Gómez. También admitió que conseguir el compromiso de la población “llevó mucho tiempo; al principio se conocía sobre la enfermedad, pero no se traducía en acciones. Tras mucho insistir y gracias a los medios de comunicación, que juegan un rol importantísimo para alertar a la población, logramos que esta información se transformase en acción”. Sin embargo -admitió-, el 10 % de la población es reacia y la brigada tiene que hacer una segunda pasada. Si hay rechazo ante la insistencia de la inacción, se hace una presentación judicial -hay antecedentes en este sentido- para que se ordene el ingreso a un patio, para evitar poner en riesgo la salud pública.

Brigadas sanitarias

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La brigada sanitaria ingresa a los domicilios formoseños para fumigar, educar y concientizar sobre el dengue.

Foto: gentileza Ministerio de Desarrollo Humano de Formosa

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EL DATO

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Desarrollo humano

La provincia de Formosa tiene una población aproximada de 550.000 habitantes. El Ministerio de Desarrollo Humano comprende las áreas de salud pública, la obra social de los empleados públicos y la discapacidad. Aníbal Gómez está al frente de la cartera gubernamental.

Sanitariamente, la provincia está dividida en distritos y, a su vez, subdividida en áreas programáticas. Cada una de ellas tiene centros de salud con una zona geográfica a su cargo y desde allí se dan las indicaciones de las medidas a implementar para promover la salud de la población.

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EN RELACIÓN

Sin larvas y con repelente

Gran parte de la población de la provincia norteña d Formosa y, más aún, la del interior, tiene la costumbre de juntar agua de lluvia o de red en aljibes o tanques para su consumo. Como éstos sirven de reservorio para la cría del mosquito Aedes aegypti, el Ministerio de Desarrollo Humano se encarga de abatizar, es decir, colocar abate, un producto químico para agua de consumo humano, que permite mantenerla sin larvas durante tres meses.

Posteriormente, se puede consumir sin problemas, ya que estos productos están aprobados por el Ministerio de Salud de la Nación.

Con respecto al uso de repelente, el ministro Aníbal Gómez explicó que “nuestro laboratorio provincial de producción de medicamentos fabrica repelentes, que son distribuidos gratuitamente a toda la población, tarea que se intensifica en la época de fumigación, cuando se recorre casa por casa para entregar también un folleto informativo”.

Con acciones educativas permanentes se busca que las familias realicen todas las acciones tendientes a evitar la cría del mosquito en sus propios domicilios, eliminando los posibles reservorios.