30.000 almas sabaleras aplaudieron igualmente a su equipo

Colón llenó la cancha con pasión...

“Y ya lo ve...Y ya lo ve... Es el Colón de Santa Fe”, fue el grito ensordecedor de los fieles sabaleros que antes habían ido a Guadalupe para pedirle a la Virgen un milagro que no llegó. Hace mucho tiempo que no se veía tanta gente en el estadio del barrio Centenario.

Foto: Mauricio Garín

Darío Pignata

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“Nunca me tocó bendecir tantas camisetas de Colón”, reconoció el sabalero padre Axel en la Basílica de Guadalupe las horas previas al gran partido del domingo. De las 30.000 almas rojas y negras, muchos deben haber peregrinado. Y el que no fue, le pidió igual a la Virgen...“por Coloncito”. Pero esta vez, aunque la tarde arrancó con buenas señales, el milagro no llegó. Vélez se puso en manos de “San Fútbol” y dio una clase magistral de cómo hay que jugar a la pelota en 45 minutos irrepetibles, donde clavó un gol cada diez minutos, no lo dejó tocar la pelota a Colón y sepultó las ilusiones santafesinas en el propio Cementerio de los Elefantes.

Cuando un equipo juega con alto vuelto como lo hizo Vélez en los segundos 45 minutos, directamente no hay con qué darle. No hay remedio. Es incurable, para Colón y para cualquier equipo. No hay reproches para los hombres de Mohamed y por eso se fueron aplaudidos. Es que la gente sabe, entiende y reconoce que la aguja que marca el nivel de este equipo está al máximo. Porque de los que están arriba, Vélez gastó plata en comprar figuras, Lanús tiene “el aparato” del campeón y Colón es la grata sorpresa del fútbol argentino. Porque nadie lo daba como candidato y sin embargo está peleando arriba en la mitad del torneo.

Puede que con el tiempo se recuerde cómo se fue Colón a los vestuarios en el descanso con el 2-0 y los golazos de Vélez en el complemento que dieron vuelta la historia. Yo pienso que muchos se van a acordar por siempre del tiro de Rivarola en el caño que pudo y debió marcar el 3-0 antes del pitazo intermedio de Bassi.

El “Turco” Mohamed imaginó un partido en las duchas y se nubló. Pagó caro el error. No porque Ledesma fuera intocable sino porque Rivarola estaba jugando bien atrás y Sciorilli era insoportable por afuera. Cambió todo en un ratito. Se hicieron un picnic Papa y Díaz por la cal; la rompió el “Burrito” Martínez; fue imparable Cristaldo, infalible el uruguayo Hernán Rodrigo López y hasta el tosco de Nanni se animó a dar un pase-gol con el pecho adentro del área para liquidar todo.

La verdad, un partidazo. Con seis goles, situaciones cambiantes y emoción hasta el final. Colón llenó su cancha con pasión y reconoció, a pesar de la derrota, la gran campaña de este equipo. Vélez regó la misma cancha con un fútbol total y es imposible no imaginarlo campeón jugando así a la pelota.

La jugada de pelota preparada en la semana se ejecuta a la perfección: distracción con el “Bichi” Fuertes, pegada perfecta de Oyola con zurda y “peinada” de Prediger que descoloca a Montoya. El “5” de Colón fue figura y lo está siguiendo Boca.

Foto: Pablo Aguirre

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La TV favoreció a Bassi

Es cierto que, como dijo el “Bichi” Fuertes, Bassi tiene panza y está lejos de casi todas las jugadas. Es cierto que el “Colorado” entra siempre mal predispuesto con algunos jugadores puntuales de Colón y el “20” es uno de ésos: “Fuertes me protesta mucho adentro de la cancha, menos mal que afuera es un tipazo”. Es cierto que Colón, cuando dirige Bassi, juega condicionado.

Pero la televisión, con sus muchas cámaras en “el partido de la fecha”, le dio la derecha a Gustavo Bassi en las jugadas puntuales de Colón-Vélez: 1) En el gol de Sciorilli, no hay mano ni carga contra el arquero Montoya de parte de Goux; 2) El gol anulado a Fuertes está bien anulado por off side; 3) El penal de Nico Torres a Gastón Díaz fue penal. Innecesario, pero penal al fin de cuentas.

¿La mano de Dios en Santa Fe? Goux parece Diego y Montoya parece Shilton. Luego, la tele demostraría que no hubo nada: ni mano ni carga contra el arquero.

Foto: Pablo Aguirre