“Historias Breves V”
Pantalla para nuevos cortos argentinos
La reunión de diez cortometrajes realizados a partir de un concurso del Incaa se estrenó en Buenos Aires como largometraje. Presenta una variedad de temas, del humor a la fantasía.
Télam
La película “Historias Breves V”, integrada por 10 cortometrajes, realizados a partir de un concurso del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), se estrenó en el Cine Gaumont (Espacio Incaa KM 0) de la ciudad de Buenos Aires con una variedad de temas y propuestas donde predominan la emoción, el humor y la fantasía.
Esta iniciativa del Incaa tiene como propósito dar impulso a la producción y difusión del género cortometraje en la Argentina, además de promover nuevos talentos, tal como ya lo hizo con autores ahora consagrados como Daniel Burman, Adrián Caetano, Bruno Stagnaro, Lucrecia Martel y Sandra Gugliotta, entre muchos otros.
Si bien la película tuvo su primera proyección durante una función especial dentro del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, el llamado a concurso fue en 2006 y se definió en 2007 con un jurado compuesto por Julia Solomonoff, Rodrigo Moreno, Eddie Calcagno, Nicolás Golfarb y Rolo Aizpeitía.
Los títulos más interesantes y promisorios de los que integran esta nueva edición de “Historias Breves” son “Los extraños”, de Sebastián Caulier; “Tres juntos”, de Laura Citarella; “Blanco i Negro”, de Fernando Saviamarina, y “Un vaso de soda”, de Adriana Yurcovich.
A ellos se suman “Un juego absurdo”, de Gastón Rothschild; “Toro verde”, de Laura Durán; “Olimpíadas”, de Magalí Bayón; “Lloronas”, de Lía Dansker; “Pibe’s”, de Martín Ladd; “Estamos bien”, de Benjamín Naishtat.
Las historias
En “Los extraños”, ganador del primer premio en el último Festival Internacional de Cine de Gualeguaychú, Caulier elabora un relato de suspenso y terror atrapante, que narra las desventuras de un grupo de amigas que pasan un caluroso fin de semana en una quinta en Formosa.
Una de ellas desaparece sin dejar rastro y sus compañeras conjeturan sobre su desaparición, intentando encontrar una explicación racional al hecho, aunque, poco a poco, lo que prometía ser una apacible tarde en el campo se iba transformando en una pesadilla.
“El terror es un género que llevo en la sangre. La idea era ver cómo una situación apacible de verano puede ir enrareciéndose hasta tornarse en algo siniestro. Lo que me parecía interesante era sugerir más que mostrar y lograr ese terror sin mostrar ninguno de esos supuestos monstruos”, afirmó Caulier en diálogo con Télam.
El joven cineasta señaló que quería probar “cómo el terror puede surgir desde lo más familiar. Quizás no fue tan consciente o deliberado, pero creo que hay una relectura de la paranoia actual con el tema de la inseguridad y la obsesión de la clase media-alta de aislarse de la sociedad, como si los demás fueran monstruos”.
También se destaca “Un vaso de soda”, de Adriana Yurcovich, ganador de numerosos premios internacionales, que narra una historia de tolerancia y comprensión que se desarrolla durante las horas que un adolescente ladrón toma como rehén a una anciana, con quien va estableciendo una relación de respeto y solidaridad en medio de la desgracia. Por último, “Blanco i Negro”, de Fernando Saviamarina, sorprende por su impresionante fotografía blanco y negro, las actuaciones de Pablo Cedrón y Lamine Goudibay y, por una puesta en escena osada que sirve para relatar la lucha entre un esclavo negro y su opresor español en épocas de la colonia en el Río de la Plata.