Raúl Ponzio, intendente de Las Rosas
“El gobierno tiene que dejar de
maltratar a los que producen”
Reclamó a la Nación políticas claras a mediano y largo plazo, que sean el resultado del diálogo. “Cómo están las cosas, nos esperan meses difíciles” explicó, al referirse a la situación de la economía de su región.
Juan Ignacio Novak
Desde su cargo como mandatario de Las Rosas, a Raúl Ponzio le toca afrontar los desafíos que abre este momento de crisis. Sobre todo en una zona donde el entramado económico depende prácticamente en su totalidad del sector agropecuario, que hoy atraviesa caminos sinuosos. Al referirse a la situación de su ciudad, Ponzio es tajante: desde su óptica, no sólo no se reactivó la actividad económica, sino que se avizoran todavía tiempos difíciles. Pese a que desde la órbita local impulsan hoy algunas estrategias, el funcionario tiene claro que lo que debe hacer el gobierno nacional es generar un marco de confianza para dar pie a las inversiones. “Hay que establecer políticas claras, una mesa de consenso y un programa a mediano y largo plazo, resultado del diálogo”, reclamó.
—En febrero se planteaba que en marzo y abril las circunstancias iban a ser más difíciles. ¿Cómo está hoy la situación social y de las industrias en Las Rosas?
—La actividad económica acá no se reactivó. No hay mayor movimiento en la venta de maquinaria agrícola; por lo tanto, el comercio está parado y, también, la construcción. A los sueldos los están pagando con los subsidios de Repro, que manda la Nación, y algunos títulos o bonos que recuperaron las empresas. Pero digamos que el 70, casi el 80 por ciento de los empleados metalúrgicos está en este momento subsidiado con los Repro, que vencen el 30 de abril. Que probablemente se renueven, pero hay una espada de Damocles sobre la cabeza de todos, una angustia porque la gente lo que quiere es trabajo genuino. No hay ninguna señal, ninguna política a mediano y largo plazo que indique que el campo vaya a invertir. No obstante eso, entiendo que peor que el campo están el comercio minorista, los transportistas y los asalariados, que son los que viven de la actividad que el campo motoriza.
—Frente a un panorama cómo este, ¿qué les queda por hacer desde el municipio? ¿Qué estrategias se pueden implementar?
—Nosotros hemos generado una mesa de seguimiento de la crisis y estamos hablando con los gerentes de los bancos por las cuotas de los créditos que no se pueden pagar, para que se las reprograme. Pero es una solución que se convierte en pan para hoy y hambre para mañana. Hemos convenido con algunos comercios locales una canasta básica de artículos con un 20 ó 25 por ciento de descuento. Y estamos siguiendo de cerca el tema, porque hay mayor demanda social. Estamos tratando de intervenir en lo que podemos y gestionar hacia arriba. Ahora, el que tiene la mayor responsabilidad en tomar decisiones, que es el gobierno nacional, no las toma, y no hay ninguna señal. Es muy probable que renueven los subsidios del Repro por 90 días más. El problema está en qué país nos vamos a encontrar el 29 de junio a la mañana. Como están las cosas, el panorama es que nos esperan meses difíciles.
—Usted enumeraba algunas acciones para enfrentar la crisis, pero, ¿qué políticas de fondo habría que reclamarle al gobierno nacional que permitan no sólo mitigar los efectos de la crisis, sino pensar en una reactivación?
—Lo primero que el gobierno tiene que hacer es dejar de maltratar a los que producen. Porque no pierde oportunidad en cualquier discurso de maltratar al que produce, hacerlo culpable de los males del mundo, cuando los que producen sobregeneraron la recuperación del país. Dejar de confrontar permanentemente. Cuando eso se genere, se pongan las cosas en orden y sea el gobierno del país y no de un conflicto, vendrá la confianza, que es lo que hoy no se puede comprar, es lo que el gobierno no tiene. Si no hay confianza, nadie invierte. Hay que hacer políticas claras, una mesa de consenso y un programa a mediano y largo plazo, resultado del diálogo. El gobierno está evidentemente más preocupado por el resultado electoral que por la economía del país.
—¿Qué opina del Fondo Nacional Solidario generado a partir de las retenciones a la soja, al que el gobierno impone la necesidad de adherirse para derivar los fondos?
—Tanto el campo, como los intendentes y los gobiernos provinciales siempre reclamaron la federalización de los impuestos, que vuelvan al interior. Tomando ese reclamo, lo transforma en una “chicana” que se utiliza políticamente, pero es un dinero nuestro, que debería quedar en los pueblos. Yo creo que es una decisión tomada para seguir profundizando el conflicto porque, en realidad, lo más conveniente es que ese dinero quede en manos de la actividad productiva. Hay que tener en cuenta que en el tema de las retenciones siempre se reclamó que fueran coparticipables. Lo que no hay que hacer es permitir que esa discusión nos impida ver el problema de las altas retenciones. Ése es el tema central. Si el gobierno tenía la buena voluntad de coparticipar, lo ideal habría sido llevar este proyecto al Congreso y sacar una ley de retenciones acordada con todos los sectores y coparticipable. Esta medida es una picardía por parte del gobierno nacional que obliga a los gobiernos provinciales y municipales a claudicar en su viejo reclamo de la coparticipación, porque siempre hemos reclamado que sea coparticipable, pero no de esta manera. El gobierno sigue insistiendo en profundizar el conflicto y aislarlo más al campo del resto de la sociedad.