El drama de la inseguridad

“Para robar, se hacen pasar por clientes”

Así lo señalaron varios comerciantes de Guadalupe Este. Al igual que en otros barrios, piden mayor presencia policial e intervención de las autoridades. Los vecinos también sufren robos y arrebatos.

De la redacción de El Litoral

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“Queda un comerciante al que todavía no han asaltado”. Con estas palabras, Andrea, que tiene un local hace once años en Ángel Cassanello y Vélez Sarsfield, resumió la situación que viven comerciantes, vecinos y transeúntes de Guadalupe Este. Si hace unos años, un robo era una noticia, hoy el delito ha cobrado tal magnitud que se invirtió la ecuación: el hecho noticioso pasa porque un solo comercio no fue asaltado.

Cansados de los hurtos, arrebatos y robos a punta de pistola, personas que viven o trabajan en Guadalupe Este se convocaron este mediodía para un reclamo que, a esta altura, ya no está exento en ningún barrio de la ciudad: más seguridad.

“Acá no se trata de reforzar la seguridad, sino de empezar a implementarla porque es nula, inexistente. Esto es zona liberada”, continuó Andrea, a quien asaltaron cuatro veces, tres con armas. Si bien hizo la denuncia en todos los casos, nunca hubo una resolución de los casos, ni ningún detenido. “Hasta les di la patente del auto en el que se fueron los ladrones, pero eso no figura en el expediente. ¡La corrupción que hay es muchísima!”, denunció indignada.

Simulan ser clientes

“Se hacen pasar por clientes, vienen bien vestidos, mejor que uno; entonces uno no puede tener un criterio para decir lo dejo entrar o no. Hace unos días entró un tipo, de buen aspecto, y me pidió lengua a la vinagreta. Me agaché para sacar el paquete y cuando me levanté me estaba apuntando, me encerró en el fondo y se llevó todo”, contó Omar.

Algunos creen que “ya no son robos comunes y corrientes”, sino que hay “un estudio de los movimientos, un seguimiento”. Lo que más les preocupa es que en la mayoría de los casos se utilizan armas, poniendo en riesgo su integridad y hasta sus vidas.

Laura, que atiende una agencia de lotería, también fue asaltada por un hombre que entró, jugó a la quiniela y cuando abrió la mochila, en lugar de sacar la billetera, sacó un arma.

Vecinos vulnerables

A la protesta asistieron muchos comerciantes, pero también vecinos de Guadalupe Este. Todos coincidieron en que “a cualquier hora del día se producen robos” y la lista de delitos empezó a caer en cascada: madres y padres que temen por la seguridad de sus hijos cuando vuelven a la nochecita a sus casas, o incluso cuando van a la escuela; personas mayores que directamente optaron por permanecer tras las rejas de su propio hogar y que, así y todo, temen que alguien les haga el cuento del tío y logren entrar; comerciantes que ya no saben qué más implementar (vidrios blíndex, alarmas, rejas); gente que sale a caminar y no lleva absolutamente nada más que la llave de su casa; arrebatos en las paradas de colectivo; etc., etc., etc.

“Un viejito estaba sentado en la puerta de su casa. Pasó un pibe en bici y le robó algo. No sé qué le pudo haber robado a un anciano que estaba tomando fresco en la vereda, pero algo se llevó. El pobre hombre se quedó gritando con su voz débil, mientras el pibe se fugó por la ciclovía”, contó un joven.

Cuando el resto escuchó la palabra ciclovía, se armó un bullicio terrible. “¡Es de terror!”, exclamó una señora. “Por ahí se fugan los que roban en bici; otros directamente tienen un compañero que los está esperando en una moto o auto”, agregó otra.

“Mi hijo estaba entrando a su casa. En ese momento pasaron dos señores bien vestidos y con portafolio. Cuando se dio cuenta estaba adentro, con un culatazo en la cabeza y que le habían robado todo. Al tiempo, vino uno de la comisaría a ofertarme un arma trucha, robada”, contó un señor, que todavía no sale del asombro de cuáles son las opciones para sentirse más seguro.

“Esto pasa hace mucho y lamentablemente va a seguir pasando”, comentó una mujer resignada. Mientras tanto, en la calle, en las casas o en los comercios, todos comparten el mismo sentimiento de desprotección total.

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