Enfoques educativos

Sarmiento y la promoción de la

lectura como política de Estado

Luciano Andreychuk

Repensar el ideario sobre el cual Domingo F. Sarmiento edificó su programa educativo y proyectarlo en la actualidad no es un anacronismo, todo lo contrario: puede resultar una actividad muy enriquecedora si se considera la crisis en la que está sumida el sistema educativo nacional y, más aún, la imperiosa necesidad de fortalecer políticas destinadas a la promoción de la lectura en los ámbitos educativos.

Con la intención de abordar algunos aspectos de la polifacética figura del Gran Maestro, se llevó a cabo el primer encuentro del año de la Cátedra Abierta Domingo F. Sarmiento. Un espacio para pensar y discutir, hoy, la República. La primera disertación —bajo el título “Desde Sarmiento... en el Siglo XXI: la lectura como política de Estado”— se realizó en el Foro Cultural de la UNL y estuvo a cargo del Dr. Gustavo Bombini, académico especialista en la problemática de la lectura. La Prof. Ana Copes ofició de coordinadora.

La actividad estuvo organizada por el Museo y Archivo Histórico de la Secretaría de Cultura de la UNL, la Asociación Civil Instituto Sarmiento de Santa Fe, la Federación Universitaria del Litoral y la Dirección de Relaciones Institucionales de la Facultad de Humanidades y Ciencias (Fhuc), unidad académica que auspició el encuentro.

Bombini es Doctor en Letras, egresado de la Universidad de Buenos Aires. Fue coordinador del Plan Nacional de Lectura del Ministerio de Educación de la Nación. Se desempeña como docente e investigador en el área de Didáctica de la Lengua y la Literatura en la UBA, en la Universidad Nacional de La Plata y la Universidad Nacional de San Martín. Es autor de antologías, artículos y libros de su especialidad.

Proyecto pedagógico y político

Sarmiento aparece en la constitución del sistema educativo argentino como una figura central. “Fue el primer productor moderno de políticas de lectura escolar, un adelantado a su tiempo. Y su obra educativa vuelve con fuerza al momento de pensar hoy las políticas de Estado que necesitamos para promover la práctica lectora en las escuelas”, enfatizó Bombini.

“No son los niños los que tenemos que educar, son los pueblos”, escribía Sarmiento. Para él, la lectura era una práctica que iba mucho más allá de lo escolar, “pues se enmarcaba en un proyecto pedagógico y político, destinado a una sociedad en plena formación que debía ser educada. Tal concepción no incluía únicamente como destinatarios a los alumnos: esta idea de promoción de lectura cruzaba plenamente su amplio concepto de pueblo”, expresó Bombini.

En este sentido, otra de las consideraciones modernas que promovió Sarmiento fue la disponibilidad de los materiales. “Se obsesionaba con la llegada de libros, volúmenes a todas las escuelas y bibliotecas populares”, dijo. “Para Sarmiento, la presencia material de los libros se constituía en la objetivación de la cultura letrada dentro de un determinado espacio cultural, condición necesaria para la formación de lectores”.

Estrategias de alfabetización

Puede encontrarse en el proyecto educativo sarmientino un puente que une a la escolaridad básica en cada escuela con la práctica cultural de la lectura en toda su dimensión social. “La perspectiva visionaria de Sarmiento estaba en esa conjunción entre lo micro y lo macro, y ahí el proyecto educativo que pensaba para el país”, explicó Bombini.

Muchas veces esa manera de pensar corrió el riesgo del reduccionismo. “La imagen cristalizada del Sarmiento educador lo ligó más a la alfabetización escolar básica que a su preocupación por implementar estrategias de educación y formación para amplios sectores sociales. El concepto de educación popular que pensaba nuestro prócer no quedaba sólo en la alfabetización y escolaridad básica, sino que penetraba toda la esfera social y cultural de su tiempo”, expresó el especialista.

Prensa y lectura

Para Sarmiento, un diario constituía la expresión de las ideas, sentimientos y necesidades de un pueblo. En este sentido, la función social de la prensa escrita contribuía enormemente a reforzar el hábito lector en la sociedad: Sarmiento consideraba que el hábito de leer un diario cotidianamente se trasladaría al ámbito escolar.

“Esta valoración sobre la incidencia de la prensa en la sociedad moderna está, en la perspectiva sarmientina, estrechamente relacionada con la promoción de lectura y la formación de lectores”, enfatizó Bombini. Cuestiones que merecerían ser atendidas en la actualidad al momento de diseñar políticas de promoción de la lectura desde la escuela.

Las nuevas tecnologías

El impacto extraordinario de las nuevas tecnologías de la comunicación ha obligado a revisar de cuajo la problemática de los soportes de lectura tradicionales. ¿Hay una competencia feroz entre el papel y el lenguaje binario, aquel por el cual se generan nuevos modos de producción, circulación y lectura de la palabra escrita (digitalizada)?

Para Bombini, “las diferencias entre las formas de lectura en sus soportes tradicionales con las formas de lectura sobre soportes digitales no debe pensarse en términos antinómicos. Una forma de lectura puede potenciar a la otra y viceversa”.

“Algunos dicen que la cultura digital es deficitaria, el apocalipsis luego de siglos de tradición letrada. No creo que sea para tanto. Debemos estar atentos a los nuevos fenómenos socioculturales que vayan surgiendo. Y reflexionar sobre el aporte que pueden dar las nuevas tecnologías en la escuela”, enfatizó.

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Domingo Faustino Sarmiento fue, para el Dr. Gustavo Bombini, el primer productor moderno de políticas de lectura escolar.