Los que siempre ganan

La sequía, el encono del Gobierno nacional contra el campo y la crisis configuran un cóctel destructivo. Sin embargo, algunos siempre ganan.

Federico Aguer

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Los tamberos del departamento San Cristóbal van a recibir 10.000 toneladas de maíz para alimentar a su rodeo lechero, medida propuesta por el Ministerio de la Producción ante el clamor de los productores afectados. Consultados por Campolitoral, algunos de ellos agradecieron la disposición, pero expresaron que es insuficiente. El cereal brindará algo de energía a una dieta ya de por sí exhausta. La sequía mas atroz de los últimos tiempos no ha terminado, ya que se prevé un invierno seco y con escasas pasturas. Algunos incluso se privan de liquidar el tambo porque de esa manera perderían todavía más: el precio de la hacienda es irrisorio. En medio de esta coyuntura, los productores deciden recortar los costos, limitando el alimento y, por ende, el promedio de leche producida. El círculo vicioso se acrecienta y anticipa otro año difícil.

La falta de lluvias golpea al mismo tiempo a la agricultura, comprometiendo -entre otras cosas- el status de país exportador de trigo. Según estimó el Centro de Exportadores de Cereales, el próximo año la Argentina dejaría de exportar, una actividad que desde 1890 se cumple ininterrumpidamente.

Desde las esferas oficiales, se viene implementando a partir de 2005 una manipulación de los mercados. El primer acuerdo de precios entre el Gobierno y la industria harinera y el primer cierre del registro de exportación en 2006, provocaron pérdidas históricas de la producción, la menor área sembrada en más de 100 años, y la desaparición de la transparencia en la comercialización.

Estas son algunas de las conclusiones del seminario “A Todo Trigo”, evento que nuclea a todos los eslabones de la producción triguera, realizado esta semana.

Un litro de leche se paga $ 0,70 de promedio en el departamento San Cristóbal; en góndola supera los $ 2,50: los tamberos están fundidos. Por las retenciones, la no percepción del precio lleno del trigo y la gran incertidumbre, los agricultores no lo sembrarán: la exportación no debería sorprenderse.

Alguna vez, el eje de la discusión debería centralizarse no en la 4x4 que se pueda comprar el “gringo”, sino en los verdaderos ganadores de este juego y el precio que debemos pagar todos los argentinos. La soberanía alimentaria está en el tapete, y para recuperarla, nada mejor que apelar al sentido común y la inteligencia para liberar las anteojeras de las ideologías, que poco hicieron para unificar y mucho para dividirnos.