Llegan cartas

Pensamientos en voz alta

 

María Paula Pinery.

DNI: 32.898.903. Ciudad.

Señores directores: Se acercan las elecciones y otra vez me encuentro en la difícil tarea de elegir. ¿A quién? ¿Por qué? ¿Para qué? Sabemos por demás que la democracia es el mejor sistema de gobierno, pero, lo que vivimos ¿es realmente democracia?

La oferta política me asusta mucho, ya no sé quién es quién ni a qué partido pertenecen: Hoy están en el PJ, mañana en la coalición, pasado ¿con quién?

Veo, desde mis 22 años, que cambian continuamente. Hoy dicen una cosa, mañana otra; no hay posturas coherentes ni estables, se unen según la posibilidad que tengan de llegar al poder. ¿Son éstos, los valores que tenemos los argentinos? El clientelismo político está a la orden del día.

La muerte del doctor Alfonsín me hizo pensar más aún en esto. Vi programas donde se lo recordaba; muchos de aquellos que hicieron tambalear su gobierno ahora lo lloraban y hasta se atrevieron a besarlo. Le dijeron “amigo”. Después de su muerte se unían los radicales ¿Quién vuelve? ¿Quién no? ¿Quiénes son?

Salud, vivienda, educación, trabajo y ahora seguridad son los caballitos de batalla de todos, y a todos nos hablan de honestidad. Yo sigo preguntándome: ¿a quién le creo?

Salud: con problemas; educación: también; vivienda: imposible de adquirir; seguridad: basta con escuchar un informativo o leer un diario; trabajo: desocupación. Esto último también me afectó, y muy de cerca. Hasta hace unos pocos meses me sentía orgullosa de poder pagar mis estudios con el sacrificio y el esfuerzo de mi trabajo pero llegó la reducción de personal y el despido.

Señores políticos: quiero creer en ustedes, quiero creer en un país hermanado, quiero creer en un presente y en un futuro mejor, para mí, para mi gente, para todos los argentinos. No quiero irme del país buscando una mejor posibilidad, no quiero dejar mi tierra, mis afectos, mis sueños, quiero quedarme aquí, trabajar por mi país, para mi país, ser argentina con todas las letras.

Por favor, a todos aquellos que trabajan en la política, a todos los partidos, les ruego sean realmente honestos, pónganse en la piel de la gente común y de los jóvenes, para que votar no sea una pesadilla, sobre todo para los que queremos hacerlo a conciencia; que sea un acto maravilloso de responsabilidad y convencimiento.