El hecho ocurrió el 3 de mayo

Murió el hombre apuñalado en la casilla de las Cuatro Vías

Se trata de Andrés Romero, quien era asistido en el hospital Cullen desde hace 15 días, por profundas heridas recibidas en la casilla ubicada en Facundo Zuviría y Mariano Comas. Por este incidente el intendente ordenó demoler la precaria construcción. Su agresor está detenido, acusado de homicidio.

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Tras el hecho la policía secuestró del lugar elementos para la investigación. Poco después, por orden directa del intendente, la casilla fue demolida.

Foto: Danilo Chiapello

Redacción de El Litoral

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Andrés Romero dejó de existir anoche, informaron autoridades del hospital Cullen. Romero de 30 años, era asistido en la Unidad de Terapia Intensiva de dicho nosocomio desde el domingo 3 de mayo, cuando ingresó con una profunda herida punzante en el costado derecho.

Aquel domingo

El confuso altercado se suscitó en Las Cuatro Vías, cerca de la antigua casilla del guardabarreras del ferrocarril Belgrano, donde dos sujetos discutieron y uno de ellos hirió con un arma de blanca a su compañero, quien en estado delicado y con una profunda herida punzante en el costado derecho fue trasladado al hospital Cullen. La víctima tenía domicilio legal en Gorriti al 4900.

Ante el hecho consumado los agentes de la Seccional 1ra. apresaron a un tal Maidana, un joven de 29 años que había compartido la sobremesa con la víctima y el presunto victimario, en el interior de lo que durante décadas fue la casilla del guardabarreras.

De las averiguaciones practicadas por la policía surgió la supuesta responsabilidad en el ataque de un tal Fernández, de 19 años de edad, sujeto que ocupaba el lugar en compañía de una joven mujer que se hallaría en avanzado estado de gravidez.

Con esos datos los agentes de la URI salieron tras el presunto agresor y lo apresaron la madrugada siguiente, cuando también secuestraron una cuchilla, arma utilizada para atentar contra Romero.

Demolición

Este episodio policial -protagonizado por indigentes-, alarmó al vecindario y dio lugar al desembarco de numerosos agentes municipales, quienes ingresaron a la antigua construcción y la desocuparon, retirando camas, mesas, utensilios domésticos, ropas de cama y prendas de vestir.

Luego, los mismos agentes iniciaron la demolición de la casilla, pero tras la caída de los techos y el derrumbe parcial de sus muros, aparecieron quienes dijeron representar al Belgrano Cargas y objetaron la decisión municipal a la vez que anunciaron que los daños producidos en la edificación serían denunciados.

La tarea se retomó al día siguiente con la orden del intendente de realizar la demolición de todas formas.