Emotivo reconocimiento a Fuertes y 0-0 con Racing

La fiesta del gol... sin el gol

La fiesta del gol... sin el gol

El goleador histórico y su legendaria camiseta número “20” fueron el epicentro de todo lo que pasó en el Brigadier . Lástima que la fiesta no fue completa.

Darío Pignata

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No hay vuelta de hoja. Para ganar un partido, si no la mete el “Bichi” Fuertes en este Colón, no la mete nadie. Entonces, cuando al “20” lo marcan bien —o muy bien como ayer lo hicieron los centrales de Racing— y además Colón no le genera una sola pelota de gol en 90 minutos, el equipo está condenado a quedar sin vida por muerte natural. Esta campaña fue siempre sustentada por dos cosas bien claras y definidas: 1) Tres jugadores indispensables en el bloque defensivo: el arquero Pozo, el zaguero Ferrero y el volante tapón Prediger; 2) Un goleador interminable como Esteban Oscar Fuertes en ofensiva.

Cuando la defensa no anduvo, Colón sufrió... Cuando el “Bichi” no la emboca, Colón no tiene atajos para llegar al gol. Siempre fue, de la mano de Mohamed, un equipo de paso-rápido en la zona de medios, con poco manejo de pelota y un gran despliegue físico. Sin embargo, ayer hizo un buen juego en cuanto a tenencia, circulación y administración de la pelota, con dos aciertos totales del entrenador: la posición del colombiano Daley Mena contra la banda y la frescura del pibe Bertoglio en el mismo puesto pero del otro lado.

Claro que Colón, ganador absoluto en las tarjetas de los puntos, no pudo nunca meter la mano de nocaut. Lo tuvo Bertoglio, desde afuera, pero se fue al lado del caño de Migliore; le quedó al uruguayo Guerrero, después de un buen desborde de Rivarola por izquierda, pero el cabezazo fue débil; hubo una más para Daley Mena, después de una buena jugada de Fuertes por derecha, pero llegó justo uno de los centrales-figuras de Racing para tirarla al córner.

Ese mismo envión del primer tiempo, con un Racing que sólo esperaba atrás para ver qué pasaba, se prolongó hasta que Alfredo Ramírez reventó el travesaño entrando solito por el medio. Hasta que Caruso metió un cambio picapiedra: sacó a Lugüercio de delantero y puso a Mercado para correr, pegar y trabar, dejando en soledad al insultado “Tito” Ramírez en la ofensiva.

Pareció un cambio futbolísticamente suicida, porque era meter la cola atrás cuando faltaba más de media hora en Santa Fe. Sin embargo, sorpresivamente, le salió más que bien. Porque Racing ganó en solidez, se acomodó mejor a la idea de “defender en campo chico para atacar en campo grande y Colón se empezó a nublar en ideas. Más allá de la justificación entendible del cansancio físico en los cambios —se veía venir que iban a salir los fundidos carrileros Mena y Bertoglio—, los aportes futbolísticos de Sciorilli y Lucas Acosta fueron escasos. Por no decir inexistentes. Allí, se murió Colón. Incluso, de contra, Racing tuvo las mejores opciones: una doble de Zucculini (pegó en el palo) y Lluy (tiró afuera el mismo rebote, con Pozo revolcado) más dos cabezazos de “Tito” Ramírez.

Partido raro, con sensaciones encontradas en el final: dominio de terreno y manejo de pelota, Colón; situaciones claras de gol, Racing. El punto, no hace falta decirlo, se festejó en esos 3.000 hinchas de La Academia que llegaron a Santa Fe. Los otros 20.000 se quedaron en silencio, aunque reconocieron con aplausos ese no bajar los brazos nunca y buscar por todos lados del equipo de Mohamed.

Con apenas 4 puntos sumados de los 15 que puso en juego en las últimas cinco fechas finales, Colón perdió fuerza en la pelea por las cosas importantes. Quedó a seis puntos de una punta que lo tuvo siempre cerca, muy cerca: Lanús 31, Vélez 30, Huracán 29 y Colón 25. Y quedó más lejos, a ocho puntos, en la tabla que clasifica a la Copa Sudamericana. Está más cerca —a dos unidades cuando quedan 12 por jugar— de cumplir el primer objetivo fijado por Mohamed cuando arrancó la temporada y llegar a esos famosos 50 puntos en la global.

Hasta ahora, sigue siendo una muy buena campaña. Tendrá que apretar los dientes para no empañarla. El sábado va a Mendoza, visitando a un Godoy Cruz que no puede descuidarse; luego recibe a Gimnasia de La Plata, equipo que lucha para no descender y va por la hazaña de esquivar la Promoción. En las últimas dos le quedará visitar a Estudiantes —apuesta todo a la Copa— y recibir a un Boca que no pelea por nada.

Dejó una mejor impresión visual que el Racing de Caruso pero no pudo ganar. Justo ayer, que homenajeó al gol por los 100 tantos del “Bichi” Fuertes, Colón se quedó sin gritos.

Lo dejaron solito al “20”

No para de recibir elogios de todos lados el “Bichi” Esteban Oscar Fuertes, a los 36 años. Lástima que después de la fiesta previa por los 100 gritos, nadie le puso una pelota de gol en todo el partido.

Foto: Mauricio Garín

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Más de 250 chicos de las divisiones inferiores de Colón ingresaron al campo de juego y formaron “100 Bichi”. El goleador histórico, emocionado.

Foto: Mauricio Garín

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Todos los tamaños, los formatos y las ideas se reflejaron en las banderas que le armaron los hinchas al “Bichi” Fuertes. El “20” que llegó al 100.

Foto: Mauricio Garín

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El presidente de Colón, Germán Lerche, le entrega una plaqueta en nombre de la Comisión Directiva por haber llegado a los 100 goles con la camiseta sangre y luto en Primera.

Foto: Amancio Alem

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Para los fanáticos sabaleros, no hay discusión estadística que valga. Si bien algunos medios capitalinos lo dan con 99 tantos, para la gran mayoría el “Bichi” Fuertes llegó a 100.

Foto: Mauricio Garín

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Nunca un jugador despertó tanto en un club como el “Bichi” Fuertes en Colón. Es sólo comparable con lo que le pasa a Martín Palermo en Boca.

Foto: Mauricio Garín

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Para toda la vida es esta foto donde el “Bichi” Fuertes posa junto a su esposa, sus hijos y su madre que vino desde Coronel Dorrego para darle un beso al nene.

Foto: Amancio Alem

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El ingenio de los hinchas no tiene límites si se trata de reconocer con un trapo al goleador histórico del Club Atlético Colón en la Primera División del fútbol de la Argentina.

Foto: Mauricio Garín

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Los dirigentes sabaleros le hacen entrega al “Bichi” Fuertes de la camiseta número “20” enmarcada. Cuando deje de jugar, Colón decidirá que nadie más use ese número.

Foto: Amancio Alem

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Seguramente para el “Bichi” ésta es una bandera que le debe haber aflojado las piernas. La familia Fuertes a pleno, reconociendo al esposo y al papá goleador.

Foto: Mauricio Garín