Un problema que no encuentra freno

Jardín de infantes y escuelas

otra vez blanco del vandalismo

Se trata del Jardín Nucleado 222 Blas Parera, que funciona en el interior de la escuela Juan de Garay. En ambos establecimientos se produjeron destrozos. También saquearon la escuela de Varadero Sarsotti, Nuestra Sra. de la Costa.

Danilo Chiapello

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El jardín nucleado Nº 222 Blas Parera, la escuela Nº 6341 Juan de Garay y la escuela Nuestra Sra. de la Costa, de Varadero Sarsotti, fueron blanco de acciones vandálicas -robos y destrozos- en un nuevo brote de ataques a establecimientos educativos.

La penosa secuencia comenzó cerca de la medianoche cuando autores ignorados ingresaron al Jardín Nucleado 222 y a la escuela Juan de Garay, ambas instituciones ubicadas sobre Blas Parera al 8700, en el extremo norte de la ciudad.

Es de hacer notar que el citado jardín como no posee terreno propio (ver nota aparte) funciona “de prestado” en un anexo de la escuela Juan de Garay, con la que comparte el espacio físico. Otro anexo del jardín funciona en la escuela Combate del Quebracho.

Llamado nocturno

Un llamado telefónico de un directivo de la escuela primaria alertó a Nilda Roldán, directora del jardín, que de inmediato se dirigió hacia el inmueble y encontró el desagradable panorama.

“Estaba durmiendo y el llamado me despertó. Me dicen que habían robado en la escuela y que creían que también habían entrado al jardín. Cuando llegué comprobé efectivamente que la reja que da al fondo estaba violentada y adentro el desastre era más grande”, relató Roldán.

El jardín en su totalidad se encontraba en desorden, y en una de sus salas estaban listos para llevar, un DVD, una impresora, además de un televisor. Creemos que abandonaron estas cosas porque cuando entraron a la escuela Juan de Garay saltaron las alarmas y debieron escapar”.

Esta es la segunda vez que ingresan al lugar, ya lo habían hecho en noviembre del año pasado.

Godoy recordó que en esa oportunidad se habían llevado equipos de audio. “Pero esta vez no se llevaron nada y dejaron todo hecho un desastre”. Por el momento los directivos decidieron suspender las actividades en el turno mañana aunque esperan tener todo en orden para volver a la normalidad luego del mediodía.

Mucha impotencia

“Luego de estas situaciones hay que garantizar el dictado de clases y después tratar el tema con los chicos de algún modo que ellos entiendan lo que sucede. No pueden estar ajenos y los padres nos acompañan en todo” destacó la docente.

Hace tres años que Nilda es directora de la institución y anteriormente vivió también un triste episodio en el jardín 142 cuando en 1995 incendiaron el edificio. Hoy piden una alarma para el jardín, “no sé qué otra cosa queda para resguardar. Recién terminamos de hacer la rendición de un dinero con el que se terminó con la obra de colocación de rejas y refuerzo de aberturas en el edificio y ahora tenemos que volver a empezar”, lamentó.

En paralelo a la limpieza de las dependencias escolares, esta mañana buscarán reparar la reja que rompieron los ladrones y reponer los vidrios que destrozaron para ingresar al lugar. “Si no llegamos con todo veremos si conseguimos custodia policial. Anoche me quedé acá hasta la 1.20, no logré dormir en toda la noche y ahora ya estoy acá para hacer todo lo que haga falta. Trato de tomarlo con toda la calma pero la impotencia es muy grande”, dijo Roldán.

“Todo esto está hecho a pulmón, estamos pidiendo el edificio propio porque logramos que nos incluyan en el programa de las mil escuelas, pero todavía no tenemos el terreno que necesitamos”, puntualizó.

Por último indicó que “que otra escuela sufra un hecho de violencia, preocupa a toda la comunidad. Que no se encuentre un freno a estas desagradables situaciones. Esto despierta la solidaridad y el apoyo de los papás que, como pueden, colaboran con nosotros, pero es muy triste que estas cosas sucedan’, remarcó finalmente la directora del jardín.

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“Salió para estudiar y volvió llorando”

“Esta mañana despedí a mi hijo Brian (11) como siempre, cuando se iba a la escuela. Pero al rato lo veo regresar muy triste. “Robaron y destrozaron todo”, me dijo entre lágrimas. El relato pertenece a José Ramallo, un vecino de Varadero Sarsotti, que así explicó el robo ocurrido en la escuela Nuestra Señora de la Costa.

En diálogo con este diario Ramallo agregó que “tras semejante noticia salí corriendo para la escuela y me puse en contacto con sus autoridades. La directora y la vicedirectora estaban sin consuelo y se iban a hacer la denuncia en la subcomisaría 1ra.

Todo el odio

“Daba mucho dolor ver el desastre que habían hecho”, prosiguió. “Defecaron en varios lugares, tiraron todo abajo y rompieron muchas cosas. No sé por qué tanta furia, tanto ensañamiento”, dijo. “Todo el mundo sabe que lo aquí tenemos es fruto de mucho esfuerzo. Cada cosita que compramos se hace con sacrificio. Hacemos colectas, comidas, pequeñas rifas, etc”.

Más adelante precisó que “los que aquí estuvieron no son chicos. Por ejemplo debieron violentar una poderosa reja, y para eso hay que tener bastante fuerza.

Al rato la policía se hizo presente pero al momento de dar las explicaciones del caso siempre escuchamos las mismas respuestas. “No tenemos medios, nos falta personal, nos falta presupuesto”.

Fue entonces el propio Ramallo quien organizó, junto a otro vecino, una búsqueda de los elementos robados. Pasado un rato los hombres llegaron hasta una laguna ubicada detrás de la escuela donde, debajo de unos juncos, hallaron una soldadora, dos ollas y una garrafa, artículos pertenecientes a la escuela.

“No obstante siguen faltando tres equipos de música, una garrafa llena y una estufa, entre otras cosas”, según detalló Ramallo.

A raíz de lo ocurrido los vecinos estuvieron a punto de cortar la ruta, “porque ya no podemos soportar más tanto abandono”, dijeron. “No tenemos alumbrado público, no tenemos asfalto, ni siquiera caminos mejorados. Hace unos días saquearon el dispensario. La paciencia se está terminando”, culminó.