Entrevista a una pionera en la gestión estatal del medio ambiente

Yolanda Ortiz y sus recuerdos

de un Perón ecologista

De la “revolución mental” del Perón del ‘73 (que las facciones del peronismo en violenta pugna no tomaron en serio) al concepto de desarrollo sustentable actual. Del Mayo Francés del ‘68 al paradigma de la complejidad. 83 años y una lucidez notable.

Luis Rodrigo

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En el tercer gobierno de Perón hubo un cargo novedoso: secretaria de Medio Ambiente. Era 1973, la experiencia del casi interinato de Héctor Cámpora se había agotado en menos de dos meses y el peronismo, aunque convulsionado siempre vertical, pretextaba una vez más su condición de movimiento para evitar resolver sus insalvables contradicciones internas (ahora trasladadas al gobierno): en ese marco, el discurso del presidente en favor de la “revolución mental” y el cuidado de la ecología parecía una forma de evitar -al menos públicamente- definirse sobre la lucha intestina.

Sin embargo, hubo al menos una mujer que creyó -y cree firmemente- en aquellas definiciones. Yolanda Ortiz no provenía del justicialismo y simpatizaba con las posiciones de la democracia cristiana (sobre todo la de Chile). Había vivido en París, como becaria, el Mayo Francés, y hoy sigue definiéndose como una humanista. Piensa que la dirigencia política argentina -en el mejor de los casos- no ha logrado salir del reduccionismo, del enfoque parcial sobre los problemas ambientales, sin entender el paradigma de la complejidad.

Con 83 años y el antecedente de haber sido pionera en la gestión desde el Estado sobre los problemas ambientales, hoy sus opiniones y la estatura de su personalidad tienen un reconocimiento que excede los marcos partidarios. Para ratificarlo basta decir que vino a El Litoral junto a Ariel Carabajal, director de Producción Limpia y Consumo Sustentable de la Nación, y del secretario de Medio Ambiente de la Provincia, César Mackler y el subsecretario del área Carlos Martín.

—Deben haber sido muy pocos los que en 1973 hablaban de medio ambiente.

Yolanda Ortiz: —Hoy las condiciones son muy distintas, también con relación a los decisores. Pero en ese momento había una política muy clara, un líder que consideraba que lo ambiental era el problema, no uno más... Perón señalaba muy bien la importancia que tenían para él los hombres de ciencias para detectar los problemas con un rol fundamental para la acción. Pero no fue comprendido en ese momento. Por entonces ya había un déficit de comprensión de esa problemática, pero bueno con gran entusiasmo se pusieron los cimientos... Lástima de después vino la dictadura y todo eso se frustró.

Cuando apareció el “Mensaje Ambiental a los Pueblos y Gobiernos del Mundo” (*), los mismos peronistas cuestionaron eso. Le reprocharon que hubiera vuelto (Perón) con esa propuesta, no entendían. Y eso que eran gente con mucha cultura, muchos viajes afuera, pero no, no lo entendieron. Se perdió una oportunidad.

—Se tomaba a esa visión como una forma de no definir a la puja entre las facciones internas del peronismo.

—Exactamente. Había entonces en la sociedad una contestación al modelo pero no un proyecto alternativo, no hubo una adhesión a la propuesta de Perón. Fíjese que las mujeres, el movimiento feminista, nos decía esto es una forma más de darle trabajo otra carga a la mujer: me costaba a mí realmente hacerlas entrar en razón. Ellas decían que siempre el desarrollo toma a la mujer como la mano de obra económica y que ahora, con las cuestiones ambientales, se le daba otra obligación más... Tampoco nos entendían.

Bueno, tuvo muchas vueltas este tema y finalmente cuando desarman esa construcción que había hecho el General a partir de secretarías importantes, como eran Recursos Hídricos, Recursos Naturales y Renovables y No Renovables, y a esos señores secretarios Perón los baja, los pone como subsecretarios y nombra a una mujer al frente de esta secretaría... Realmente solamente él podía hacer eso. Y fue difícil tratar de encontrar un espacio, de crearlo.

—Estaba la Argentina de entonces actualizada en su visión de lo ambiental. De la experiencia europea por ejemplo.

—Fíjese que dio la casualidad que tenía una beca en Francia entre 1967 y 1968 así que viví en París todo el capítulo de Mayo del ‘68. Y es ése el mismo movimiento que sigue cuestionando el modelo de desarrollo, la crisis ambiental pone de manifiesto el fracaso de este modelo, y hay una distancia muy grande por ejemplo, una relación antagónica entre lo ecológico y la economía. Hoy esto sigue y por eso tenemos acciones como el programa de desarrollo limpio que busca un proceso diferente.

En la Argentina, aquel intento de Perón por darle al problema ambiental la máxima prioridad no fue comprendido por la sociedad. Y después vino la dictadura, y es recién ahora que el tema ambiental se ha instalado con más fuerza. Pero tampoco hoy se ha instalado de la mejor manera: el tema figura pero aparece el medio ambiente como negocio o como conflicto. Los políticos no terminan de entender al mensaje ambiental; tal vez, nosotros no sabemos enseñárselos. Pero hay una luz de esperanza, la actual gestión tiene una concordancia en tomar la producción como base para hacer un desarrollo que respete al ambiente, tomar esa alternativa. No es estar en contestatarios, ni tampoco en el conflicto, sino dar respuestas. Tratamos de tener mejor suerte que entonces.

—Si pudiéramos mirar dos fotos sobre el ambiente en la Argentina, la de entonces y la actual, qué veríamos.

—Creo que avanzamos cuando somos conscientes de que somos seres responsables y que sabemos adónde estamos parados. La globalización nos ha sacudido de alguna manera. El paradigma de la complejidad se va metiendo de a poquito, todavía predomina la cosa lineal que no reconoce el abordaje que requiere la complejidad de la realidad. Hay, quiérase o no, un cambio en la gente. Necesidad de protagonizar cambios, una reacción frente a los problemas ambientales.

Pienso que los que en los ‘70 éramos un poco utópicos, y que ahora estamos más con los pies sobre la tierra. Pero tiene su contrapartida, la pérdida de valores, y algo que me da mucha preocupación que es una especie de amoralidad que se quiere instalar. Y el individualismo cada vez más exacerbado que crea un ego que constituye un nudo, yo diría para poder trabajar en equipo y poder dar respuestas frente a lo que se manifiesta ya como una reacción de la biósfera por el maltrato que se le da a los recursos naturales y al ambiente.

—Veo que del peronismo a Ud. le gusta nombrar el último gobierno.

—Es que estuve ahí. Siempre fui una humanista. Prefería a los humanistas, a la democracia cristiana, la chilena sobre todo. En 1973, Perón decía “sin participación popular y sin justicia social tenemos que esperar verdaderas explosiones sociales”. Y fueron sus palabras verdaderos vaticinios.

—Lástima que cada uno por izquierda y derecha en el PJ, leía lo que quería...

—Sí, realmente. Pero él era muy claro: creo que uno de los hechos más importantes de mi vida ha sido trabajar con Perón.

(*) Del 21 de febrero de 1972, en Madrid.

Yolanda Ortiz y sus recuerdos de un Perón ecologista

“Para Perón lo ambiental era ‘el’ problema”, dijo Yolanda Ortiz sobre la fallida tercera presidencia, cuando integró su gabinete.

Foto: Néstor Gallegos

Definiciones

Leyes. “El problema no está en el sistema económico sino en el ser humano: busca lucro y pura ganancia sin respetar las leyes ecosistémicas”

Complejidad. “Despertar la conciencia ambiental es descubrir la complejidad de la realidad en que estamos inmersos: física, biológica, socioeconómica y política. También es el reconocimiento de un ambiente donde hay un ecosistema con interacciones entre el medio natural y el sistema socioeconómico y cultural”.

Deuda. “No hay una discusión a fondo. Para mí, todavía no hemos entendido el paradigma de la complejidad. Siempre estamos cada uno sobre su sector, sobre su problemática inmediata. Es difícil. Tiene que ver con nuestra formación desde el reduccionismo, que se refleja en las áreas del Estado”.

Consecuencias. “Hoy sufrimos lo que se manifiesta ya como una reacción de la biósfera por el maltrato que se le da a los recursos naturales y al ambiente”.

/// EL DATO

Distinción

En febrero de este año el Consejo Federal de Medio Ambiente (Cofema) rindió un homenaje a la trayectoria de Yolanda Ortiz, la primera secretaria de Medio Ambiente que tuvo la Argentina y Latinoamérica, en 1973.