AL MARGEN DE LA CRONICA

Un fallo en tiempo récord

En esta Argentina descreída y vapuleada por la inseguridad; en este país en el que la Justicia se encuentra atestada de expedientes sin resolver, la condena a cadena perpetua para la pareja que asesinó al policía Aldo Garrido en el porteño barrio de San Isidro es una buena noticia.

No sólo es una buena noticia porque los homicidas que actúan de esta manera deben pagar sus culpas, sino además porque la sentencia se produjo en tiempo récord. Pasaron exactamente 119 días desde aquel caluroso 17 de febrero, cuando Ernesto David Luque (29) y Débora Acuña (30) decidieron salir a robar y el destino los cruzó con Garrido.

Si bien es cierto que cada caso tiene sus particularidades, no se puede negar que la policía actuó con celeridad y la Justicia resolvió el tema en un plazo llamativamente breve.

También es verdad que la causa se esclareció en menos de 24 horas gracias a que los investigadores llegaron a detener a los autores del hecho en la localidad bonaerense de Pablo Podestá, siguiendo el rastro de dos objetos que los imputados dejaron en el lugar del hecho. Se trataba de un boleto de colectivo y un llavero con la foto del hijo de 5 años de la pareja, que fue reconocido por autoridades de un jardín de infantes.

Cuando existe decisión política, evidentemente se puede. Y la sentencia de los jueces no sólo pone límites al accionar de estos delincuentes, sino que además lleva al menos algo de tranquilidad a la familia de la víctima. Tras conocerse la pena, Marta Barberis, viuda del policía, aseguró: “Siento un gran alivio, pero el dolor es inmenso, verlos ahí y pensar que le quitaron la vida y yo llego a mi casa y está todo vacío porque él no está; ellos lo pagarán en la cárcel”.

Un dato más: cuando Luque mató al policía Garrido, apenas llevaba 15 días de libertad condicional por otra causa. Evidentemente, así como resulta destacable la celeridad judicial para condenar a los homicidas, sigue resultando preocupante cómo se otorgan salidas de prisión a personas que evidentemente no están preparadas para gozar de dicho beneficio. En Santa Fe, hubo casos similares.