Se cumplen 74 años
“Zorzal criollo” e inmortal
Hoy se cumple un nuevo aniversario de la muerte de Carlos Gardel, la voz más emblemática del tango en todo el mundo.
Télam
Un 24 de junio de 1935, en un accidente de aviación en Medellín, Colombia, Carlos Gardel, el impulsor del tango-canción, pasaba a la inmortalidad y se convertía en el mayor mito de la música popular argentina.
El legado de Gardel logró trascender el tiempo por la suma de aportes que realizó para la construcción de una cultura popular argentina en el campo de la música y el cine y se mantiene aún hoy a 74 años de su trágica partida física.
El francesito
La historia del “Morocho del Abasto” comenzó un 11 de diciembre de 1890 en una casa de la Villa Toulouse, la ciudad gris de los arcos rosa en el departamento de Haute-Garonne, hijo de Bertha Gardes, muchacha soltera de 25 años, de padre desconocido y bajo el nombre de Charles Romuald Gardes.
Tres años después doña Bertha se afincó en Buenos Aires con su oficio de planchadora y ocupó una vieja casa de la calle Uruguay 162, donde una pequeña de 12 años vecina del lugar comenzó a llamarlo “el francesito”. Se llamaba Pierina Dealessi.
En el ambiente popular del Abasto, Gardel comenzó a definirse como intérprete y aprendió canzonetas, estilos, zambas y chacareras, valses y cifras, mientras que las canciones románticas nutrieron su repertorio para las serenatas.
Pero la definición de artista le sobreviene a Gardel en plena adolescencia cuando se desempeñaba como tramoyista en el teatro o participaba de las comparsas escénicas o simplemente era miembro de la “claqué” de Luis Gighione, llamada “Patasanta”.
Musicalmente se inició con un cuarteto integrado por Gardel, Razzano, Martino y Salinas y la primera grabación que realizó en sistema acústico se hizo en la Casa Tagini de esta capital en enero de 1913, donde el “Mudo” ejecutó la guitarra y cantó “Sos mi tirador plateado” y “Yo sé qué hacer”.
Ya como dúo fue en 1924 cuando Gardel-Razzano se presentan en vivo en el desaparecido estudio de la Radio Splendid con temas que quedaron inmortalizados en el recuerdo popular como “La garconniere” y “Como agoniza la flor”.
Canciones inolvidables
En los sucesivos años y coincidentemente con las giras por España, París y los Estados Unidos, Gardel grabó otras composiciones entre las que se encuentran: “El bulín de la calle Ayacucho”, “Leguizamo solo”, “A contramano”, “Bandoneón arrabalero”, “Barrio viejo” y “Malevaje”.
El último tango registrado por el “Zorzal Criollo” fue “¡Guitarra mía!” acompañado por el trío de guitarras integrado por Domingo Riverol, Guillermo Barbieri y José María Aguilar (fue el único sobreviviente del desastre aéreo), en Nueva York el 25 de marzo de 1935.
Como autor y en imponente dupla compositiva con Alfredo Le Pera, el vocalista creó reconocidas piezas del dos por cuatro de la talla de “Volver”, “Sus ojos se cerraron”, “Mi Buenos Aires querido”, “Soledad”, “Por una cabeza” y “Cuesta abajo”.