La crisis internacional daña al país “campeón de las exportaciones”

El embajador alemán dice que el

acuerdo de Mahle fue satisfactorio

Es embajador de Alemania en nuestro país desde fines del año pasado. Llegó a Buenos Aires casi con los primeros efectos de la crisis internacional. Recuerda que los empresarios alemanes tienen una visión estratégica de largo plazo.

Luis Rodrigo

[email protected]

Unas pocas veces, los entrevistados se anticipan a las preguntas que los periodistas llevan cargadas en los bolsillos, a la espera del momento adecuado para hacerlas detonar. Y casi nunca son diplomáticos los que tocan el asunto más espinoso sin que nadie pregunte.

El embajador de Alemania en nuestro país, Günter Kniess, domina el sentido de la oportunidad como el español. Llegó a Buenos Aires a fines de 2008 y ya se ha adueñado de argentinismos: en el lugar exacto se permite algún “no hay otra”. Habló de la fábrica de autopartes Mahle y de los empresarios alemanes; de la crisis internacional, y de cómo los países y los bloques han respondido a ese desafío. Fue el representante de Alemania en la Argentina quien, cuando se hablaba de tradiciones cerveceras en Santa Fe y de la epopeya de la inmigración, mencionó al régimen nazi.

Kniess ha cumplido funciones diplomáticas en Aman, Yakarta, Managua, San José, México y Líbano; fue encargado de relaciones bilaterales con Brasil, director adjunto de Asuntos del Sudeste Asiático, y de 2005 a 2008 director de Academia del Servicio Exterior del Ministerio Federal de Relaciones Exteriores.

Dialogó con El Litoral en el consulado de calle Juan de Garay al 2900, donde también funciona el Instituto Argentino Germano.

Sus opiniones

—¿Cómo ha resultado su entrevista con el gobernador Hermes Binner?

— Excelente. Yo ya lo había conocido, en varias ocasiones hemos coincidido: una fue cuando él invitó a los embajadores de la Unión Europea en la Casa de Santa Fe en Buenos Aires y ahí tuvimos un primer diálogo. Otro contacto tuvo lugar en un asunto que no es agradable pero que tampoco hay que omitirlo: es el caso de la planta de Mahle, en Rosario. Hubo una comunicación muy fluida en el sentido de tratar de rescatar esta planta, de tratar de buscar una solución que satisfaga los intereses y las necesidades de todas las partes implicadas. Tanto de los empleados y sus puestos de trabajo -que son importantes-, como de los gobiernos local y nacional, y también de la empresa. Creo que el tema está en un camino que reúne estas condiciones.

—Aquí hubo una verdadera decepción de los santafesinos respecto de los inversores alemanes. ¿Fue la crisis o que la Argentina ha dejado de ser atractiva?

—Usted ha mencionado la crisis económica internacional y yo creo que hay verlo a esto sólo en ese contexto. El Fondo Monetario predice una caída, una contracción del comercio internacional del 11 % para este año. Alemania que es el campeón mundial de la exportación se ve afectado sobremanera y los pronósticos para el desarrollo del PBI de Alemania son bastante negativos.

Uno de los sectores más afectados es el automotor, por la caída dramática de la demanda, así es que la empresa había decidido, a nivel mundial, reducir su capacidad productiva y eso implicaba cerrar plantas y fábricas. Y si no estoy mal informado son diez a nivel internacional, incluso en Alemania ése es el contexto.

Cerrar una fábrica, así nomás y marcharse... no es una solución buena. Y de aquella decisión inicial, se ha llegado a una situación de traspaso, de la venta de esta fábrica, que implica que se mantenga la producción, que entendemos que es estratégica para el país y los puestos de trabajo. Creo que es un progreso respecto de la situación inicial.

—Ud. señalaba los pronósticos del FMI sobre la crisis, ¿es ésa una visión común en Europa?

—Nadie tiene la bola de cristal. La crisis está y las empresas tienen que tomar decisiones. A veces pueden postergarlas por dolorosas, a veces no. Confíe Ud. en que la empresas alemanas tienen una visión de largo plazo, por lo general. Eso está presente también en las demás plantas de Mahle, que siguen produciendo.

—La crisis puede producir efectos negativos en las relaciones bilaterales de ambos países o entre los bloques del Mercosur y la Unión Europea. ¿Se van a cerrar mercados?

—Vale la pena pensar en lo que se decidió en el encuentro del G20 en Londres en abril pasado. Una de sus conclusiones fuertes es que el mundo no debería caer en el error de los años ‘30 de cerrarse en cada país, y que cada país busque su solución nacional a través de una reducción de las importaciones y del cierre de los mercados.

A veces es difícil para los gobiernos nacionales adherir a estas premisas pero no hay otra. Ése es el compromiso que todos adquirieron y en la medida en que todos adhieran es una de las condiciones para poder salir de la crisis pronto.

—Parece que los bloques económicos cerrarán sus mercados. Que los países que los integran se abroquelarán frente a otros bloques.

—No estoy de acuerdo con que se vayan a cerrar los bloques. Que haya una tendencia a eso. Es cierto, hay medidas que observamos y que lamentamos, pero son aisladas. No se puede decir que la Unión Europea se esté cerrando como bloque, lejos de esto: la política es mantenerse abierto. Y lo mismo esperamos del Mercosur. En este contexto, es más importante que nunca que rescatemos lo que es la cooperación Unión Europea-Mercosur, plasmada en el acuerdo que está negociado ya en buena parte, sobre todo en la parte no comercial, en la parte política. Tenemos grandes coincidencias allí, y la parte comercial se cerró porque bueno se esperaban los resultados de la Ronda de Doha.

Estamos convencidos de que hay tanto en común entre las dos regiones y que ambas pueden ganar tanto del acuerdo, que hay que hacer todo lo posible para rescatarlo, para finalizarlo y negociar lo que queda aún abierto para el próximo año, que es el del Bicentenario...

—Sí. Hablemos de temas más agradables, hay por supuesto otros motivos de encuentro entre ambos países.

—He estado en Rosario, ahora en Santa Fe. Soy relativamente nuevo en la Argentina y no me había acercado a Santa Fe. Ayer disfruté de un concierto de la Orquesta de Cámara de Berlín, en Rosario, que fue fantástico, he hice contactos con el intendente, con la Bolsa y ahora cumplo mi primera visita de acercamiento a Santa Fe. Pero claro, más adelante pretendo viajar y conocer realmente esta provincia pujante con mucha dinámica y que como bien ha dicho el gobernador, con mucho potencial, basado en la agroindustria pero también con industrias interesantes e innovadoras.

Creo que hay en Santa Fe una historia rica de inmigración alemana. A nivel nacional tenemos 45 mil personas que tienen la nacionalidad alemana y casi un millón (es una estimación) es de descendencia alemana.

Tenemos más de 150 años de relaciones bilaterales. El tratado de amistad entre el Reino de Prusia y Argentina se firmó muy cerca de aquí en el año 1857, en Paraná (que entonces era la capital de la Confederación, separada de Buenos Aires).

La primera ola de inmigración atrajo gente que en Europa vivía en situación muy precaria, en la pobreza. La segunda fue en cambio vinculada con los perseguidos por el régimen nazi que pudieron salir, y la tercera, que tampoco debemos desconocer, fueron algunos que estaban con puestos en el régimen nazi. Todos aquí encontraron su patria...

—Sí, lamentablemente también estos últimos casos.

—(Risas). Debe decirse que, una vez conocido esto, ambos países cooperaron para detectarlos. Y que se ha trabajado en forma muy correcta para ello.

El embajador alemán dice que el acuerdo de Mahle fue satisfactorio

El representante alemán en nuestro país, Günter Kniess, opinó que “cerrar una fábrica, así nomás y marcharse... no es una solución buena”.

Foto: Guillermo Di Salvatore

Doble celebración

“En este año se celebran dos fechas”, dijo a El Litoral el embajador de Alemania en nuestro país, Günter Kniess. “Se cumplen 60 años de la proclamación de la Constitución en Alemania que fundó un país moderno y democrático, y con la que hemos vivido en paz 60 años. Es un hecho del que estamos muy orgullosos”.

“Lo otro es lo del muro, claro, que es emblemático para el Mundo. En Buenos Aires, el edificio de Perfil hay 7 paneles del muro, y cuando pregunté por qué ustedes se preocuparon de traerlo, porque es costoso... Y me dijeron: la idea que siempre sigue vigente es que eso es para nosotros la mejor expresión de un lema de nosotros, que a la comunicación no se le pueden construir muros que dilatan mucho... Es una idea muy hermosa”, subrayó.

/// EL DATO

Integración

En la Argentina viven 45 mil personas que tienen la nacionalidad alemana. Se estima que casi un millón de argentinos tienen alguna de sus raíces en Alemania.