Rally de Polonia
Victoria para Mikko Hirvonen
El finlandés logró su segundo triunfo consecutivo y, de esa forma, ahora lidera el Campeonato Mundial de Pilotos.
De la redacción de El Litoral
El finlandés Mikko Hirvonen (Ford Focus) se alzó con el triunfo final en Polonia, octava fecha del Campeonato Mundial de Rally, por delante del español Daniel Sordo (Citroën C-4), mientras que el francés Sebastien Loëb (Citroën C-4) remontó hasta el séptimo lugar para sumar dos puntos aunque pierde el liderazgo del Mundial por sólo una unidad. Y todo pudo ser perfecto para Ford puesto que dominaron todo el fin de semana. Así, llegaron a la última “superespecial” Hirvonen primero y su compañero y compatriota Jari-Matti Latvala (Ford), segundo.
Eran solamente 2,5 kilómetros en la que sólo hay espectáculo y nada de dificultad, pero Latvala volvió a hacer de las suyas, chocó contra una barrera y se quedó en una zanja. El español Dani Sordo (Citroën), que salió ayer con la intención de atacar al líder, aunque lo tenía difícil por la distancia que le sacaba Hirvonen, cometió un error en el primero de los tramos del día: se equivocó en un cruce y perdió un tiempo precioso que ya le hizo desistir de su ofensiva y permitió tanto a Hirvonen como a Latvala rebajar el ritmo a la espera de llegar a la línea de meta, aunque el abandono del segundo le permitiría subir un puesto al final.
La sorpresa la dio Sebastien Loëb, que si bien el viernes tuvo que abandonar a causa de un accidente, se reenganchó el sábado según la fórmula “Súper Rally” con una penalización de veinte minutos. Marchaba decimotercero, pero los abandonos del noruego Mads Otsberg (Subaru), el francés Sebastien Ogier (Citroën), la reducción en la marcha del ruso Evgeny Novikov (Citroën) y la detención en pleno tramo del zimbabwense Conrad Rautembach (Citroën), ambos en un equipo satélite del oficial de Loëb, lo hicieron llegar a la octava ubicación, para a última hora subir hasta la séptima.
Inconvenientes
La jornada fue más problemática de lo esperado. Sordo prometía pelea y así fue desde el principio. En los parciales del primer tramo demostraba ser más rápido que sus rivales, aunque cierto es que no lo suficiente. Así hasta que llegó a un cruce que tenía mal apuntado en sus notas, se pasó de largo y tuvo que volver a la dirección correcta. Ahí perdió unos veinte segundos y quedaban de lado sus opciones de ascender alguna posición.
El equipo oficial Ford respiraba y rebajaba el ritmo a sabiendas de que sumaban su tercer “doblete” seguido, lo cual también les daba un buen empujón en el Mundial de Constructores. Pero aún faltaba el error de Latvala, un habitual en estas lides.
Si positiva había sido la victoria de Hirvonen, que le da la punta del Mundial gracias a su regularidad y su falta de riesgos, encomiable estaba siendo el papel de Latvala. Rápido como su jefe de filas, refrenó sus impulsos de atacar el triunfo en beneficio de Hirvonen y el equipo. Pero en un habitual error de los que cuestan caro y en el tramo espectáculo no fue capaz de guardar sus impulsos y golpeó una valla para quedar en una zanja. Ahí quedó él y unos buenos puntos para el equipo y para él, además de permitir al gran rival Loëb, sumar más de lo esperado.
Si interesante estaba la lucha por la victoria, espectacular se prometía la pugna por el cuarto puesto después tercero aunque no fue la carrera la que dictaminó el orden, sino los errores. Primero era Petter Solberg el que tenía problemas de motor, para que después Ogier con una salida tuviera que ceder su plaza a un Henning Solberg (noruego de Ford) que a la postre sería tercero.
Y si todo esto sucedía adelante, detrás se perpetraba lo que muchos calificarán como burla. Los abandonos hicieron que Loëb se acercara a los puestos que dan puntos, y por delante circulaban los dos oficiales del equipo Citroën Junior Team. Novikov recibió orden de bajar el ritmo en el tercer tramo para que fuera superado por Loëb, algo que hizo para perder dos minutos, pero en el penúltimo especial Rautembach recibió el mismo encargo. Aquí la distancia era de doce minutos. Hizo el tramo con normalidad para que a pocos metros del final detuviera su marcha el tiempo indicado para dejar su octavo puesto a Loëb. De hecho finalizó el tramo a sólo tres segundos del galo. Pese a tácticas de equipo y el error de Latvala, el campeonato pasa a manos de Hirvonen que lidera con sólo un punto de ventaja sobre Loëb, en un año del que se pensaba al francés ganando de “taquito” el título, (su sexto) y que haría pleno de victorias.