Las nuevas tecnologías en la educación del siglo XXI

Computadoras y saberes

ausentes en la escuela

La Dra. Edith Litwin -especialista en educación- afirma que se deberá lograr una alfabetización digital para el uso adecuado de herramientas informáticas en las aulas. Y advierte: “Una mayor disponibilidad tecnológica no es garantía de que se resuelvan problemas educativos”.

Luciano Andreychuk

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Sería ingenuo pensar que las nuevas tecnologías digitales (TIC’s) harán, por sí mismas, una mejor educación para todos. La sola existencia de computadoras en las escuelas no es garantía de nada. El proceso de introducción de las herramientas informáticas en ámbitos escolares demandará la difusión de todo un repertorio disciplinar de saberes prácticos y significativos en torno a las nuevas tecnologías, algo conocido como alfabetización digital. Y también, claro está, de políticas educativas atentas a los cambios que se producen, y sensibles a la cruda situación de fragmentación social y cultural en que se enmarca la escuela hoy.

Para la Dra. Edith Litwin, reconocida especialista en educación y nuevas tecnologías, el problema de la alfabetización digital en contextos educativos implica un gran desafío para la formación y el trabajo docente. “Las nuevas tecnologías están incorporadas a la vida cotidiana de la gente, pero no necesariamente los profesores siempre entienden el amplio sentido de su incorporación en los trabajos del aula. A veces se introduce casi como una necesidad, pero en términos de obligación; pareciera que estar actualizado es únicamente usar las tecnologías en las clases, pero sin entender su valor y su potencia pedagógica”, expresó en diálogo con El Litoral.

Según la especialista, entonces, habría que pensar que el concepto de alfabetización digital deberá enmarcarse una una suerte de un nuevo hacer-saber (enseñar contenidos significativos) / saber-usar (aplicarlos en forma adecuada, responsable, productiva): “Se trata, a mi entender, de pensar y reflexionar de qué manera para el docente el trabajo con las tecnologías le va a permitir un uso más eficaz de los contenidos en las clases”, dijo.

Conectividad

—No se logra la alfabetización digital sólo repartiendo computadoras e insumos a escuelas. Quizás haya que priorizar en la enseñanza sobre los usos posibles de las tecnologías, instituir un repertorio de conocimientos que realmente les sirva a los chicos...

—Sí. De cualquier forma, si en la escuela no están los insumos, la banda ancha, etc., no se puede empezar a alfabetizar en nuevas tecnologías. Por un lado, está la disponibilidad material. Por el otro, la necesidad de que el docente sepa para qué usar y cómo enseñar a usar. Es cierto que aún la disponibilidad y accesibilidad tecnológica es escasa en todo el país. Pero, una vez que se disponga de los elementos, será cuestión de ver cómo se le dan a las nuevas tecnologías en el aula un uso potente y adecuado para la enseñanza. Porque a veces la utilización de una tecnología nos puede ayudar para favorecer la comprensión de un problema, por ejemplo, pero no siempre ni en todos los casos.

Políticas educativas

—¿Cómo deben encararse las políticas educativas frente al avance permanente de las tecnologías digitales en sus diversas expresiones?

—Las líneas políticas más visibles apuntan hoy a proveer computadoras, a dar una mayor disponibilidad tecnológica. Pero si esto no se acompaña de más conectividad, estaríamos en presencia de políticas con una sola pata. Es muy interesante pensar en una donación de computadoras en el país, pero esto deberá venir acompañado con la conectividad y la difusión de saberes apropiados. A veces parecería que se piensa que la inequidad social y cultural se resuelve haciendo que los chicos tengan una computadora, pero necesitan más que eso. Y cabe mencionar como otra necesidad educativa, aunque sea una obviedad, más bibliotecas áulicas, hemerotecas, etc.

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La alfabetización digital es una pieza clave para promover un repertorio de saberes que sean de utilidad -práctica e intelectual- para los alumnos.

Foto: Archivo El Litoral / Amancio Alem

Aulas 2.0 y brecha digital

¿Cuán lejos estamos de lo que los europeos denominan “Educación 2.0” (forma de enseñanza pedagógica apoyada fuertemente en las posibilidades multimediales que ofrece la nueva versión de Internet)? Esto pareciera hacer un contraste insalvable con los flagelos de fondo a que se enfrenta la educación actual en la Argentina (indisciplina, violencia escolar, marginalidad, etc.). Para Litwin, “la educación argentina no está tan lejos de incorporar algunas formas de educar tanto por medio de los soportes tradicionales -como el libro, la oralidad, etc.-, como por lo multimedial (presentación de clases en powerpoint, inclusión de videos y audios en los contenidos, tutorías virtuales, etc.). Pero tampoco tan cerca, porque lo que tiene nuestro país es esta profunda fragmentación social, que incide directamente en la educación. Hay escuelas que cuentan con gabinetes informáticos con tecnología de punta, y otras, sumidas en la pobreza y la marginalidad, que no tienen ni siquiera lápices o cuadernos. Quizás esa brecha digital es la expresión de la fragmentación e inequidad social, que habrá que revertir”, refirió la especialista.

/// LA FIGURA

Quién es

Edith Litwin se graduó en Ciencias de la Educación en 1968 en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y se doctoró en la misma universidad en el año 1996. Se desempeña como profesora titular regular plenaria de Tecnología Educativa en el Departamento de Ciencias de la Educación de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. En el año 2006 recibió el Premio Konex en el área de las Humanidades y para la disciplina Educación. Desde el año 2007 es Directora de la Maestría en Tecnología Educativa de la UBA y desde marzo de 2008 es secretaria de Asuntos Académicos de esa casa de estudios.

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