El grito de Alcorta

El grito de Alcorta

Miembros de la Primera Comisión de Huelga, en Alcorta, 1912.

Foto: Archivo El Litoral.

Amílcar Renna

El malestar en el campo se agrava en 1912 en la provincia de Santa Fe. Es insostenible la situación de los agricultores, que se sienten despojados del fruto de su trabajo; arrendatarios y aparceros y medieros no soportan ya los elevados precios de la locación. Son alevosas las imposiciones establecidas en los convenios por los dueños. El propio negocio de ramos generales de la zona se pone en aprietos por arriesgar su capital y su crédito. Alerta de esta situación al colono, que va adquiriendo conciencia de su verdadera situación.

Comienzan entonces las reuniones, las consultas, la inquietud de convocar a una asamblea. Así se resuelve hacer una reunión o una asamblea pública en Alcorta. Una verdadera convocatoria abierta, porque invitan también a los propietarios y subarrendadores.

El día de la asamblea se fijó el 25 de junio de 1912. Como los campesinos estimaban que vendrían con sus abogados, decidieron ellos invitar a un letrado de Rosario. A las 11 de ese día, llega a la estación el Dr. Francisco Netri, quien fue recibido por una comisión. Desde ese día, Netri cambió el curso de su vida.

Más de dos mil agricultores se habían dado a la cita; los propietarios no asistieron. Frente a esta inasistencia y las reales reclamaciones basadas en el derecho a una vida decorosa, se resuelve declarar por tiempo indeterminado una huelga, hasta que se obtengan las siguientes mejoras: rebaja general de los arrendamientos y aparcelas; entrega en las aparcerías del producto en parva y troja como salga; contratos por plazos mínimos de tres años y libertad de trillar y asegurar las sementeras.

El Dr. Netri es nombrado asesor. Les pide a los colonos solidaridad y prudencia, y les destaca que los propietarios tienen una situación de privilegio porque están agrupados en la Sociedad Rural, y que harán intervenir a las autoridades para que tomen medidas de fuerza. El 1º de agosto se funda la FFA, con campesinos que representan 87 zonas; ya llevaban 40 días de huelga. Netri recomienda firmeza pero calma. Dice: “La fuerza de nuestra razón es tal que no necesitamos apelar a la razón de la fuerza”.

Los principales temas tratados en el primer año de vida: creación de un banco cooperativo, legislación agraria que permita estabilidad al colono y le asegure libertad de acción; organización de una cooperativa central; subdivisión de latifundios y caja de ahorros cooperativos.

Exclama Netri: si el colono llegara alguna vez a comprender lo justo, lo útil de esta teoría dejaría de lado la desconfianza para dar lugar a la fe absoluta en la conquista, el triunfo de la cooperación, mediante la práctica del sistema, el problema agrícola en general y especialmente el triunfo de nuestra institución, sería seguro y próximo.

Pone de inmediato en funcionamiento una sección cooperativa central para comprar mercaderías y vendérselas a los socios (cooperativa de consumo) y se ocuparía también de vender productos al exterior.

El Dr. Netri había llegado a Rosario en 1897; se recibió de abogado y de doctor en Leyes. Como estudiante, había asimilado la corriente renovadora que había iniciado Giussepe Mazzini, y fue discípulo de Luigi Luzatti, creador de las cajas de créditos italianas.

Hermano del presbítero José Netri, párroco de Alcorta, protagonista de los hechos del campesinado, se sumó a defender la causa de los agricultores. Su vida en lo sucesivo sería un calvario: permanentemente perseguido, su lucha como asesor de la Federación Agraria le significó problemas hasta su asesinato, seis días antes de que asumiera Hipólito Yrigoyen la presidencia.

Hoy, que el campo ha asumido una actitud responsable, las relaciones han cambiado totalmente y la unidad ha sido posibilitada. Las diferencias que puede haber entre sectores es natural. Pero el equilibrio no tiene fisuras. Vamos a hacer la producción que el pueblo necesita. No creo que vuelva a producirse la torpeza que se cometiera contra la sociedad en su conjunto: que vuelva un Victorino de la Plaza, nunca más.