Lo que dejó el período de clases suspendidas

Hacer las tareas en casa,

toda una odisea familiar

El receso escolar por la gripe A terminó, comenzaron las vacaciones y quedó la pregunta: los chicos, ¿lograron hacer las tareas en casa? Muchos papás aseguraron que sí, pero admitieron que no fue fácil: debieron reorganizar rutinas y horarios para ayudar y supervisar a sus hijos.

Hacer las tareas en casa, toda una odisea familiar

Los chicos debieron realizar las tareas escolares en casa, y los padres acompañar y supervisar. Para ello, hubo que flexibilizar rutinas y hacer reajustes a los horarios habituales.

Foto: Flavio Raina

De la redacción de El Litoral

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Que el trabajo, el almuerzo, que la limpieza de la casa, que hacerse una escapadita para pagar las facturas y hacer las compras en el supermercado... La ya sobrecargada rutina de la pareja media santafesina fue desbordada por una nueva actividad, simple en apariencia pero dificultosa en su ejecución: lograr que los chicos, atrincherados en sus hogares, realicen las tareas escolares que no pudieron hacer en el aula, cerradas desde el 29 hasta el pasado viernes 10, último día de la suspensión de clases dispuesto como prevención ante el avance de la gripe A. Y ahora, vacaciones de invierno.

Para lograr el objetivo, muchos papás debieron flexibilizar rutinas, acomodando sus tiempos para estar presentes en el momento que los chicos realizaban los deberes. Las escuelas habían sugerido que ellos acompañaran y supervisaran el proceso de aprendizaje de sus hijos, y no los dejaran a “abandonados” a su suerte. Toda una experiencia de fuego que puso a prueba la paciencia y las capacidades didácticas de los papás.

“Costó pero lo logramos”

A juzgar por la opinión de los padres consultados, la misión fue difícil pero se logró, al menos en forma parcial -muchas escuelas solicitaron que las actividades escolares se entregaran antes de que comiencen las vacaciones, y otras requirieron que éstas sean devueltas recién cuando se retome el ciclo lectivo-. En este último caso, los deberes que aún no se hicieron deberán completarse en las próximas dos semanas de vacaciones.

“A mi hija, le dieron la tarea para el tiempo de receso por la pandemia, y también actividades de repaso para las vacaciones. El 27, cuando vuelva a clases, tendrá que entregar todo ya hecho. Hasta ahora he logrado que vaya haciendo los deberes, pero fue complicado. Yo trataba de que la hiciera a la siesta, que es el momento en que podía ayudarla. Me perdí de un rato de descanso, pero bue...”, contó a El Litoral Sonia, madre de una nena que va a la primaria. Y opinó: “A los padres nos costó, pero logramos que los chicos hagan las actividades escolares en casa. Pese a las dificultades, considero que no se interrumpió el proceso de escolaridad”.

Una posición más escéptica asumió Rocío, mamá de María Sol y Lucas -que van a 3º y 5º grado-, y docente universitaria de profesión: “Para mí no se pudo continuar el proceso pedagógico, la medida de realizar tareas en casa fue un paliativo. Se entiende que vivimos una situación de crisis sanitaria, pero lamentablemente toda esta situación tendrá serias implicancias en el proceso escolar anual”, opinó.

Cambio de rutinas

“Fue un cambio de rutina desfavorable. Perdieron el ritmo, no se levantaron temprano. Por suerte, esta semana tengo vacaciones, así que los podré acompañar y supervisar la realización de los deberes. Nos pondremos al día, ¿no?”, dijo Rocío y miró seria a los nenes, que estaba a su lado. Asintieron con cierta picardía en sus ojos.

Catalina y Fabio son los jóvenes padres de dos nenes que van a la escuela. “Fue imposible tenerlos en casa todo el tiempo, y si no los frenábamos un poco estaban todo el día en la calle”, confesó el jefe del hogar. “Si no estábamos para insistir en que hicieran todos los deberes, no los hacían”.

“Por eso, tratábamos de organizarnos complementándonos, para que haya siempre uno en casa. Fue un trabajo en equipo”, completó la mamá. “Yo trabajo en una escuela, y a veces tenía que pedirle a mi marido que se hiciera cargo, pero el también trabaja, entonces se hacía muy difícil. La cuestión fue complicada. Pero creo que logramos que hicieran algunos deberes”.

 

 

/// EL TESTIMONIO

Mamá multiuso

“Yo preparaba el almuerzo para toda la familia, iba a contrarreloj porque mi marido estaba por llegar del trabajo. De repente, venía uno de mis nenes y me pedía que lo ayudara con la tarea. Estaba atrasada con la comida, y no podía atender dos cosas a la vez. Entonces, sin maestra y sin mamá disponibles en ese momento, él terminaba haciendo mal ese ejercicio y después nos teníamos que sentar los dos juntos para hacer las correcciones. ¡Qué difícil fue organizarse! Encima, al permanecer encerrados, ¡están muy inquietos!”, se lamentó una mamá que transitaba por la peatonal de nuestra ciudad. A los padres les quedan dos semanas de vacaciones de invierno con los chicos dentro de casa (si es que efectivamente se retoman las clases). Hay que pasar el chubasco, reza el dicho popular.